Lo que pasa en África importa, por María Rodríguez

16/10/2014 | Bitácora africana

Recuerdo que, cuando era pequeña, comenzamos a hablar en una comida familiar sobre la teoría del efecto mariposa. Según esta teoría “el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo”. Me dijeron que esa teoría a nivel científico no era cierta. Y yo, que no entiendo de física, no sé si lo es pero para mí ejemplifica muy bien la realidad de lo que ocurre en este mundo conectado y globalizado.

Los faraones y habitantes de la primera gran civilización egipcia fueron negros y culturalmente africanos.

Creemos que África es algo aparte, que “ni pincha ni corta” en lo que sucede en el mundo. Creemos que lo que sucede allí no nos afecta. Nos han educado desde una visión sesgada de las cosas. Hemos estudiado a Platón, Aristóteles, Descartes…. Como si el conocimiento y el pensamiento sólo procediera de Grecia y de Europa. Y lo hemos aprendido, considerando que eran los filósofos más importantes. Sin embargo, tanto nuestros profesores como nosotros no nos dimos cuenta de que nos faltaban pensadores y científicos de otras partes del mundo. Nos olvidamos de los filósofos árabes, de los africanos, de américa o los asiáticos… Esto mismo ocurre con todas las materias: literatura, música, Historia, religión…

El problema de esta educación es que nos ha hecho no tener en cuenta ‘el conjunto’ y en nuestros más profundos pensamientos creemos que el mundo es todo lo que nos han enseñado y como nos lo han enseñado, pero no es así. Con África ha ocurrido esto. Hemos obviado la importancia de África en la literatura, en la música, sus religiones, sus filósofos, en la Historia. Y no me refiero sólo a la Historia de África sino a África en la Historia de la humanidad. Pensamos que África está separada, que es “otro rollo aparte”. Sin embargo, África ha estado y está conectada con nosotros desde el principio de los tiempos.

Para empezar, el ser humano nació en África, así que todos somos africanos. Luego el ser humano se dispersó, llegó al norte, cruzó los mares y, en función de las características ambientales y climatológicas, fue adaptándose. Los del norte, sin necesidad de protegerse de tanto sol como hace en los trópicos, se fueron “destiñendo”, no necesitaban tanta melanina en la piel. Sin embargo, necesitaban más pelo para no pasar tanto frío, y por eso tenemos más vello. No necesitaban una nariz tan ancha para respirar porque no hacía tanto calor y se adaptó a las temperaturas más suaves haciéndose más estrecha. Lo mismo ocurrió en otras partes del mundo.

Otro error que tenemos en nuestras mentes es sobre Egipto. Siempre hemos visto a los personajes egipcios de un tono moreno, como los árabes ¿no?, pero jamás negros. Esos eran los esclavos…dicen… Sin embargo, el antiguo Egipto era negro. Los faraones eran negros. Hasta que siglos después, a través de los diferentes movimientos de la población, de invasiones, de idas y venidas, surgió el mestizaje y en Egipto ya no todo el mundo era negro.
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Hablamos de imperios de la antigüedad y pensamos en el egipcio (occidentalizado y sesgado), el mongol, el persa, el árabe, el otomano, los hunos, el maya, el romano…, pero nos olvidamos que en África existieron imperios como el Songhay, el imperio de Malí, de Ghana, el Ashanti, el imperio de Gran Zimbabue, o reinos como el de Benín, Congo, etc. etc. ¿Los conocíais? También forman parte de la Historia de la humanidad.

África ha estado presente también en las llamadas I y II Guerra Mundial. Muchos de los soldados que lucharon en estas guerras eran africanos. Procedían de un África colonizada por franceses e ingleses, principalmente; y por italianos, alemanes, portugueses y españoles, en menor medida. Tampoco se habla de los negros que estuvieron en campos de concentración nazi. Ni se tiene en cuenta que este tipo de prácticas ya las realizaban los alemanes en África, como por ejemplo en Namibia. Luego vino la Guerra Fría. Y África también formó parte de la Historia.

En el período de la Guerra Fría África ya era “independiente”. Se encontraba en un momento donde los gobiernos eran dictaduras principalmente y donde se sucedían algunas guerras civiles en algunos países del continente. Este momento se aprovechó por “occidente” para comprar los votos en favor del bando comunista o el bando capitalista en las Naciones Unidas, debido a que África tiene tantos países (55) que son votos que pueden marcar la diferencia en la toma de decisiones. A cambio de estos votos, uno y otro bando de la Guerra Fría financiaban a un bando u otro en esas guerras. Fue en esta época cuando empezamos a recibir las primeras imágenes de los negros muertos de hambre, con tripas hinchadas, de niños tirados en mitad de la nada…

Original en : Cuentos para Julia

Autor

  • Rodríguez González, María

    "María Rodríguez nació en 1989 en Baza (Granada). Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Málaga y realizó el Master en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos en la Universidad Autónoma de Madrid. En noviembre de 2014 se marchó a Burkina Faso para comenzar a hacer periodismo freelance y desde entonces recorre los países de África occidental para intentar comprender y acercar esta parte del continente. Autora del blog Cuentos para Julia, donde escribe sobre África, sus experiencias y reflexiones, colabora con varios medios de comunicación como El Mundo, Mundo Negro y El Comercio (Perú), entre otros"

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