El dátil, un negocio en Ramadán.

11/07/2014 | Crónicas y reportajes

Durante el mes de Ramadán se desarrollan muchas actividades informales en Bamako.
Es un mes sagrado para los musulmanes que favorece toda una economía vinculada al comercio de productos muy demandados en este período.

El dátil forma parte de estos productos. Muchos de nuestros compatriotas rompen el ayuno con esta deliciosa fruta. La tradición musulmana cuenta que el profeta Muhammad, que la paz y la salvación sean con él, cortó el ayuno con unos dátiles frescos, siempre según la Sunna, y si no los encontraba, comía dátiles secos o, en última instancia, bebía agua.

Hoy, muchos fieles musulmanes malienses siguen esta tradición. De hecho, el dátil es cada vez más consumido durante el mes de Ramadán. Y resulta que, su comercio se ha convertido en una preciosa fuente de ingresos para muchas personas. Este año, al haber coincidido el Ramadán con las vacaciones escolares, muchos niños se han introducido en la venta de una fruta tan preciada. Estos jóvenes surcan las calles, se aglutinan en los cruces donde se instalan los semáforos, sin perturbar el tráfico. Uno se los cruza, tanto en las inmediaciones de las mezquinas, como en toda clase de servicios públicos. Los dátiles son generalmente vendidos, al por menor, en cestitas de plástico bien embaladas o en bolsitas, también de plástico.

Ali, Ben e Issouf son tres escolares que nos hemos cruzado en la acera de una calle del barrio del río. Estos jóvenes revenden los dátiles que compran en las tiendas del Gran Mercado de Bamako. Compran una caja de cartón que contiene 12 paquetes a 10.000 francos CFA y revenden el paquete a 1.000 francos CFA, (obteniendo una ganancia de 167 francos CFA en cada paquete). Existen también cajas de cartón que contiene 24 cestitas que son igualmente dejadas a 10.000 francos CFA. Éstas, a su vez, son vendidas a 500 francos CFA la unidad (consiguiendo una ganancia de 84 francos CFA por unidad vendida). Los tres muchachos aseguran que se deshacen del cartón de dátiles en tres días. “La demanda es fuerte. Pero el negocio está saturado. Hay mucha gente. Tenemos muchos compañeros que se dan a esta actividad en este período. Ello reduce nuestros márgenes de beneficio”, explica el joven Ben.

L. Diarra, otro colegial de 13 años, deja cada mañana su domicilio en Daudabugu para incorporarse al centro de la ciudad. Se aprovisiona en las mismas condiciones que el trío precedente, y llega a deshacerse de un cartón de dátiles en un día.

A. Togo, es un alumno de séptimo año de educación básica. Tras el primer día del mes de cuaresma, se ha metido en el negocio. Tiene olfato y aguante. Desbordante de energía, se mueve mucho durante todo el día. Va y viene por el triángulo que representan el monumento de la Independencia, el parque Lumumba, y el centro comercial. Con cada cartón vendido, dice, saca un beneficio de 2.000 francos CFA. “Hay días, en los que puedo vender hasta tres cartones. Calcule…”, sonríe el joven que se aprovisiona en los establecimientos de los mayoristas del mercando “Dabani”.

Ibrahim Diallo practica el comercio de los dátiles desde hace una decena de años. Reconoce que éste es un mercado floreciente en el mes de Ramadán. Dispone en su tienda de dos variedades de dátiles: el blanco, llamado “tamaro djéma” en lengua nacional bambara, y el grueso “koumaba”.

Ousmane Diarra es uno de los clientes fieles de Ibrahim Diallo. “Rompo el ayuno con un dátil, conforme a la Sunna del profeta, que la paz y la salvación sean con él”, nos confía, después de haber comprado tres kilos de dátiles. Por otra parte, Diarra señala que “el dátil es muy rico en vitaminas”.

Tiene razón: el fruto tiene un gran valor nutricional. Con un valor energético de 287 kcal por cada 100 gramos, el dátil se revela muy rico en azúcares (glucosa, fructosa y sacarosa). Contiene igualmente, vitaminas (B2, B3, B5 y B6), una escasa cantidad de vitamina C, así como sales minerales (potasio y calcio). De igual manera, es rico en cromo y en fibras.

Sidi Sangaré vende dátiles secos desde hace siete años. Habida cuenta del número de clientes que cruzan por delante de su tienda, huelga preguntarle cómo va el negocio; es evidente que marcha bien. Además, algunos clientes compran hasta 50 kg de fruta.

Así pues, como puede constatarse, al lado de los productos estrella de este mes, como el azúcar y la leche, el dátil tiene su lugar. Representa el gran beneficio de los que hacen negocio con él y a los que les gustaría que el Ramadán se repitiera a menudo durante t el año.

Aminata Dindi Sissoko

Fuente L’Essor (EL Desarrollo, Malí) Fundación Sur

Tradicción Antonio Vázquez

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