¿Pudiendo democratizar el país, porque Obiang pide a gritos un Golpe de Estado?, por Nse Ramón

10/01/2013 | Bitácora africana

La mejor manera de hacer que un dictador se sienta con su maldita obra culminada según sus personales y malévolos antojos, es dándole un Golpe de Estado. Eso contribuye a la leyenda que quiere dejar como herencia. Ayuda a mantener su adrenalina en auge ya que es también con esa adrenalina por los que suelen gestionar las riendas de un país. Les aterra la idea de aparecer sentados en un banco de juicio legal (o no…), cansados después de varios días sufriendo el asedio de los que le «quieren vivo… Y después muerto», sin afeitarse, sin sus trajes de calidad suprema, sin su porte de fortachón pese a la edad con la que se «jubilan» (75 subiendo…). No quieren verse respondiendo a preguntas salidas de la boca de un simple abogaducho que en otros tiempos hasta podría haberles lamido la suela de los zapatos embadurnada de mierda. No soportan que en las salas de las audiencias en donde se les juzgaría hubiese gente mirándole fijamente a él como quienes se pregunta: «¿Ese era el que tanto poder parecía tener?» En definitiva, los dictadores a veces tienen el problema de quererse demasiado para creerse la suerte que tienen.

Y suerte tienen, y mucha. Sobre todo los dictadores que logran alcanzar la edad de la ramificación nacional que consiste en hacer que cualquier cosa que digan, llegue a las orejas del tipo o tipa que viva en cualquier punto del planeta, y que responda cuando piden que levanten la mano los del país que el dictador gestiona. Ese tipo de dictadores suelen tener la suerte de que a su alrededor rondan personas que a lo mejor le superan a él en maldad, pero que no cuentan con los suficientes apoyos como para derrocarlo (un dictador normalmente representa algo para un sector «agraciado», siempre…), por lo que deben vivir bajo su sombra hasta que llegado el momento, y ellos tuviesen ya el capital robado en cosas legales, se decidan a dar «Un Golpe de Estado». Pero mientras esa idea se desarrolla en mentes cercanas, no cercanas y extremadamente alejadas de dictador alguno, el tiempo suele ir pasando lentamente, y son los hijos de ese país los que tiene que sufrir los desvarios mentales de todos los que hacen de un dictador el «cabeza de turco».

Sabemos todos que las dictaduras tienen su explicación para entenderlas en muchos sitios. Desde google hasta wikipedia. Todos sabemos de qué se nutre una dictadura. Sabemos qué hace que sea tan larga y difícil de derrocar con las palabras dichas. Sabemos cómo se financian y sabemos igualmente qué hay que hacer para que caigan. Sabemos porqué el miedo es importante para la longevidad de una dictadura. Sabemos porqué la gente se exilia y vive en el exilio por culpa de una dictadura. Sabemos que una dictadura mata de sangre y también psicológicamente ara mantenerse. Sabemos que una dictadura es un sistema que es aborrecido por «todos», y sabemos que los que no lo aborrecen suelen retratarla con palabras llenas de democracias. Sabemos quién o quiénes se aprovechan de una dictadura. Y sabemos quiénes dirán que la apoyaron «porque no había otra. Nos obligaban». Sabemos que una dictadura nos roba, que nos insulta, que nos deja como personas carentes de dignidad ante el resto de los mortales. Pero sabemos también que una dictadura que no haga todo eso no es una dictadura. Y al no ser una dictadura, tendríamos menos robos a la luz de la luna, estaríamos sólo insultados cuando en colectivo tomamos decisiones erróneas y tendríamos nuestra personalidad, con fallos, pero nuestra. Simplemente queremos señalarles de que una dictadura es un modelo que ya ha demostrado y sigue demostrando de que existe porque somos gente con serios problemas de solidaridad. Somos inmunes al dolor ajeno. Somos demasiados egoístas y nos gusta tener a otros mirándonos desde el suelo mientras un pedestal nos eleva a los cielos.

En Guinea Ecuatorial, por ejemplo, está en plaza la dictadura del que es actualmente el dictador más viejo en el poder (34 años recién cumplidos para éste sátrapa de 73(?) años…). El caso de Guinea Ecuatorial no es comparable con ningún otro modelo de dictadura en el mundo. Es atrevido decir de que tampoco somos comparables con ningún otro país del mundo. Somos un Estado en el que se nota claramente de que nuestro dictador ha sabido enchufarse a la moda de no «hacer sangre» si durante 44 años, mas 200 de colonialismo, el guineano ha sabido aprender la lección que hace de una dictadura una lacra social. En Guinea Ecuatorial gobernada y dictada por su Presidente en funciones, sólo se respira un aire de «Don Nadie» en las capas sociales. Eso se debe a que si bien ya no se mata como en tiempos no muy lejanos, ahora se asesina sin poder señalar al Estado. Al menos así lo ha dejado claro el Ministro de Información de la Dictadura al desmentir que tuviera algo que ver con la muerte de un conocido «hijo de nuestro país». Fíjense de que no ha denunciado a nadie como sería lógico cuando una personalidad se encuentra inmerso en lo que ha querido demostrar de que son «falsas acusaciones infundadas por enemigos del desarrollo». Sólo se ha limitado a desmentir una acusación tan grave cuando bien podría haber llevado a un tribunal a los que han proferido esas acusaciones tan graves contra su persona. Pero no, el ministro con eso ha dejado claro que el Estado al que defiende no lo pueden acusar de asesinato. Pero sí se puede sospechar de el como es normal cuando impera un sistema dictatorial.

