La noticia que lleva a una pregunta. El 1 de septiembre de 2013 pudimos leer en periódicos digitales y agencias de prensa la siguiente noticia: “Aminata Touré ha sido nombrada primera ministra de Senegal”. Con esta ocasión se publicaron estadísticas y artículos sobre la presencia de las mujeres senegalesas en puestos de decisión política. Conociendo el papel importante que las senegalesas han jugado en los cambios sociales de su país y su presencia activa en distintos sectores de la vida social y cultural, y en el mundo de los negocios, me llamó la atención ver la débil representación de mujeres en puestos importantes de decisión política en Senegal, que mostraban las estadísticas, en relación con la de otros países africanos: Sorprendida y extrañada, no pude impedir el cuestionamiento siguiente:
¿Por qué las senegalesas han estado poco representadas en la política? ¿Por qué las mujeres de Senegal, conocidas y reputadas en toda la región del Oeste africano por su presencia y compromiso en asociaciones, que desde hace muchos años han trabajado por la conquista de sus derechos, están tan poco presentes en los puestos de decisión política de su país? Las preguntas surgen para empujarnos a buscar respuestas en experiencias y conocimientos que podamos tener. Si estos se quedan cortos, como en este caso, hay que buscar informaciones que nos puedan ayudar a responder a preguntas que contribuyan a comprender mejor la realidad. No he escatimado ni tiempo ni paciencia para hacerlo y hoy me atrevo a responder en parte a la pregunta que durante varias semanas ha viajado por mi cabeza.
En Senegal, como en otros países del mundo y de África, tradiciones y religiones siguen marcando la historia de las mujeres. A pesar de la laicidad proclamada por la Constitución en Senegal, también existen barreras de una mentalidad religiosa dominante, como es el Islam.
¿Se puede negar la influencia de la ideología que ha podido trasmitir el hadiyh de Abu Bakra, repetido desde hace siglos? Afirmar que: “El pueblo que confía sus negocios a las mujeres no conocerá jamás la prosperidad”, transmite ideología y amenaza. Por su carácter religioso, este dicho refuerza la mentalidad patriarcal que quiere confinar a las mujeres al hogar y tenerlas alejadas de la vida pública. Es cierto, pero a pesar de eso, podemos ver en Senegal a muchas mujeres que han conseguido liberarse y conseguir puestos importantes en la sociedad civil y en el mundo de los negocios. Esto podría significar que la poca presencia de mujeres en la esfera política, podría tener otras causas que la mentalidad religiosa dominante.
La respuesta la podemos encontrar en Seynabou Ndiaye Sylla (1), cuando escribe que la desconfianza de las intelectuales senegalesas hacia la política es causa del retraso en la reivindicación de los derechos políticos y de la poca presencia de las mujeres en la esfera política. Ella recoge sin duda lo que en más de una ocasión se ha escrito y dicho: “las intelectuales senegalesas desconfían de la política y de los políticos”. Hoy nos encontramos con una mujer que ha superado las barreras religiosas y psicosociológicas y que ocupa el importante cargo político de Primera Ministra.
Amina Touré supera la barrera impuesta por creencias y tradiciones y la desconfianza de muchas mujeres intelectuales hacia la política.
Es cierto que Touré no es la primera mujer que ejerce este cargo en Senegal. La Señora Madior Boye, nombrada por el entonces presidente Wade lo ejerció entre marzo de 2001 y noviembre de 2002. Pero, el nombramiento de Touré despierta grandes expectativas y esperanzas de cambio de rumbo de la política del país. La mujer que ha sido elegida primera Ministra de Senegal por el presidente Macky Sall ha sido bien acogida por la mayoría de senegaleses que conocen el talante y la fuerza de la que ha sido Ministra de Justicia. Si los que se han aprovechado de los bienes del Estado, tienen buenas razones de temer a Dama Anticorrupción, hay muchos que esperan la regeneración de la vida política y se alegran de este nombramiento. Touré es un vivo ejemplo de compromiso social y político en el sentido noble del término.
¿Quién es esta mujer de la que se espera la regeneración política de Senegal?
Aminata Touré nació en 1962 en Dakar en una familia acomodada. Su padre era médico y su madre comadrona. Después de los estudios secundarios en Senegal, marcha a Francia para hacer estudios universitarios en economía y gestión. En 1988 vuelve a Senegal y trabaja en la SOTRAC, Compañía de Transportes Públicos de Dakar, como directora de Marketing y Comunicación.
En 1993, Aminata, que desde muy joven se había interesado por la política y durante sus años de estudiante en Francia se distinguió por su activismo político en los medios de izquierdas, se compromete en la campaña electoral de Landig Savane. Este candidato quedó descartado al obtener menos votos que Diouf y Wade.
Touré se interesa por lo humanitario y trabaja en ese sector desde 2003. Primero en Senegal como directora de programas en la Asociación senegalesa por el bienestar de la familia (ASBEF) y en el Fondo de las Naciones unidas para las poblaciones (FNUAP), en las sedes de Burkina Faso y Abiyán. En 2003, es nombrada directora del departamento de derechos humanos del FNUAP en Nueva York.
En 2011, Aminata decide volver a la arena política de Senegal. Se compromete a fondo en la campaña electoral de Macky Sall y es nombrada Ministra de Justicia en 2012. Su paso por este ministerio consolida su fama de mujer íntegra e implacable contra la corrupción. Para ella, combatir el robo de bienes públicos es una cuestión de principios. Los millones que han pasado a cuentas privadas deben ser restituidos… Dice que “hay que romper el círculo vicioso corrupción – pobreza – subdesarrollo en el que los países africanos están encerrados. Una de sus prioridades: la revisión de la ley votada en 1981 bajo el mandato de Abdou Diouf, ya que esta ley deja demasiados cabos sueltos, para poder ser realmente aplicada y permitir legislar sobre el blanqueo de dinero o el conflicto de intereses. Su prioridad: modernizar la justicia y sanear el medio de los negocios.
Aminata Traore piensa que en democracia ética y política tienen que ir unidas (2). En democracia el problema ético es fundamental y no se puede hablar de democracia si con dinero se pueden comprar los votos de los electores, si la corrupción queda impune protegida por el “nomadismo” político. Para ella es urgente que haya leyes que puedan aplicarse a todo hombre político que las inflija, lo que exige separación de poder político y poder jurídico.
La Primera Ministra dice que querer acelerar las medidas puestas en marcha durante e último año para mejorar las condiciones de existencia de los senegaleses. Sabe que su tarea no será fácil en un contexto internacional marcado por la crisis Tolerancia cero para la corrupción y para la violencia hecha a las mujeres sea cual sea la causa. Forman parte de su programa.
(1) Seynabou Ndiaye SYLLA:
http://www.dhdi.free.fr/recherches/etudesdiverses/memoires/syllamemoir.htm-
(2) Clarisse Juompan-Yakam, «Aminata Touré, la justicière» Jeuneafrique.com, 31 juillet 2012.