En « Africanía » os ofrecimos, en los últimos programas, una serie de especiales dedicados a la situación en la República Democrática del Congo. Debido a la relevancia de estas entrevistas y a la información que aportan, creemos de interés su aparición en esta sección.
Proseguimos esta serie con la entrevista realizada a Loreto Rey Aznair, de la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra (UMOYA).
Rafael Sánchez– Loreto explícanos, ¿Qué es la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra, más conocida como UMOYA?
Loreto Rey– Yo primero quiero daros las gracias a vosotros en nombre personal y en nombre de los Comités porque siempre hemos contado con vuestro apoyo y, gracias a él, hemos llegado más allá y hemos hecho cosas de más ámbito y de más repercusión para los pueblos africanos, y de hecho, hay coordinadoras donde trabajamos codo a codo con vosotros.
La Federación de Comités se compone de doce grupos que se han ido formando desde el año 91 hasta el año 98 trabajando en distintas provincias de España.
Sobretodo lo que nos interesa es romper el silencio de los pueblos de África, lo que acontece allí, cómo viven y cuáles son las responsabilidades o las causas del sufrimiento y de la falta de paz y de capacidad de salir delante de estos pueblos.
RS– Nosotros, que os conocemos desde vuestro inicio, nos preguntamos cómo podéis estar en todos los sitios, siempre moviéndoos. Aparecéis en todas las cuestiones, conferencias, seminarios, ciclos, denuncias que hay sobre la situación de África, y siempre trayendo a la gente más interesante del continente africano. ¿Cómo lo lográis, cómo podéis estar en todos los sitios haciendo estas actividades?
LR– Yo creo que la gente que estamos en los Comités tenemos una especie de fuerza que nos aúna a todos y nos alienta y nos da fuerza, son las injusticias y las desigualdades que sufren los pueblos africanos. Es lo que nos provoca a luchar por la justicia, la paz y la verdad allí .
En la Federación tenemos un piso por un milagro de la solidaridad y, por otro lado, todos los gastos que vamos teniendo salen adelante de la solidaridad de otros grupos, de personas y de institutos religiosos, no de administraciones ni locales ni generales.
Por otro lado, el contacto con los pueblos africanos, para nosotros ha sido tan importante que desde que empezamos, hemos hecho viajes allí, al Congo, a Camerún, a Angola; a punto estuvo de lograrse uno a Ruanda. En el Congo hemos estado en varios sitios, hemos contactado con grupos organizados de los pueblos africanos y esto a nosotros nos da la pista de cómo puede ser, de la fidelidad a la causa de los pueblos, a sus luchas .Y a partir de ahí, todo lo demás es un milagro de la solidaridad. Porque yo muchas veces me asombro de la repercusión que tenemos, del reconocimiento de grupos de los pueblos que no habíamos tenido nunca y ahora sí, allí se sienten apoyados por grupos de aquí y ahora, este año, yo he sentido el gozo y la satisfacción de haberles explicado el tema de las redes en Europa y para ellos es una perspectiva que les da esperanza.
Nosotros estamos en la red con misioneros y con grupos de base en España, en Europa con la FJN que significa Africa Europa Fe y Justicia, unas redes de institutos religiosos y laicos para hacer presión al Parlamento Europeo contra las leyes económicas que repercuten en Africa; y también estamos en red con Neurat, una red de ONG europeas por el Africa Central. Este trabajo en redes por la paz nos ha hecho multiplicar los esfuerzos y es muy importante también el apoyo de centros de información como el vuestro y Mundo Negro, con los que nos complementamos.
RS– Lo cierto es que en este mundo de vanidades que reina dentro de las Ongs, vosotros sois un ejemplo para la sociedad, de trabajo callado, continuo y está ahí para todos nosotros que seguimos trabajando. Sois una ayuda permanente.
Vamos a meternos en harina, vamos a hablar de la república Democrática del Congo. Con anterioridad hemos charlado con un compañero tuyo del Este del Congo (RDC). Es una situación muy peculiar porque está tomado militarmente por los ruandeses, aunque ellos lo niegan, pero es evidente que están allí, y los congoleños luchan contra la secesión del país.
Tú has estado en julio en la República Democrática del Congo, concretamente en Kinshasa. ¿Cuáles son tus sensaciones después del viaje? ¿Qué te pareció?
