El desbloqueo de los fondos de donantes prometidos a Malí, subordinados a la elección de un presidente íntegro en julio

20/05/2013 | Opinión

Los grandes actores de la sociedad maliense están decididos a elegir a cualquier presidente de la República, en julio de 2013.

A título ilustrativo, señalamos algunas de las declaraciones y posicionamientos de algunos grandes actores de las fuerzas vivas de la nación, como el líder religioso Chérif Ousmane Haidara, durante la ceremonia de apertura del II Congreso de la Asociación Ançardine, declarando sin rodeos: “…no dejaremos que Malí sea dirigido por cualquiera”.

En la misma línea, el creíble ministro de Justicia, Malick Coulibaly, en el informe de presentación del anteproyecto de ley referente a la represión del enriquecimiento ilícito, habla del asunto en estos términos: “La delincuencia financiera y económica constituye una amenaza para la estabilidad y la seguridad de las sociedades, al socavar las instituciones y los valores democráticos, los valores éticos y la justicia, y comprometiendo el desarrollo duradero y el estado de derecho. Esta delincuencia precariza todas las perspectivas de desarrollo económico y socava la confianza en el sistema institucional…”.

Al pronunciarse sobre el estado de nuestro país, Soumana Sacko, antiguo primer ministro insistió: “…Malí está en un agujero, nosotros sabemos quiénes son los que le han puesto ahí”.

Por su parte, el honorable Konimba Sidibé, antiguo ministro Controlador General del Estado durante la transición de 1991, con una importante experiencia en la lucha contra el mal gobierno, uno de los rarísimos diputados que constantemente denunciaba los defectos del gobierno de ATT, desde 2002 hasta el derrocamiento del régimen, a través de múltiples interpelaciones al gobierno, y sobre cuya integridad y competencia no cabe ninguna duda, no escatima nada para combatir el mal gobierno “…preconizamos un nuevo liderazgo político basado en las virtudes del trabajo, el buen gobierno y la justicia social…”.

En cuanto al honorable Ibrahim B. Keita, este lanzó un llamamiento a los valerosos hijos del país, para que se unan en la reconstrucción de Malí.

Para el profesor Aly N. Diallo, una de las figuras emblemáticas del movimiento democrático Maliense, con su legendaria franqueza al hablar, siempre ha hecho de la lucha contra el hampa su credo”.

En cuanto a la Conferencia Internacional de donantes para Malí, reunidos en Bruselas, a iniciativa de Francia y la Unión Europea, no faltan las condiciones de rigor, de transparencia y de buen gobierno para la movilización de los fondos de más de 3.000 millones de euros prometidos para la reconstrucción de nuestro país. Si este pastón supera con mucho las previsiones, todavía es importante recordar que su desembolso está condicionado a obligaciones rigurosas y requisitos necesarios en la organización de las elecciones presidenciales en la fecha prevista por nuestras autoridades.

– Al insistir en la transparencia y la promoción del buen gobierno, los donantes exigen la elección de un presidente de la república virtuoso: Más allá de la organización de las elecciones presidenciales, los donantes, si no proceden a elegir al futuro presidente, porque no son electores, pero son esenciales en el proceso, en la medida en que sobra decir que los generosos donantes no pondrán esta importante fortuna en manos de cualquiera que salga elegido.

Por lo tanto, es importante revisar el recorrido de los futuros candidatos, su historial en términos de gobernanza para no cometer “el crimen de lesa majestad”, de privar a nuestro país de tal ayuda, indispensable para sobrevivir.

Para ello, los intelectuales deben jugar su papel de sensibilización y de educación cívica, porque la democracia rima con un mínimo de instrucción cívica que permita comprender los problemas de los asuntos públicos.

– La sensibilización de los ciudadanos sobre los criterios de buen gobierno, tanto para la mayoría silenciosa como para los partidarios de los donantes: si nos fijamos bien, no podemos hablar de democracia cuando los ciudadanos no disponen de una mínima educación cívica que les permita entender el juego político, dada la tasa de alfabetización tan débil de nuestro país, una franja muy importante del electorado efectúa su elección basándose en criterios pueriles, irrisorios y estrafalarios (belleza, carisma, elocuencia del candidato…).

