Derechos (torcidos) Humanos, por Félix Pérez Ruiz de Valbuena.

8/10/2013 | Bitácora africana

uando se habla, en la prensa, de Derechos Humanos la mayor parte de las veces de lo que se está hablando es de esa parte de los derechos humanos referidos a la actividad política.

Si tuviéramos que ponerlos por orden de importancia quizás el primero debería ser el Derecho a la Vida. Sin éste, para mí que los demás sobran.

A partir de ahí todos los relacionados con ésta, con la vida: alimentación, sanidad, vivienda, trabajo, educación…

Después de todos estos quizás deberían empezar a aparecer los derechos políticos, de opinión: libertad de expresión, de culto, de reunión, asociación, huelga…

¿Qué os parece más importante?

¿El derecho a la vida o a la salud o el derecho de huelga?

A mí, personalmente, y a cualquier sociedad con una escala de valores «sana» creo que es más importante el derecho a la vida…

Pues me temo que demasiada gente en «el país de los hombres íntegros» tiene una escala de valores con algún que otro escalón destrozado.

Ya os conté hace unos 2 años, cuando abrimos la Biblioteca OLVIDO, un problema que tuvimos con estudiantes de secundaria.

Un «chorizo», por ser diplomático, estudiante, se puso a organizar y publicitar un negociete utilizando el nombre de la Biblioteca, sin decirnos nada.

Lo denunciamos a la Policía Nacional, que le obligaron a cancelar la actividad.

La cosa no quisimos que pasara de ahí, nada de detenerle o reclamarle nada, pero se chivó a sus camaradas de los liceos y se presentó una «delegación» en la Biblioteca a pedirle explicaciones a Asséto, la directora, que yo estaba de viaje en España.

En tono completamente amenazador le exigieron explicaciones y ella consiguió salir del paso ofreciéndose a ir a una asamblea de delegados estudiantiles a contar qué había pasado, nuestra versión de los hechos.

Porque se dio cuenta que iban provistos de silbatos y estaban preparados para hacerlos sonar y que estudiantes que esperaban fuera de la biblioteca entraran a arrasarla…

¡Qué pena que no lo hicieran, que ya estaría yo en casa tranquilito, jejeje!

Les daba igual que su «camarada» fuera un chorizo y un ladrón, prevalecía la solidaridad de «clase» (en este caso de sala de clase, no de clase social) sobre cualquier otro considerando, justicia, razón, verdad…

Aquí, en Burkina Faso, las cosas funcionan así, desgraciadamente.

Cuando hay una huelga en la enseñanza por alguna cuestión, y las hay casi todos los meses, más vale no enfrentarse a los piquetes de huelga.

Este mismo año mataron a un chaval de un liceo privado que no quería hacer huelga.

La mayor parte de las huelgas son efemérides de alguien al que han matado, como la huelga anual por la muerte de Norbert Zongo, desde hace más de 15 años.

Lo mismo se les ocurre rizar el rizo del surrealismo africano y hacen una huelga anual de enseñanza por la muerte del alumno asesinado por un piquete de huelga porque no quería hacerla…

Cosas más raras he visto por aquí.

Lo de la cultura africana cada vez me sorprende menos.

Bueno pues a lo que iba, ¿vida o huelga?

Huelga repetir que vida, pero eso va en gustos o en culturas…, ¿o es incultura?

Por ejemplo aquí, en Burkina Faso, la muerte es algo muy presente, como la vida.

Bueno, como en todas partes: ya he repetido hasta la saciedad que el porcentaje de muertos no es más alto en África que en otros continentes, que es el mismo para todos, en torno al 100 %.

La única diferencia es que en África hay mucha más rotación de efectivos: nacen muchos más niños y mueren muchos más viejos, y mucho antes.

Así que todos estamos acostumbrados a ir de entierro todas las semanas.

Y a saludar a «recién llegados»…

Quizás por eso las muertes nos afectan menos.

Excuso deciros a los profesionales de la salud, que si en España tienen que hacer «callo» ante la desgracia y la muerte de los que tienen que cuidar y curar, de otra forma no podrían pegar ojo por las noches, aquí no es que hagan callo, es que hacen caillou (roca, piedra) de su corazón.

También os conté una vez que llevamos a Urgencias del Hospital a una empleada de la biblioteca.

Nos prescribieron las cosas que teníamos que comprar en la farmacia del hospital para atenderla (ya se puede morir de una hemorragia que si no se lleva lo que necesita no la van a curar) y al llegar a la farmacia el que despachaba, que tenía los medicamentos, nos dijo que no nos los podía dar porque el cajero se había ido a comer y hasta que no volviera no podían hacer el recibo y despacharnos.

