Un responsable de la justicia del Estado de Edo al sur de Nigeria, afirma que todos han sido castigados con la pena capital sea por asesinato, sea por robo a mano armada.
Los cuatro ajusticiados habían agotado todos los recursos a los cuales tenían derecho. Otro condenado a muerte debe ser ejecutado. Pero será fusilado conforme a la sentencia pronunciada contra él.
ONG de las defensas de los derechos humanos, como Amnistía Internacional han calificado estos colgamientos “un retorno inesperado y brutal a la pena de muerte”. La Organización estima que se ha tratado de un “día muy negro para los derechos del hombre” en Nigeria.
Según las cifras anunciadas por la organización existe un millar de prisioneros que esperan en el corredor de la muerte en este país. (Ver otros artículos publicados)
Estas ejecuciones han seguido al fin de la moratoria que estaba en vigor desde el 2006. El más célebre de los condenados a muerte ejecutados en Nigeria es Kenule Besson Saro-Wiwa, conocido bajo el nombre de Ken Saro-Wiwa. Fue ejecutado por colgamiento el 10 de Noviembre de 1995 en Port Harcourt.
Este escritor militante y ecologista, originario de la etnia minoritaria Ogoni en el Delta del Níger , había creado un movimiento de no-violencia que denunciaba la explotación, los estragos ecológicos y otros abusos, atribuidos a ciertas compañías petroleras que operaban en la región. Arrestado bajo el régimen de Sani Abacha, fue colgado después de un proceso juzgado como poco equitativo por las ONG de defensa de los derechos del hombre.
Publicado en AFRI Scoop
Traducido para Fundación Sur por Amparo Cuesta
