ANACIRFA NÓINU (Parte I), por Nsé Ramón

25/01/2013 | Bitácora africana

Los panfricanistas responsables o irresponsables ya pueden hacer todo lo que crean conveniente para devolver al continente lo que tampoco es que lo tenga perdido. No son tiempos de insistir en que «dios era negro» o cosas de ese tipo que envalentonan mas a una gente que no está organizada en grupos serios para enfrentarse, si cabe, a algo tan bien orquestado y dirigido por los dueños del capital que o bien nos mataría de hambre, o bien nos convierte en estómagos agradecidos. Son tiempos de predicar con ciertos ejemplos partiendo desde las altas instancias cerebrales de todos los colectivos negro africanos existentes en todos los sectores en donde humanidad signifique de que hay compromiso con el resto de los mortales, incluyendo la fauna y la flora tan importantes para nuestra débil y corta supervivencia. Son tiempos de discursos claros en el buen sentido de la clarividencia. Son tiempos de retomar el valor de no querer perecer porque lo deciden algunos pocos, ya que morir accidentalmente sólo se debe a que el accidente ha sido provocado. Así que a mis hermanos africanos que enarbolan el panafricanismo para sus cuestiones les debo desear suerte en el camino que han tomado. Un camino que llegado en un punto, tiene que separar a los que han caminado por su propio pie de los que lo hicieron en los hombros más fuertes de sus hermanos y hermanas. En la separación de los caminos, los peatones toman la dirección contraria en la que suelen meterse los irresponsables africanos que se bajan del hombro que les sostiene y empiezan a caminar hacia una senda que tiene como fin un muro tan alto que escalarlo hasta lo más alto es síntoma de que somos inocentes.

Son tiempos de andarse con mucho cuidado en lo que al tema africano como continente se trata. Durante muchos siglos, incluido el XXI, los negros africanos en sus casas han sufrido lo que sufrimos. No ha habido ningún pequeño síntoma de que algo vaya a cambiar de repente para dar paso a otra cosa que se base en la recuperación de lo nuestro a nivel de sociedad organizada, lo que llevaría a que vuelvan a ser los que se valen del respeto de sus hermanos para gestionar lo de todos. Estamos cruzando el nuevo siglo y miren dónde estamos. En un mundo donde la tecnología parece que en lugar de hacer efecto productivo para el aislado negro, lo que viene a hacer, es convertirlo a su propia voluntad en uno que se cree «moderno». Y es que la modernidad no debería joder lo que antes nos habían asegurado de que teníamos. No debería porque «por más que el mono se vista de seda, mono resta…». Ahora dirán de que estamos ofendiendo a los africanos. Pero nosotros que somos listos diremos de que un mono es un animal de la familia de los primates que ni le hace falta la seda, ni le ofende quedarse mono… O mona. Los monos somos nosotros para el mundo porque hubo una época en la que nos vendieron como domesticados. Esa época duraría mucho tiempo. Tanto que ninguno hemos sabido todavía salir victoriosos del enfrentamiento cara a cara con el «amo». Oye, mire usted, si la idea es salir victoriosos de un tema como el que nos tiene haciendo el mono como de costumbre mientras vamos de seda hasta la planta del negro pie, ¿Por qué tratamos de luchar contra «ellos» en lugar de luchar contra el sistema que hacen de nosotros unos monos domesticados y dejados en las jaulas mentales que imponen los capataces de nuestras junglas?.

La pregunta la podría haber enfocado de otra manera. Pero no habría logrado otra manera comprensible de hacerlo.

Pasemos del prólogo y adentrémonos en la carta de LOCO de hoy.

