¿Debería Mandela haber hecho más?

8/01/2014 | Opinión

Mandela es indiscutiblemente un símbolo de resistencia y debemos evaluar tanto su legado positivo como el negativo

UN ICONO DE RESISTENCIA

No se puede negar el hecho de que Mandela fue uno de los últimos políticos que, basándose en sus valores, catalizó el cambio en Sudáfrica utilizando todo tipo de medidas. Lo más importante de todo es el hecho de que Mandela fue el prisionero político que más tiempo ha gobernado en la reciente historia del continente. Esto no se lo podemos negar. Fue un símbolo de resistencia contra cualquier tipo de opresión y de racismo.

Mandela fue en muchos sentidos un modelo de reconciliación. Pertenecía a esa clase extraordinaria, en la que indudablemente debemos incluir al presidente fundador de Namibia, Sam Nujoma, y al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, que adoptó e introdujo la reconciliación en un entorno en el que nadie lo hubiera previsto como posible.

Imagínense que alguien en Afganistán o en Irak consiguiera una reconciliación con Occidente que permitiera al ex-presidente estadounidense George Bush tomarse una cerveza en Kabul sin ser apaleado. En este sentido, el legado de Mandela supuso una reconciliación revolucionaria para nuestro desgraciado continente.

RENUNCIÓ AL PODER A DIFERENCIA DE OTROS

También debe atribuirse a Mandela el haber introducido la democracia parlamentaria de la era moderna en África. Desde la independencia de Sudáfrica en 1994, los diferentes presidentes han sido sucediéndose sin derramar sangre y sin ningún tipo de reclamación por fraude o malversación. Se podría decir que gracias a esto, Mandela inspiró tanto a la gente en el poder como a los que aspiraban a él. Cumplió su mandato y dejó el poder sin tener que ser expulsado o rechazado. Cuando renunció al poder, se retiró y dejó que los nuevos dirigentes se hicieran con el control sin intervenir de ninguna forma.

Los beneficiarios de su lucha y de su tipo de liderazgo abarcan todos los géneros y edades y están por todo el mundo. Mandela permitió incluso el debate sobre los derechos de los homosexuales, hasta el punto de aprobar el matrimonio del mismo sexo en Sudáfrica. En este sentido, Mandela fue para todos un icono de integración y de sociedad plural.

Con respecto a las mujeres, Mandela aseguró cierta identidad e igualdad de géneros. Si observamos el partido que dirigió, el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), nos damos cuenta de que representó a las mujeres ampliamente y que, a lo mejor, gracias a su fundación, Mandela y su administración dejaron a las mujeres de Sudáfrica tener puestos claves en el gobierno y en la industria. Sudáfrica tiene, hoy en día, uno de los mayores porcentajes de mujeres en el parlamento de África. El país cuenta con un número sustancial de mujeres en el gabinete ministerial, así como en otros cargos ejecutivos.

Es difícil decir lo que Mandela hizo por las mujeres en términos de desarrollo económico. Sin embargo, teniendo en cuenta que el pastel nacional de Sudáfrica no parece estar muy dominado por los hombres, sí que podemos afirmar que Mandela sentó las bases para el acceso equitativo a los recursos del país.

También es difícil decir, a la primera de cambio, qué tipo de leyes entraron en vigor durante el mandato de Mandela y hasta qué punto se promovió el estado del bienestar de las mujeres y de los niños. Sin embargo, en relación con el acceso a la educación, Mandela y su administración lo hicieron bien y, hoy en día, las estudiantes mujeres están muy bien representadas en las instituciones de educación superior del país. Esto puede ser considerado como un gran logro.

EL LEGADO NEGATIVO DE MANDELA

A pesar de los legados positivos de Mandela, mucha gente no entiende que con el gran corazón que tenía para la reconciliación y el perdón, no pudiera perdonar a su mujer y compatriota en su lucha, Winnie Mandela, por sus supuesta infidelidad. Es difícil casar las dos personas de Nelson Mandela. Hay una contradicción en este sentido.

Uno de los aspectos más negativos del legado de Mandela es su amnesia selectiva. Después de haber recorrido el famoso largo camino hacia la libertad y tras llegar al poder en la economía más importante del Sur de África, contrariamente a lo que muchos pensaron que haría, Mandela no reconoció la contribución de muchos países que fueron perjudicados por la Sudáfrica pre-independiente y que lucharon por la independencia del país. Estos países incluyen a Namibia, Mozambique y Zimbabue.

Muchos esperaban que Mandela diera un paso más en el viaje que empezó otro africano, Kwame Khrumah, quien declaró abiertamente que la independencia de Ghana no sería suficiente hasta que el resto de los países de África se independizaran y hasta que el ideal de panafricanismo fuera una realidad.

Por ello, uno de los legados más negativos de Mandela en Sudáfrica es que está, en gran medida, cerrada al resto de África. El continente parece estar más abierto a los blancos que a los africanos. Es más probable que te exijan un visado de tránsito en Johannesburgo si eres una persona negra de África que si vienes de Washington. Este es uno de los legados de Mandela más difíciles de entender.

Muchos esperaban que Mandela hubiera defendido y apoyado abiertamente, con sangre y recortes económicos, a los países que apoyaron a Sudáfrica cuando más lo necesitaba. Hasta ahora, parece que no hay ninguna intención de mostrar agradecimiento. La caída del apartheid no llegó únicamente con la encarcelación de Mandela durante 27 años. Muchas personas y países, especialmente los Estados de primera línea, tuvieron un papel fundamental en la lucha de los sudafricanos.

Antes de su muerte, Mandela estuvo mucho tiempo en el hospital. Muy pocos líderes africanos le visitaron o hablaron sobre su estado de salud. Aunque sea difícil de comprender, esto se puede ver como una señal de respeto a su privacidad, teniendo en cuenta que el fin estaba cerca para el hombre que una vez dijo que de lo que más se arrepentía en su vida era de no haber llegado a ser campeón del mundo de boxeo de peso pesado.

Parece que los dirigentes del Estado y del gobierno en África siguieron el ejemplo del presidente americano Barack Obama de no ser muy intrusivo en las cuestiones familiares, particularmente cuando era bien sabido que Mandela estaba muy enfermo.

A pesar de que juzgar a Mandela por lo que hizo o dejó de hacer mientras que fue presidente de Sudáfrica es muy difícil, sobre todo, porque llegó al poder cuando TODO se estaba configurando, la figura de Mandela es una cuestión controvertida, incluso después de su muerte. Es posible que el debate sobre el legado de Mandela siga presente, incluso mucho después de que se haya marchado.

Moses Magadza

Pambazuka

*Moses Magadza es un periodista y editor Zimbabuense. Actualmente está ampliando sus conocimientos en el Programa de estudios de posgrado de la Universidad de Namibia.

(Traducción, Mercedes Negueruela)

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