Curiosamente, los llamados grandes partidos políticos tienen como criterios para la elección de sus candidatos para las presidenciales, el militarismo, el compromiso con la causa del partido, la buena presencia… -pero no la honestidad, el rigor o la competencia.

En estas trastornadas condiciones, los intelectuales honestos deben ayudar al pueblo a proceder a elegir el mejor candidato sobre la base de criterios objetivos, y no a tomar el pelo a los ciudadanos con el fin de conservar los estipendios individuales.

– La elección del presidente de la República, más allá de la coloración política: en nuestra humilde opinión, en el contexto de decrepitud de nuestro país, donde todos los sectores de la vida socioeconómica sufren mal gobierno, es indispensable salir del marco de los partidos políticos para tomar la mejor decisión.

Es evidente que hay altos mandos honestos e íntegros en todas las formaciones políticas, pero desgraciadamente, debido a la desviación de la democracia en nuestro país, el dinero es el único criterio de emergencia en la mayoría de las formaciones políticas, los mejores ejecutivos a menudo no tienen voz en las juntas de toma de decisiones.

Debe imperar una toma de conciencia, en la que todos estos ejecutivos valerosos del país aprovechen la oportunidad para dotar a nuestro país de instituciones creíbles, a través de la elección del futuro presidente de la república.

No se sirve al país de uno avalando a cualquiera que sea el candidato que se presenta por su partido político -en nombre de una hipotética fidelidad o lealtad al partido-, para alinearse con las resoluciones de cualquier estructura ad hoc, aunque se sea consciente de lo que hay en juego en este escrutinio y del historial y la moral del candidato en la palestra.

Es necesario recordar que el presidente es la primera institución de la república, y que deberá ser un hombre o una mujer de carrera irreprochable para la imagen de marca del país, para el respeto del pueblo y para la justicia social.

– Con el fin de evitar toda desestabilización político-institucional en nuestro país, la justicia social exige la elección de un presidente de la república con un pasado limpio, y que haga honor al gran Malí y a los malienses: La justicia es un importante principio moral indispensable en una ciudad. Podemos decir sin riesgo a equivocarnos que la caída de muchos regímenes en África se explica por un cúmulo de actos de injusticia, que a menudo conducen a la frustración de un pueblo, situación favorable a las crisis sociales, en las que una minoría aristocrática acapara las riquezas de toda la nación, mientras que el mérito no es recompensado en una república, las virtudes del trabajo y el esfuerzo no son reconocidas en un país, y no se ponga “al hombre adecuado en el lugar adecuado”, no se puede decir que se esté al abrigo de eventuales crisis sociopolíticas.

El colmo de la injusticia sería la elección –abusando del pueblo mediante estratagemas engañosas de políticos- de un candidato que no cumpla los criterios objetivos de honradez, rigor y competencia, con unas consecuencias inimaginables.

Por tanto, en interés de todos, -incluidos los candidatos que saben que están por debajo de la carga de la institución presidencial, todos los intelectuales honestos, independientemente de su coloración política, deberían luchar para hacer comprender al pueblo que la estabilidad del país dependerá prioritariamente de la aceptación del futuro presidente, que se impondrá por su carrera, su historial y su credibilidad…

Mejor, esta elección permitirá a la juventud y a las generaciones futuras tengan un punto de referencia en términos de ejemplaridad, porque, como se dice, un pueblo es educado con el ejemplo; los ciudadanos malienses comprenderán definitivamente –con la exclusión de los intermediarios excepcionales de la toma de poder aleatoria- que solo los más virtuosos de la república deberán presentarse a la magistratura suprema; en consecuencia este es el único precio que los futuros candidatos deben tener cuidado de preparar.

En todo caso, el presidente interino de la república, Dioncounda Traoré, parece comprender el juego, y expone las deficiencias de nuestra democracia, y no se ha olvidado de mencionar el mal gobierno. Igualmente parece convencido de que las elecciones presidenciales de 2013 serán el punto de partida “de una refundación profunda de Malí”, ciertamente ¡no con cualquier candidato!

Quiera dios que los malienses elijan a un presidente del que todo el mundo diga: “¡merece ser presidente!”.

¡Que dios bendiga Malí!

Aguibou BOUARE, Conseiller Juridique

(Malijet, 20-05-13)

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