Al parecer mientras estamos escribiendo esto, algún maliense está tratando de cruzar los diez metros que separan su casa de la del vecino sin que le alcance una bala «del puto bando que sea» y lo mate. A casa del vecino trata de ir porque no quiere perder la costumbre de ir y tomarse su copita de té, mientras hablan del futuro de sus hijos e hijas. Es eso lo que importa. Poder seguir haciendo vida normal pese a que algunos se la han dado por matarse de forma democrática y sin mirar por los intereses ocultos que suelen ser lo que dejan en la sombra a los libertades y derechos de las personas. Nuestro hermano de Mali alcanza la casa del vecino y éste lo recibe invitándole a pasar adentro. Antes de cerrar la puerta de su casa, el vecino asoma la cabeza en el patio y se da cuenta de que «no hay moros en la costa». Una vez dentro, los dos hombres se sientan y formalidades fuera empiezan a hablar como llevan haciendo desde toda la vida. Como hicieran sus antepasados antes de los colonos. Y como tratarán de que sigan haciendo sus hijos después de la era facebook. Eso es lo normal cuando se quiere mantener un espíritu de lucha sin tener que coger arma alguna, o panfleto imaginario escrito por quien desde Europa asegura de que ésta en mitad del cáncer de su pueblo en Africa. Hay que mantener las buenas costumbres, y que las balas noten también de que la vida sigue después de que el gatillo deje de sentir la presión del índice de algún «salvador a sueldo» de los mismos de siempre.

Diop y Cheik están tomando su té y viendo en la tele a los Bobodiouf. Saben que podrían estar viéndose hoy por última vez. A lo mejor les cae una bomba francesa que va ciega sobrevolando y escapándose por error de un helicóptero bien equipado y que no dispara «si no lo provocan». O podría caerles la ráfaga de una AK47 que escupe muchos proyectiles y que luego penetran en la piel de todo aquél que no esté escondido bajo tierra como una rata ante la llegada de los que dicen de que «Alá es grande» para convencer a los malienses de que «el imperialismo y el neocolonialismo» son la infidelidad. Nuestros dos caballeros de Mali se relajan, se respetan. Hablan de sus esfuerzos por dotar a su aldea de un poco de dignidad. Toman un poco mas de té y lo saborean bien. O sea, viven y dejan vivir. Ellos no han provocado nada en Bamako como para que en Bamako les hayan salido idiotas con ínfulas de estar en la honda mundial de la alta política mientras los que realmente controlan Bamako están queriendo que se decida entre el Hollande o el Zarkozy. Ellos no han ido a la ONU a denunciar nada. Lo único que han visto es a muchos turistas y muchos periodistas que hacían fotos con sus hijos mientras a ellos les decían que digan ante las cámaras cosas que suenan raras para una persona que hace de su vida una conexión directa con la tierra que le da frutos, y no una conexión que gana audiencia para «los mismos de siempre». Ellos han recibido a todos con una sonrisa, han ofrecido su casa y su comida para los que les han sonreído. Ellos no quieren más dioses que los que ya conocen. Como tampoco quieren a los ejércitos de «esos dioses». Ellos ya tienen una creencia, y esa creencia no puede ser dañina ya que cuando van a la casa del vecino a compartir sus cosas, no se llevan una daga bajo la túnica. Sus camellos no venden farlopa en los metros del mundo, ni en los suburbios de Dakar. Sus camellos descansan a la espera de otra aventura que les llevará a redescubrir de nuevo el Sahara y mantener así una larga, milenaria y apasionante historia que no se apagará ni con los F18 haciendo malabarismos a 80 metros de altura. Definitivamente Diop y Cheik no pueden dejar de vivir. ¿Se lo quieren quitar, la vida? Sí. Pero en caso de que no lo logren, ellos habrán visto que guerra que empieza es guerra que termina. Y cuando las guerras se toman un respiro, es cuando se ve a la gente responsable educar a sus hijos a sentirse parte de una historia que no se divide en panafricanistas contra otros. Es sentirse parte de la historia de la humanidad que repercutirá en todos si simplemente supiéramos vivir cuando otros tratan de no dejarnos vivir.

Pues así estaba la cosa hasta que Cheik le pregunta a Diop: Et l´Unión Africaine dis quoi dans tout cette historie cher Diop?

Y Diop le tiene que responder con sinceridad: L´Unión Africaine à une bouche?.

Los que no entienden francés (o a lo mejor lo he escrito mal…) que se espabilen a inscribirse a los cursos de DELF o DALF. Hoy no estamos para traducciones. Gracias.

