Angélica Namaika premio Nansen 2013, por Paquita Reche, mnsda

12/11/2013 | Bitácora africana

Un galardón para personas que se han distinguido por su trabajo a favor de refugiados.

Numerosas agencias de información, publicaron la noticia: “Una religiosa congoleña: Angélica Namaika ha sido galardonada con el premio Nansen 2013”. Un premio que ACNUR (Alto Comisariato de NU para los Refugiados) otorga a personas o asociaciones que se han distinguido por su trabajo a favor de las victimas civiles de guerras y conflictos, en su mayoría mujeres y niños que han tenido que abandonar sus hogares huyendo de la violencia de guerras y conflictos armados. Un premio que se instauró en 1954 y recibe su nombrede Fridtjof Nansen, explorador polar, diplomático, científico y humanitario noruego La noticia que ha tenido gran eco mediático ¿Por qué? Creo que entre otras, podría haber dos razones: la situación de los refugiados en África y el perfil poco corriente de la galardonada: una senccilla religiosa africana, una mujer de gran corazón, ejemplar y entregada

Sor Angélique, una mujer ejemplar y entregada.

Angelica nació hace 46 años en Kembisa, en el sur de la Provincia Oriental en una familia de cultivadores cristianos con seis hijos. Era una niña despierta y aplicada en la escuela. Cuando le preguntan por qué se hizo religiosa, cuenta que desde los 9 años soñaba en hacer como sor Tonne, la religiosa alemana que venía a su pueblo para cuidar a los enfermos y añade con una sonrisa:, “!En ese momento no sabía si las africanas podían ser religiosas.. La única que había visto era blanca”…

Una cosa son los sueños de niña y otra la decisión adulta de dejar tu tierra y tu familia, renunciar a formar tu propia familia. La decisión no fue fácil, pero Sor Angélica no se arrepiente. En 1990 empezó su formación como religiosa. En 2003, después de haber terminado en Kinshasa estudios de espiritualidad es enviada a Dungu en el noroeste de la Provincia Oriental. Encuentra un grupo de mujeres en situación difícil que no habían tenido la suerte de ir a la escuela pero que deseaban formarse. Empieza a alfabetizarles y darles cursos de cocina y costura, La mayoría eran madres solteras o que habían sido forzadasa casarse. Angélica es feliz de poder entregar su vida a los más desfavorecidos y de ocuparse de mujeres en situación difícil. Las anima a cultivar un campo comunitario, las forma para que puedan ganarse la vida. La alfabetización va acompañada de enseñanzas como la costura y la pastelería.

A partir de 2008 se encuentra con otro grupo de mujeres que habían sido raptadas y víctimas del LRA, la Armada de resistencia del Señor, los crueles rebeldes de Kony de origen ugandés, que desde 2005 asolaba la región. Habían conseguido escapar a su cautiverio y necesitaban ayuda para reintegrarse. Después de una ayuda de urgencia, las orientaba a las actividades del Centro En octubre 2009 llegan a Dungu refugiados que huían de las atrocidades del LRA. Sor Angélica decide ayudar a los que se habían instalado a las afueras de la ciudad, lejos del centro donde están las actividades de formación. .Ni la distancia, ni el estado de las calles y caminos detienen a la Hermana para ir al encuentro de los refugiados en su vieja bicicleta, sin escatimar esfuerzos para ayudarles a integrarse.

Durante la última década, la hermana Angélica ha ayudado en la ciudad de Dungu (Provincia Oriental de la RDC) y sus alrededores a más de 2000 niñas y mujeres víctimas de secuestros, malos tratos, trabajos forzados, violaciones y otros abusos de derechos humanos, a los que hay que añadir el rechazo social y familiar que a menudo acompaña al hecho de haber sido violada. Esas víctimas necesitan ayuda . para recuperarse del dolor y del trauma, recuperar la confianza y la autoestima y ser autosuficientes ayudándoles a formarse para que puedan montar un pequeño negocio y que puedan escolarizar a sus hijos. A las víctimas más jóvenes las anima a volver a la escuela. Sor Angélica intenta hacerlo a través de su Centro para la Reinserción y el Desarrollo donde aplica una pedagogía personalizada.
Los 100.000 euros del premio ofrecidos por Noruega y Suiza ayudarán a sostener su proyecto, serán invertidos en los campos comunitarios donde cada mujer podrá tener una parcela para cultivar alimentos para la familia y poder vender el resto. También quiere mejorar los locales para la formación e instalar una panadería.

El premio recibido por la Hermana Angélica nos invita a recordar el problema de de los refugiados.

África subsahariana es la región en la que hay el mayor número de desplazados internos del mundo. Sólo en el interior de la RDC más de 2,5 millones de personas han visto obligadas a abandonar sus hogares. Los movimientos masivos de huida comenzaron como un efecto colateral del genocidio de Ruanda en 1994 y la primera guerra del Congo en 1996. Desde hace veinte años el desplazamiento de poblaciones se ha multiplicado y repetido. A causa de la inseguridad crónica y luchas entre grupos armados y el ejército nacional congoleño, muchos civiles han visto forzados a escapar de la violencia y los saqueos, y a buscar refugio en zonas más estables: en campamentos o con familias de acogida. Según las cifras oficiales de las Naciones Unidas, actualmente hay más de 900.000 desplazados internos en el norte de Kivu.
Aunque menos numerosos, también hay más de 360.000 desplazados internos entre el noreste de la Provincia Oriental de la RDC y el sureste de la República Centroafricana, donde, además de rebeldes locales, actúan desde 2005, la sangrienta banda de Kony, el LRA. Desde que empezó hace más de veinte años en Uganda, numerosas mujeres han sido víctimas de ella, violadas y forzadas a convertirse en esclavas sexuales.

Nos alegramos de que el premio Nansen haya recaído en una sencilla religiosa congoleña de gran corazón, por su trabajo a favor de las víctimas de los conflictos armados. Deseamos a Sor Angélica que pueda continuar su labor extraordinaria para seguir curando heridas y cambiando la vida de personas victimas de los conflictos armados y de la pobreza

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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