ÉTICA Y LIDERAZGO EN ÁFRICA: UNA EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA PAZ.

24/11/2014 | Editorial

En 2004, los Misioneros de África (Padres Blancos), junto con otras cinco congregaciones misioneras, decidimos lanzar en Kampala, Uganda, un Centro de Educación ética, para educadores y para líderes culturales, políticos y religiosos.

Este Centro o Instituto (JPIIJPC) surgió como respuesta a un previo y extenso análisis social que realizamos en todo el país. La investigación nos indicaba que la forma más eficaz de sanar las raíces de tantos abusos de Derechos Humanos y de corrupción en el país, consistía en una educación ética, basada sobre los valores humanos más universales.

El contenido básico de los cursos impartidos, incluye temas como: dignidad humana, derechos humanos y responsabilidades, bien común, justicia social, democracia, buena gobernanza, resolución de conflictos, familia-clan, etc.

Nuestro método elegido fue el de orientar estos cursos de educación ética y justicia social a los educadores de primaria y secundaria, así como a los líderes culturales, políticos y religiosos del país.

En realidad trabajamos siempre en colaboración estrecha con el Instituto de Ética de la Universidad de los Mártires de Uganda, en la que también impartimos cursos, y la que nos consideraba como su extensión sobre el terreno.

Desde 2008 hasta 2011, impartimos estos cursos de educación ética y social a los diferentes líderes nacionales, incluidos funcionarios públicos como la policía y personal sanitario, y esta experiencia nos reveló claramente que habíamos elegido un buen camino para sanear la raíz de los males sociales.

Los mismos educadores y líderes nacionales nos pedían, no solamente seguir con los cursos sino también ampliarlos a otras administraciones, centros de estudios, seminarios etc.
Se daban cuenta de que esta educación más holística era la mejor forma de sanear los retos sociales, en su raíz, pues capacitaba a los líderes y también a la sociedad, para promover activamente un mundo más justo y humano.

Estoy convencido, como lo decía Nelson Mandela, de que una educación holística es el instrumento más eficaz para transformar una sociedad.

Es imposible promover un desarrollo integral, para el bien común y la paz, sin una educación ética, fundada sobre los valores humanos universales, que pueda capacitar una sociedad más participativa y unos líderes más íntegros.

Como dice el Papa Francisco en la asamblea de la FAO:
“ La prioridad del mercado y la preeminencia de la ganancia, obstaculiza la lucha contra el hambre, y una vida digna para unos mil millones de personas”.
“El hambriento está ahí, en la esquina de la calle, y pide carta de ciudadanía, ser considerado en su condición, recibir una alimentación de base sana. Nos pide dignidad, no limosna”.

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