La Unión Africana nace después del fracaso de la OUA. En realidad se trata de una metamorfosis que tiene como único patrón cambiar de nombre largo a nombre corto. Porque lo que es cambiar las mentalidades de los que se pasean sobre ella y todas sus invisibles leyes… rien du tout!. No podemos darles lecciones de cómo funciona la UA, aunque bien que nos gustaría. Lo que les vamos a decir es de que mientras el panafricanismo irresponsable se esfuerza en demostrarnos de que Abraham era negro, o que Pedro era de Etiopía, los líderes que hacen de la Unión Africana una cosa menor que la recién galardonada con el Nobel de la Paz están demostrando al resto de continentes de que somos un grupo de naciones que no sirven para otra cosa mas que para alimentar a los «mismos de siempre». Así que Abraham será todo lo negro que queramos. Pero nadie quita de que se aprovechan de él otros que no son precisamente negros. Y lo peor es que lo hacen sabiendo de que somos capaces de estar atontados por el tema de una religión que no es la nuestra en detrimento de las tradiciones que nos preceden en la historia. Y es que la religión es una de las razones por las que Mali ahora mismo esté dividida de manera tal que tanto Al Qaeda como los soldados occidentales se crean de que no son serios los dirigentes de Mali. Pero para detectar de que no son serios los dirigentes de Mali, deberíamos preguntarnos igualmente si en Africa hay dirigentes serios en primer nivel. Con el conflicto de Mali ha quedado claro una vez mas de que la UA es un club de graciosos que se creen listos por tener dinero en los paraísos fiscales de occidente. Una gente tan innoperante que hasta da algo de yuyu pensar que les podría haber votado alguien.

Que Francia invada ese país africano con permiso de la UA, la UE y la ONU bajo el pretexto de ir a controlar a los yijhadistas (?) es tan increíble que en lugar de hablar de invasión, parémonos a decir de que es fruto de una problemática que requiere de gente seria para tratar de resolverlo. Y si la UA no es capaz de resolver el tema, pues entonces deben venir los de siempre a dejar orden en países que se dicen miembros de una estructura como la UA que hasta hace movilizar a su juventud para asistir a eventos inútiles con el fin de que no pierdan el hilo con el que muchos dictadores marcaron nuestras existencias. La UA ha tenido que pedirle a Francia de que intervenga. ¿No podía habérselo pedido a China que son los que más se benefician de ese territorio?. ¿O es que acaso ellos mismos no tienen el equipo, la formación y los efectos legales para intervenir y tratar de alejar a los radicales?. Pero claro, ¿A quién de esos irresponsables africanos que dicen que nos defienden de las injerencias externas le vas a ir a pedir que actué en favor de Mali?. A ninguno en realidad. Pasa que si te vas a Congo a pedir efectivos militares, nadie e los dará porque necesitan a todos sus hombres en casa por si acaso. Lo mismo si vas a Gabón, Camerún, Nigeria, Angola, Mozambique, Tunez, Madagascar, y un largo etc. Países que dicen que forman junto a otros la cosa esa llamada UA. Todos esos países, alguno más que otro, vive bajo las botas de una dictadura que no podría presumir de nada ya que nada es lo que tienen. Y cuando no tenemos nada, entonces no podemos arriesgarnos a intervenir en Mali exponiendo así una solidaridad en el continente que hace daño a los dictadores y sus interesados amigos.

No podemos hacer nada en Mali, a no ser que nos lleven como espectadores. Vamos presumiendo de que la UA es un honor. Pero cuando Mali cae en desgracia, lo primero en lo que pensamos en en aplaudir las acciones de Francia en ese sitio. ¿Se imaginan ustedes a Vanronpuig(?) ingresado por envenenamiento?. ¿No verdad?… Pues sí que es un buen no. Vanronpuig a lo mejor no es un tipo de nuestro agrado, pero la seriedad con la que hace sus cosas se palpa bien. En cambio el Presidente de Turno de la UA está en cama aquejado de intento de asesinato vía mortal veneno. Vamos, como si de monos vestidos de seda se tratase. ¿A quién coño se le ocurre envenenar a un tipo raro como Yayi?. Estamos hasta incapacitados para detectar de que nuestro Jefe de Estado podría estar comiendo muerte. Como tampoco podemos detectar de que en Mali no hacía falta una intervención militar externa.

Continuará…

(El Jet Lag comenzó a hacer sus efectos)

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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