Le dijimos que le dejábamos el dinero y más todavía pero nos dijo que nones, daba igual que Aicha estuviera sin conocimiento o si fallecía, literalmente dijo que no era su problema.

Nos tuvimos que coger la furgoneta, salir del recinto del hospital para ir a buscar una farmacia.

Aicha no murió, afortunadamente, pero sólo porque no era más que un desmayo por una fuerte hipotensión.

A lo que iba, lo que quería contaros.

Hace unos meses, casi un año, una mujer, Minata Traoré, embarazada, acude a un centro de salud para dar a luz, pero ¡hélas! están en huelga los sanitarios convocados por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud Humana y Animal (SYNTSHA), aquí la vida humana no se valora demasiado más que la vida animal, así que todos juntos en el mismo sindicato.

Aquí explican los sindicatos que dejar morir a personas negándoles auxilio y atención no figura entre las causas de despido de un enfermero…

Minata tiene complicaciones y pide ayuda en el centro, que alguien la atienda.

Estamos hablando de algo parecido a un chamizo de no más de 50 m2, no penséis en términos europeos.

Si los servicios sanitarios son ya de por sí, mínimos, eso cuando los hay, los servicios mínimos durante las huelgas son inexistentes.

El caso es que la mujer se encuentra cada vez peor y alguien decide coger la moto e ir a avisar al enfermero a su casa, para que se ocupe de ella.

Pero éste, un tal Nonguesanga Kaboré se niega a acudir al centro de salud.

Varias veces más vuelven a ir a avisarle de lo mal que está la embarazada y les responde que no es su problema, que está en huelga.

Con muchos sufrimientos Minata Traoré y su bebé mueren sin asistencia de ningún tipo tirados en un centro de salud del distrito de Seguenenga.

El Gobierno toma la sabia decisión de despedir como funcionario de Sanidad al Sr. Kaboré por dejación de sus funciones, porque al no haber más que un enfermero por centro de Salud, es él quien debe ocuparse de atender los casos urgentes.

Y ahí empieza el lío.

El inefable reclama a su sindicato lo injusto de la medida: despedirle porque ha dejado morir a una madre y su hijo, ¡dónde se ha visto esto en África!

Y empiezan las tensiones y los actos de protesta del sindicato.

Yo estaba orgulloso de la firmeza del Gobierno y de su sensatez diciendo que no iban a dar marcha atrás en su decisión ante un acto tan vil, pero…

Comenzaron las huelgas de los sacrosantos trabajadores de la Salud Humana y Animal (¡animales!), como un sólo hombre (y mujer) obedientes a las consignas de su sindicato, ¿no hay nadie sensato y sensible entre los «hombres íntegros»?

Parece que no.

¿Qué pasó?

Que después de semanas de huelga los sindicatos le ganaron el pulso al Gobierno que tuvo que ceder y readmitir al ¿asesino? so pena de perjudicar aún más la precaria salud de la población.

Ole sus güevos. Hacen un plante los trabajadores del Hospital de Ouahigouya, mi ciudad, para reclamar que no les deduzcan los días de huelga, cuando apoyaron para la readmisión del enfermero asesino

Hace poco, en las medidas extraordinarias aprobadas el 11 de septiembre último se han incluido sendos decretos modificando los códigos deontológicos de médicos, enfermeros y otros agentes de Sanidad.

Esperemos que sirva para algo.

Y que no haya demasiadas Minatas en adelante, y que su muerte y la de su bebé no hayan sido en vano.

Descansa en paz

Original en : FronteraD

Autor

  • Pérez Ruiz de Valbuena, Félix

    Félix Pérez Ruiz de Valbuena. ( Calatañazor, Soria, Diciembre 1954 ) Estudió economía . Marxista-leninista de formación política, afirma que no le sirvió para hacer nada demasiado útil en la vida universitaria, salvando quizás el Festival de los Pueblos Ibéricos. Empresario familiar comparte con sus dos hermanos la propiedad de una empresa de formación. reside actualmente en Burkina Faso con la esperanza de comenzar de nuevo con proyectos que le devuelvan la ilusión. Con tres hijos y un nieto, que le hacen felices los más de los días. Y como dice Soltero y sin compromiso. Es colaborador de la Revista Digital Frontera D con su Blog Negros sobre blanco , que iremos reproduciendo en nuestra sección de Bitácora Africana, agradeciendo a Frontera D la autorización para hacerlo y por supuesto a Félix Pérez Ruiz de Valbuena

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