LR– Es la tercera vez que he viajado allí y me ha parecido ver un proceso de maduración política, a la africana evidentemente, en el pueblo, mucho más que en los políticos, hay una gran distancia entre ellos. Cuando yo conocí el pueblo congoleño no tenía concepto de país, además yo estuve en el norte, en poblados aislados y lo más que tenían era el concepto de la red de poblados de alrededor y poco más.
Yo me acuerdo de José María Edmundo, un congoleño muy importante dedicado a sensibilizar a su pueblo y a hacer grupos organizados para, en ese momento, denunciar a Mobutu y a las cosas incompletas del proceso que estaba haciendo de apertura. Este hombre decía, en mi país no existe concepto de país.
Ahora encuentro que es un país que, a costa de esta guerra de cuatro millones de muertos, a costa de tantas incursiones, saqueos y matanzas, ha madurado para resistir, defender la vida de los suyos, defender la integridad del territorio. Un ejemplo claro es cuando cayó Bukavu en manos de los ruandeses, desde todo el Congo, inmediatamente, se pusieron en pie. Están organizados.
Nosotros formamos parte de una comisión de mil quinientos observadores en las elecciones, y vimos, en los sitios más o menos apartados, cómo hombres y mujeres iban con alegría y sorpresa a elegir al que les iba a mandar, y ha sido la primera vez. Eso lo han vivido sin rencillas, sin venganzas, en las colas con paz y con alegría como sabe este pueblo, estar en pie y resistir con la fiesta y la esperanza .
RS– Desde “ Africanía ” resaltamos la importancia de cómo se está estructurando la sociedad africana, cada vez más consciente de sus derechos y de sus obligaciones. ¿Cómo se está viviendo esta estructuración, que tú dices que es fuerte en el Congo? ¿En qué hechos y condicionantes se está basando? ¿Son grupos locales, grupos ideológicos, grupos más políticos de barrio?
LR– Sí, yo no podría decir que existe, ni mucho menos, una estructuración desde el pueblo, desde la sociedad civil, pero hay grupos de derechos humanos que son muy importantes. Conocemos a grupos de Kisangani, en Katanga, en el Este, en el Nordeste, en la zona de Ituri, en la zona de Bukavu, en Kinshasa. Quiero decir que hay muchas zonas en las que tenemos contactos con grupos de la sociedad civil, con grupos de mujeres, que son las que apuestan por la vida y las que sacan la vida de sus hijos adelante. Yo he conocido las redes de mujeres para descubrir semillas que podían facilitar la manutención de la familia, redes para defender los derechos de la mujer contra las violaciones en el Este, para sacar a las mujeres que han sido violadas de la postración, viudas que se organizan y pasan a desarrollar el rol del hambre y el de la mujer. Y entre ellas se rehabilitan.
RS– La Conferencia Episcopal del Congo, a la que has mencionado, ha demostrado que tener valor para enfrentarse a los poderes, hacerles frente y para estar al lado del pueblo.
LR– Verdaderamente, es una Conferencia Episcopal ejemplar, ejemplar ahora mismo porque, por un lado la Conferencia Episcopal del Kivu se ha pronunciado muy claro sobre la invasión de los ruandeses y , seguramente sea una de los responsables de que el Congo no se haya roto .
El tema de la alfabetización a partir de la enseñanza y la sanidad en el Congo, mientras no haya un presupuesto o no se quiera dar una prioridad a estas necesidades que son vitales, quien lo mantiene más son las iglesias de toda índole.
RS– ¿Cómo se vive el cisma político en la sociedad de Kinshasa?
LR– Yo creo que Kabila es un político astuto, además de otras cosas. El caso es que yo he vivido en Kinshasa, el nido de los Bembistas, (el 95% votó a Bemba). Con la astucia política de los que mandan ahora están intentando poner mejor Kinshasa y callar a los Bembistas. Llega más luz, han abierto diez centrales más de agua, centrales eléctricas y están suministrando luz y agua con más frecuencia a la periferia.
Por otro lado el mercadeo que ahogaba las calles lo han retirado, están organizando la circulación, no dejan ir a la gente montada encima de los coches, se está imponiendo un poco el orden y el sentido de la autoridad. Pero yo no he notado el cisma. A nivel del pueblo, el barrio donde yo he estado tiene un jefe de barrio que ante una plaga de moscas vienen los de sanidad y le ayudan a resolver el problema.
