Lisístratas africanas, por Paquita Reche, mnsda

6/09/2012 | Bitácora africana

A finales de agosto, periódicos digitales y otros dieron la noticia de una huelga especial como medio de presión política. Una huelga de sexo de las mujeres de Togo. Una estrategia, a la que hace ya muchos siglos, recurrieron las mujeres griegas para terminar con la guerra del Peloponeso por medios pacifistas, según nos cuenta el autor griego Arsistófanes en su obra Lisístrata, representada por primera vez en 411 a d C.

Las mujeres de Togo amenazaron con una huelga de piernas cruzadas durante una semana para incitar a sus parejas a llevar a cabo acciones más contundentes para provocar la salida de presidente Faure Gnassingbé, en el poder desde que falleció su padre el general Eyadema, que se mantuvo 38 años en el poder protagonizando una de las más duras y largas dictaduras de África.

No hay que olvidar que desde hace más de 12 años Togo vive una crisis sociopolítica de inestabilidad, de luchas internas y empobrecimiento que afecta especialmente a las mujeres, que en muchos casos y por diversas razones, han tenido que asegurar el papel de jefes de familia.

La huelga de las mujeres forma parte de una serie de acciones de la oposición, que reúne 9 organizaciones de la sociedad civil y a 7 partidos políticos. Exigen la reforma del código electoral, suprimiendo las disposiciones adoptadas por la Asamblea nacional sin el consenso de la clase política. Piden alternancia democrática y más justicia. Esta huelga especial ha sido convocada por Isabelle Ameganvi, líder del grupo de la oposición “Salvemos Togo”. Su mensaje es bien claro: “Tenemos el poder de cambiar las cosas. No queremos permanecer en la cocina, podemos hablar de política”. “No podemos quedarnos con las manos cruzadas, porque nuestros hijos y esposos están en la cárcel.” Las mujeres exigían la liberación de manifestantes detenidos antes de las elecciones. También querían protestar por las reformas electorales que favorecen al partido gobernante.

La opositora togolesa no es la primera política en pedir una huelga de este tipo en África. Para presionar por la paz ya lo habían hecho en 2003 dos mujeres liberianas que compartieron el Nobel de la paz 2011. La actual presidenta Ellen Johnson Sirleaf, la había pedido, Leyman Gbowee la organizó. Esta huelga fue clave para terminar con una guerra civil en Liberia de más de 14 años.

En 2009, mujeres de Kenia presionaron también con una huelga de sexo a los políticos para finalizar las disputas entre los funcionarios del gobierno de coalición y forzarlos a llegar a un acuerdo. La huelga fue promovida por las esposas de del Presidente y del Primer ministro.

Algún periódico de la región, ha recogido a pié de calle comentarios de hombres, ante la semana de huelga anunciada. Algunos condenaban estos métodos, si bastantes dudaban de su eficacia política, ninguno se atrevía poner en duda la eficacia doméstica, de una práctica, a la que las mujeres africanas recurren por razones de peso: Están dispuestas a pagar el precio.

Más allá de los resultados que hayan podido tener o se les reconozca en el terreno político, estas huelgas tienen más que un valor simbólico. Muestran la toma de conciencia del poder que las mujeres tienen para cambiar las cosas Como dice Ameganvi: “Ellas no quieren ser reducidas a la cocina y están dispuestas a actuar…”.

¿Cuántas mujeres han seguido la consigna de esta peculiar huelga? Es difícil saberlo. Lo que si puede conocer es el eco mediático que ha tenido las redes.

Después de esta acción se ha llevado a cabo en la intimidad, las mujeres anuncian otras acciones en la vía pública para expresar su descontento por lo que sucede en el país y que las afecta de modo especial. Ellas que han sido durante años las locomotoras de la economía del país y que soportan hoy en gran parte el peso de las cargas familiares, son las que más sufren del deterioro de la situación. Por eso están dispuestas a tomar una medida extrema para obligar a dialogar al poder y a la oposición. Esta vez se trata ni más ni menos de organizar una marcha en las calles de Lome la capital en traje de Eva…

Que las mujeres manifiesten su descontento mostrando su desnudez tiene un simbolismo de gran carga cultural y emocional muy fuerte. Según las creencias tradicionales traen mala suerte, está considerado como una maldición. Temas con los que se es todavía muy sensible en África, y con los que no se juega. Tanto la oposición como el poder tienen interés en que esta marcha quede en proyecto. Para eso los políticos tendrán que sentarse a dialogar ya que las mujeres parecen decididas a todo para conseguir un cambio político que mejore la situación del país.

Las “lisístratas” africanas merecen, ante las acciones que han emprendido y que proyectan, más que una sonrisa. Merecen nuestro respeto y admiración.

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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