Gertrude Mongella, es una mujer con ideas claras sobre el futuro de África. Nació en 1945 en Tanzania, es profesora y madre de cuatro hijos. Tiene una experiencia política de más de cuarenta años. Ha ocupado puestos de responsabilidad en su país, donde ha sido ministra de Asuntos de la Mujer, de Recursos Naturales, de Turismo y de Presidencia. También ha colaborado con Organismos internacionales como la OMS, UNESCO, OUA. Corte Internacional de Arusha. Fue Secretaria General de la Conferencia Internacional de Pequín sobre las Mujeres y fue la primera persona en presidir el Parlamento Panafricano.
Mongella tiene ideas claras y firmes convicciones sobre sujetos relevantes y de actualidad. Lo podemos ver en sus intervenciones en diversas asambleas y en sus respuestas a entrevistas que varios periodistas le han hecho durante sus viajes a España (1). En ellas habla del papel de la mujer en la construcción del futuro de África, la importancia de la comunicación y de las relaciones pacíficas entre personas de intereses y formas de pensar distintas. Conoce el potencial de las riquezas de África y la fuerza de sus habitantes, aunque sea consciente de la pobreza en recursos humanos por falta de formación. Tiene muy claro que el futuro de África depende de los africanos, que tienen que encontrar caminos para ayudarse a sí mismos. Panafricanista convencida, piensa que los africanos tienen que hablar con una misma voz si quieren liberarse de la dependencia de Occidente y de China.
Pero, sobre todo está convencida de que, en la construcción del presente y del futuro africano, las mujeres tienen que jugar un papel esencial. Ellas deben participar desde puestos de poder para que África se desarrolle y tenga paz y estabilidad.
“Las mujeres africanas deben ocupar espacios en la vida pública para liderar la lucha contra la pobreza y la crisis alimentaria con el objetivo de avanzar en el combate contra la discriminación y la desigualdad social”, dijo en el III Encuentro África-España Mujeres por un Mundo Mejor, reunido en Níger en mayo de 2008. Para ella, el desarrollo de África pasa por la toma de conciencia y el incremento del poder económico de sus mujeres.
1995 fue un momento importante en la vida y carrera de Gertrude Mongella. Ese año se celebró en Pekín (Beijing) la IV Conferencia Internacional de la ONU sobre la Mujer. Mongella fue nombrada Secretaria General. Para Mongella, presidir esta conferencia fue espaldarazo y desafío. Desde entonces en África la llaman Mamá Beijing. Nombre que encierra respeto y reconocimiento hacia una defensora de la igualdad de derechos de la mujer. La Conferencia de Pekín fue una magnífica tribuna para recordarlo: “Las mujeres siempre han estado al lado de los hombres en la lucha por abolir la esclavitud, liberar a los países del colonialismo, desmantelar el apartheid y lograr la paz. Ha llegado la hora de que los hombres se unan a las mujeres en su lucha por la igualdad”.
La Conferencia de Pekín, fue crucial para las mujeres africanas y la globalización de sus luchas. Muchas asistieron como delegadas. Millones de ellas participaron activamente en su preparación en los distintos países, con encuentros locales, nacionales y regionales. Fui testigo en Burkina Faso del entusiasmo y esperanza que suscitó en mujeres de todas las clases sociales. Esta conferencia fue ocasión de incrementar en todo el continente la toma de conciencia de las mujeres sobre sus derechos y fue también el punto de partida de cambios legales. En varios países se aprobaron nuevos Códigos de la Familia, se consiguieron avances en la igualdad de oportunidades y se incluyó, entre los crímenes de guerra, la violación.
La conferencia no solo fue muy importante para que las mujeres tomaran conciencia de sus derechos, sino para que ellas tomaran conciencia de su capacidad para reclamarlos y ejercerlos. En Pekín surgió la idea del movimiento “la Marcha Mundial” que reúne a más de 5.500 grupos de 163 países. Este movimiento tuvo gran acogida en África, y junto a otros, contribuyó a que en 2003, 53 jefes de Estado de la Unión Africana, firmasen el Protocolo de Maputo sobre los derechos de las mujeres africanas. Su artículo 5 eleva a rango de violación de derechos humanos todo lo que va contra la salud física y psíquica de la mujer, en particular las mutilaciones genitales femeninas.
Para Gertude Mongella, la igualdad es la base de todo y tiene que ser el punto de partida de cualquier decisión. Desde muy joven ella defendió esta causa. Una causa que sabe que necesita el apoyo de los hombres. Por eso no se cansa de invitarlos a unirse a ellas, como lo hizo en Pequín.
Hombres y mujeres tienen que tener las mismas oportunidades, en cuanto a la formación acceso a puestos de trabajo y responsabilidades políticas.
En el Foro Mujeres por la paz celebrado en Johannesburgo 1996, Mongella reivindicó el papel que las mujeres tenía que jugar en la resolución de conflictos ya que ellas son las primeras víctimas:
“Desde que todos reconocemos que las mujeres son víctimas de las guerras, debemos, directamente, involucrarlas en los procesos de paz para que con su sabiduría y compasión resuelvan los conflictos antes de que acaben en verdadera brutalidad. Hay, todavía, en África, muchos conflictos que excluyen a las mujeres”.
Gertude Mongella fue la primera persona elegida presidenta del Parlamento Panafricano, creado por la Unión Africana en 2004, para promover la integración del continente y que los 53 estados que la integran puedan dialogar con una sola voz.
Por el momento el Parlamento es solo un órgano de consejo y consulta, sin poder efectivo en las decisiones de los jefes de Estado. Pero para Mongella, es un instrumento importante para la unidad y la independencia de África, que puede tener influencia en las decisiones de los presidentes.
Por su compromiso por defender la igualdad de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres Gertude Mongella ha sido galardonada con el Premio Martín Luther King y el Premio Delta de entendimiento Global
(1) Gabriela Cañas, La Marea 30/ 4/ 1995, / Rafael Sánchez, Fundación Sur, 5/ 12/ 2011/ Berta del Río, La Marea 30/03/2013/ Europa Press, 16/3/2013.