RS– Katanga es una región muy importante del Congo, es una de las que más peso político tiene de todo el país.
LR– Katanga está subiendo el nivel de vida por la cantidad de contratos, digamos absolutamente injustos para el pueblo congoleño. Es tremendo que de un contrato más del 90% se lo lleve la multinacional que hace el contrato y menos del 10% se lleve el gobierno, pero no se sabe si es para el pueblo o para quién.
Por otro lado está China y sus minas. Los congoleños dicen, los chinos hacen una carretera a cambio de saquearnos, los otros llevan muchos años saqueando y no nos queda nada. Entonces están ante esa perplejidad de los contratos mineros que esta siendo tremendamente injusta y desigual.
RS– Hablemos de la administración pública. En “Africanía” charlábamos hace poco tiempo con un misionero que trabaja con jóvenes en los suburbios de Kinshasa. Hablaba de la situación penosa, catastrófica, en la que se encuentran los ciudadanos, casi un 70% de paro.
LR– Kinshasa es una ciudad en la que parece que se estuviera en una manifestación todo el día. La gente deambulando por las calles, unos irán a buscar trabajo, pocos estarán trabajando y otros estarán paseando su hambre; es una cosa impresionante.
No sabía el porcentaje, yo tengo la impresión de que nadie ha hecho el censo de Kinshasa y esto lo dicen los congoleños, unas veces hablan de diez millones, otras de nueve… no lo sabe ni la gente que está en el gobierno. El único censo se hizo para las elecciones, pero sólo para los mayores de 18 años.
La situación social es durísima pero la creatividad del congoleño para salir adelante es impresionante. He visto en las calles puestos de despieces y reparación de coches, también cómo están destruyendo edificios para hacer una parte de Kinshasa más bonito, los papas cogen una carretilla con piedras y sillares grandes y lo llevan a sus barrios, el padre lo parte en trozos grandes, la madre en trozos más pequeños y el niño al lado haciendo gravilla que vale para el cemento armado. Son increíbles, es que inventan lo inventable para sobrevivir. He visto a gente viviendo en la periferia de Kinshasa, que es una ciudad creciente porque vienen de los poblados huyendo de la inseguridad, gente viviendo sin comer o niños sin fuerza para gritar al jugar. Verdaderamente es todo un cuestionamiento tremendo, no hay clase media.
Está viniendo mucha gente de Asia, paquistanís, libaneses… y están abriendo muchos comercios, grandes almacenes en el centro, es curioso, y digo yo, ¿Quién lo compra?
RS– Denuncian que el Gobierno sólo extiende sus tentáculos hasta Kinshasa y a partir de ahí es como un estado de nadie. ¿Es eso cierto?
LR– Pues la verdad es que yo creo que hay un sentimiento único de gobierno en el Congo, y que habrá gobernadores que están pitando como el de Katanga . Lo del Kivu realmente es un caos y la parte del centro y el norte no la conozco. Creo que al Congo le faltan unas elecciones que serían muy importantes para acercar al pueblo a una democracia, elecciones locales y municipales, pero están sin presupuesto, Europa no lo ha mandado.
Malu Malu, presidente de la Conferencia Episcopal, un hombre de la iglesia católica, de la diócesis de Butembo, preparado, increíblemente honesto y serio, ha manifestado que quisiera hacerlas cuanto antes. Somo que ha estado hace poco por aquí, nos dijo que le hubiera gustado haberlas planteado para el 2008, pero llegar hasta el último ciudadano a concienciar de unas nuevas elecciones supone mucho gasto.
RS– Es muy importante para la política de la RDC el implementar el principio de subsidiariedad, el que la administración llegue hasta el administrado y que tenga una persona cercana para explicar sus problemas, para plantear sus denuncias y que la administración llegue a todos los pueblos.
Muchísimas gracias Loreto, de la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra (UMOYA) por traernos un trocito de la RDC, por traernos un ejemplo de cómo avanza esta sociedad .
LR– Gracias por habernos dejado compartir en vuestro medio las inquietudes y los problemas que sentimos y vivimos con el pueblo congoleño los Comités Africanos.
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