Jean- François Dupaquier, ¿periodista “independiente” o militante del Frente Patriótico Ruandés?

22/10/2014 | Opinión

En respuesta al artículo que publiqué en agosto de 2014 en el portal de internet www.musabyimana.net, en que señalaba su connivencia con un tal Richard Mugenzi, a menudo requerido para declarar en contra de los opositores al régimen de Paul Kagame ante diversas instancias judiciales, el periodista francés Jean François Dupaquier, solicitó e hizo uso de su derecho de réplica, que ha quedado reflejado también en la citada web.

Sus comentarios merecen algunas observaciones por mi parte, ya que yo también tengo el derecho a expresarme.

En primer lugar cabe destacar que:

1. El señor Dupaquier considera que está por encima del resto de los humanos sobre todo de los hutus ruandeses. Efectivamente, tiene la “cara dura” de derramar lágrimas de cocodrilo cuando piensa que su honor está siendo mancillado cuando se le acusa de estar a sueldo de la dictadura de Paul Kagame y de su partido Frente Patriótico Ruandés (FPR).

Sin embargo, olvida que este mismo año 2014 durante el proceso de Pascal Simbikagwa ante la Sala de lo Penal de la Audiencia de París, hizo el ridículo cuando pasó horas proclamando que los jóvenes hutu ruandeses “participaban de un rito iniciático que consistía en la violación de jóvenes muchachas de la etnia tutsi”. Afirmación que escandalizó a muchos hutu, hasta el punto que los que se sintieron más afectados por estas declaraciones crearon asociaciones para denunciar la demonización que este periodista, vaya usted a saber con qué intención, hizo de todo un pueblo.

Justo en el momento en que permanecen abiertos todos los procesos entablados, justo entonces, él siente que su honor se está poniendo en entredicho, sin reparar siquiera en cómo él mancha la honra de toda una etnia, los hutu, a los que califica de “violadores por tradición”.

2. Al reconocer que escribió un libro gracias a lo que le contó Richard Mugenzi, también debería admitir que se le pueda asimilar con el estafador, conocido de forma notoria que resulta el mismo Mugenzi. Aunque el señor Dupaquier no participara en las estafas de Mugenzi, al menos, reconocía que era su acólito, especialmente en lo relativo a la redacción de su libro, tan lleno de mentiras pero cuya lectura recomienda.

Ahora bien, Richard Mugenzi responde perfectamente a la misma definición de estafador que propone el señor Dupaquier, cuando ejerce su derecho de réplica: dice que el nombre “estafador” caracteriza a “una persona que estafa”, lo que reenvía al verbo “estafar”, que así definido significa “sacar provecho por engaño, por maniobra fraudulenta”. El “Petit Robert” (Diccionario de referencia de lengua francesa) precisa que “la estafa es un delito que consiste en apropiarse del bien del prójimo usando medios fraudulentos”.

En efecto, Richard Mugenzi recorre el mundo desde 1994 presentándose como “un antiguo agente de los servicios de inteligencia ruandeses del régimen de Habyrimana”. Ahora bien, este extremo es totalmente falso ya que este señor sólo era un simple funcionario “civil” en la prefectura de Gisenyi. Como él pagó para ejercer estas funciones usurpadas, entonces, se colige que se trata de un estafador en toda regla.

Aparenta haber sido un operador de radio que estuvo integrado en la red del Mando de las Fuerzas Armadas de Ruanda (FAR) Ahora bien, nunca fue tal cosa, pero como de tal simulación saca beneficios económicos, entonces estamos ante una estafa. El señor Dupaquier mismo señala que además de haberle ayudado a escribir su libro, Mugenzi también vino a Francia para seguir contando mentiras y ser remunerado por ello. Si el señor Dupaquier, no puede ser calificado de estafador por estos hechos, afirmación, que por otro parte, nunca se ha hecho– puede al menos aparecer como un cómplice del estafador y fabulador que es Richard Mugenzi y entonces convertirse en su “cabecilla”.

3. Es verdad que las artimañas de Jean François Dupaquier llevan a plantearse la cuestión de saber si se trata de un periodista corrompido o de un militante del partido FPR del dictador Paul Kagame. Si no ¿cómo osaría a desinformar tan torpemente a la opinión pública? Sigue quejándose de que un peritaje balístico hubiera determinado el lugar preciso del que salieron los misiles que abatieron al avión presidencial en 1994, identificándose con el campo de Kanombe entonces ocupado por los militares de las FAR. Ahora bien, sólo supuestamente un peritaje acústico aseguró que la salida de los misiles podía situarse en el dominio militar de Kanombe en base a una serie de simulaciones realizadas en…2011 en un territorio militar situado… ¡en el centro de Francia! Cuando el Petit Robert nos dice que “la balística es la ciencia del movimiento de los proyectiles”; mientras que la acústica “es una parte de la física que trata de sonidos y ondas”, uno se pregunta la razón que lleva al “periodista” Dupaquier a confundir estas dos nociones. Pero sobre nos preguntamos cómo puede creer que todos sus lectores pasarán por alto esta confusión.

4. El señor Dupaquier sorprende igualmente cuando se muestra “más católico que el Papa” o cuando pretende convertirse en vidente. Continúa, efectivamente, afirmando que el FPR de Paul Kagame no es el responsable del atentado del 6 de abril de 1994, mientras que se van acumulando pruebas y los testigos de cargo, a pesar de los intentos del dictador de hacerles callar (asesinatos, detenciones, corrupción…).

Dupaquier olvida incluso que su ídolo Paul Kagame un día admitió haber cometido este crimen atroz cuando dijo que “este avión transportaba a los jefes militares con los que estaba en guerra, por lo que debía abatirlos, tal y como ellos también me hubieran abatido si hubieran podido”.

Nuestro antiguo guerrillero convertido en jefe de Estado olvida que el avión era una aeronave civil aunque entre los pasajeros hubiera militares. Según su lógica, ¡todos los aviones que surquen los cielos habrían de ser abatidos ya que en ellos podría encontrarse a bordo un militar o antiguo militar!. Además, ¿Acaso Paul Kagame no sabía que en abril de 1994, la guerra en Ruanda había acabado en agosto de 1993 y que se había declarado la paz con la firma del acuerdo de Arusha (Tanzania)? Cuando el señor Dupaquier afirma que sabe que el juez Trévidic va sobreseer la causa en relación a los familiares de Kagame, o bien se ha convertido en vidente o entontes tiene acceso al contenido de una instrucción que está bajo secreto de sumario (lo que no es muy tranquilizador) pero en todo caso, el señor Dupaquier, con ello, no está cumpliendo con su función de periodista.

En resumen, las palabras resultantes del derecho de réplica que exigió y obtuvo el señor Dupaquier no nos satisfacen, ya que deja abiertos todos los interrogantes respecto de su persona.

¿Acaso es un periodista corrompido a sueldo de Paul Kagame o un militante de su partido, el FPR?

Fuente : Emmanuel Neretse. Fundacion Sur

Traducción Antonio Vázquez

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