En un discurso pronunciado el pasado 05 de junio en Nyabihu, al noroeste de Ruanda, el presidente Paul Kagame dijo que continuaría con su plan de arrestar a más sospechosos e, incluso, dispararles a la luz del día.
Estas declaraciones, indignas de un jefe de Estado, se produjeron como respuesta del Presidente de Ruanda a la preocupación expresada por la Organización de Derechos Humanos y por el Departamento de Estado de los EE.UU. que pidieron al régimen de Kagame que pusiera fin a las detenciones arbitrarias, a las detenciones en régimen de incomunicación y a las desapariciones.
En su comunicado, el Departamento de Estado de EE.UU. había instado al gobierno de Kigali a que aclarara los casos de secuestro y detención de ciudadanos ruandeses, durante más de dos meses. La Organización de Derechos Humanos fue más allá al publicar los nombres de algunos de estos sospechosos detenidos.
El gobierno, a través del Ministro de seguridad, Fazil Harerimana, negó inicialmente la información sobre los secuestros pero el jefe de policía contradijo, públicamente, a su superior y admitió que habían detenido a 14 personas, sospechosas de colaborar con los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). La pregunta es: ¿por qué la orden de detención no fue comunicada a sus familias y por qué estas personas no han sido llevadas ante un juez, según ordena la ley?
Por su parte, el Ministro de Relaciones Exteriores, Louise Mushikiwabo, dijo que esas acusaciones no deberían hacerse públicas, ya que sólo sirven para subir la moral de los rebeldes de las FDLR.
El lugar elegido, por el presidente Paul Kagame, para estas declaraciones no fue fruto de la casualidad. De hecho, esta región del noroeste, ciudad natal del presidente Juvenal Habyarimana, cuyo avión fue abatido en abril de 1994, ha sufrido de 1995 a 1998, las peores represiones por parte del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que no dudaba en disparar contra la población civil, bajo el pretexto luchar contra los rebeldes de las FDLR.
Las Fuerzas Democráticas Unificadas Inkingi (FDU-INKINGI) creen que los principales estados y partidarios políticos del régimen del FPR no deberían conformarse con mantener una mera postura diplomática, sino que deberían aplicar sanciones reales como es el caso de otros países. El silencio de sus líderes será percibido por el régimen de Kagame como un cheque en blanco, una luz verde para continuar con la represión. No se puede tolerar que un jefe de Estado amenace con disparar a sus propios conciudadanos.
Las FDU-INKINGI hacen una vez más hincapié en que estas prácticas sólo cesarán cuando haya una oposición legal y esto es lo que este partido ha estado exigiendo durante años, enfrentándose a la intransigencia del régimen del FPR.
FDU-INKINGI
Bonifacio Twagirimana (Vice Presidente interino)