Un amigo mío del chat me ha dicho algo bastante importante ésta tarde. Es una cosa que ya sabía yo de antemano, pero que me gusta saber que otros tienen ese punto de vista. Resulta que muchos son los que consideran de que occidente es la gran hipócrita en pleno siglo XXI. Razón no les falta. Pero si hay una cosa que hace que los africanos sigan tratando de hacerse un hueco en el mundo pasando por evolucionar como profesionales, eso se llama «políticas del respeto a las normas del juego y mimar a las sociedades». Es la sencilla verdad de las verdades en los tiempos modernos que corren. Los políticos en occidente suelen luego salir conque no «eran lo que se veía de ellos». Pero antes de eso, lo normal es que inspiren confianza. Dicho en otras palabras, Jesús Gil no podría gobernar España. Francisco Camps sí. Una lectura bastante sencilla si tenemos en cuenta de que España ahora mismo está en el abismo gracias a que los políticos se andaron en corruptelas con gentuza como «ellos» que no respetaron que pese a que las «normas del juego son rompibles», el pueblo al que vas a fastidiar «ya es maduro y sabe hacer respetar sus derechos cuando descubre artimañas de alto nivel» (España hoy en día podría ser la que se lleve los palos. Pero tienen la excusa de haber salido de una dictadura hace poco menos de 40 años. Como suelen decir las autoridades guineanas…). Y los pueblos que entienden algo de lo que se cuece con sus intereses suele reaccionar haciendo que se levante el polvo, se señalen a los que han dejado caer sus caretos, y años después, estarán hablando de nuevos mecanismos de control… ¡Y con políticos nuevos y «responsables» logrando lanzar un mensaje de confianza en sus propuestas!. Esa es la gran diferencia entre los que se dicen políticos en Africa, y los que lo son en occidente.

Una pregunta: ¿Si te ponen a Cayo Lara y te ponen a Alfredo Mitogo Mitogo para que votes a alguien que te gestione los bienes, a quién votas?.

Evidentemente, si uno no es anti luces propias, Cayo Lara se convierte en Presidente.

Los occidentales en política miman a sus votantes y conciudadanos. Tratan de ayudarles en lo que pueden, y si les roban, como bien lo hacen, entonces no lo hacen como lo haría un político en Africa. Un político en Africa sobrevive a muchas cosas. Y una de ellas es con la facilidad con la que el político africano de primer nivel sigue obedeciendo a cualquier político de nivel inferior en occidente. Y cuando ocurre eso, suele pasar de que el africano sufre una dictadura que en algunos casos se solventa un poco con la presencia de una oenegé occidental. Los políticos africanos al final acaban convirtiendo lo de todos en «tema personal y privado». Maltratan a su pueblo para ramificar el miedo. Dan muestras de poder viajando a occidente para que sus pueblos crean que les sobran aliados en caso de que alguien intente nada. Intensifican su hegemonía alimentando la idea de «defender la patria con tu sangre» a unos ejércitos plagados de chavales sin formación, de la calle y con un pasado delincuente que daría mucho de qué hablar. Resuelven los temas de política interna manipulando elecciones, trastocando y dilapidando la imagen de los posibles contrincantes. Aveces secuestran o asesinan a los oponentes más poderosos a nivel mental. Y lo pero de todo, hacen que la gente con capacidad de usar el coco se marchen a impartir cordura a otros sitios (intelectuales…). Todo eso lo hacen de cara al pueblo, sin esconderse, ni sin avergonzarse. Por eso es fácil que un ministro, ¡UN MINISTRO!, te increpe pese a que puede tener el error con el famoso «¿Sabes quién soy?». Y por eso también es fácil de que emerja la figura de un tipo como «El Patrón» dentro del seno de un partido apolítico con mentes preparadas para un cambio de imagen de su partido y del país entero a nivel socio político.

Entonces, si la situación se presenta de esa manera con un caos impresionante ¿Cual es el paso que suelen querer los dictadores que se de para que ellos no tengan que resolver su final sentados en un banco de un tribunal legal?

El paso es: OFRECERLE EL GOLPE DE ESTADO QUE PIDE A GRITOS.

NOTA: Ésta es la primera vez que LOCOStv hace mención directa a un tema espinoso como lo sería «fomentar la idea de una guerra sin sentido pero con lógica». Asumimos ampliamente el uso de esa definición, y aceptamos las consecuencias que puedan brotar después de su publicación. Eso viene a significar de que lo escrito se puede leer con varias lecturas. Pero lo que no se podrá decir, es de que no asumimos haberlo dicho con la verdadera intención que esconde, y que no es otra que Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, dictador de Guinea Ecuatorial desde el 3 de agosto de 1979, está pidiendo a gritos de que las armas vuelvan a sonar para sacarle de ahí como una vez le hicieron instalarse ahí.

Gracias por la comprensión.

Nsé, sin haber agotado su vía del dialogo interminable para estos casos.

MI FRASE DE LA SEMANA: «Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría»

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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