El oro negro en el Congo: ¿riesgo de inestabilidad u oportunidad de desarrollo?

4/09/2012 | Crónicas y reportajes

Informe África nº 188, International Crisis Group, julio 2012.

SÍNTESIS Y RECOMENDACIONES

En lugar de ser una oportunidad de desarrollo, el renovado interés por el petróleo en el Congo representa una amenaza real para la estabilidad de un país post-conflicto siempre frágil. Las prospecciones petrolíferas en curso y futuras ya alimentan el resentimiento de la población local y las tensiones fronterizas. La confirmación de la existencia de reservas de petróleo en el este estaría ya exacerbando la dinámica de conflictos existentes en los Kivus. El relanzamiento de los combates a principios de 2012, concretamente la aparición de una nueva rebelión en el Kivu-norte, la expansión territorial de los grupos armados, pone en cuestión la estabilidad del este del país, zona que concentra el interés de compañías petrolíferas. El descubrimiento de yacimientos podría crear también nuevos centros de poder y poner en cuestión el predominio político del centro económico histórico que constituye la provincia de Katanga. Deben ser llevadas a cabo acciones preventivas con objeto de transformar la amenaza real de inestabilidad en una verdadera oportunidad de desarrollo.

Reservas potenciales de petróleo están a caballo del Congo con Uganda y Angola, y eventualmente con otros vecinos, por lo que podrían reavivarse antiguas disputas fronterizas cuando se inicie su explotación. En un contexto generalizado de carreras desenfrenada hacia el oro negro en África central y oriental, la ausencia de fronteras claramente delimitadas constituye un serio peligro para la estabilidad regional.

Los enfrentamientos entre el ejército ugandés y congoleño en 2007 fueron seguidos por la firma de los acuerdos de Ngurdoto que establecía un sistema de gestión de yacimientos transfronterizos en el distrito de Ituri. Sin embargo, la reticencia de Kinshasa a aplicar los términos de los acuerdos y el fracaso del diálogo ugando-congoleño son un mal augurio para las relaciones entre los dos países. Por otra parte, la incapacidad para encontrar una solución amigable al problema del petróleo en la costa oeste ha envenenado las relaciones entre Angola y la RDC y ha llevado a la expulsión violenta de ciudadanos congoleños del territorio angoleño. En lugar de buscar ka resolución de los conflictos fronterizos con sus vecinos antes de autorizar las prospecciones petrolíferas, el gobierno congoleño ignora el problema, rechaza el diálogo con Uganda y reivindica una extensión de sus fronteras marítimas frente a Angola.

El secuestro de ejecutivo de una compañía petrolera en el parque de los Virunga en Kivu en 2011 recuerda que la explotación se realiza en zonas de inseguridad. En estos territorios siempre contestados los grupos étnicos luchan entre si para controlar el territorio, mientras el ejército y los grupos rebeldes están metidos de lleno desde hace años en la explotación ilegal de los recursos naturales. Dado que los Kivu son zonas de alto riesgo, el descubrimiento del petróleo agravaría los conflictos existentes, Por otro parte, la confirmación de las reservas de petróleo en el este y en la Cubeta central podría alimentar las tendencias secesionistas en un contexto de descentralización fracasada y de persistentes disputas fiscales entre las provincias y el poder central.

El mal gobierno ha caracterizado al sector petrolífero desde el relanzamiento de las prospecciones en el este y oeste del país. Con una sola sociedad de producción, el petróleo es ya la principal fuente de ingresos del gobierno congoleño. Pero, a pesar del desarrollo de las exploraciones, la reforma del sector progresa muy lentamente. En vez de poner en pie procedimientos muy claros, un marco legal transparente e instituciones sólidas, los gobiernos han actuado como especuladores, una actitud que recuerda la gestión del sector minero. En un clima de negocios muy degradado, han atribuido o reatribuido los permisos a compañías, con desprecio de las necesidades de la población local o de los compromisos internacionales, concretamente en materia medioambiental.

La delimitación oficial de los bloques (para la prospección) incluye parques naturales, algunos de ellos clasificados como patrimonio mundial de la humanidad por parte de la UNESCO, y amenaza los recursos de las poblaciones locales. Las iniciativas a favor de la transparencia financiera y contractual son incompletas y quedan contradichas por la opacidad a la hora de otorgar permisos. El fracaso del Estado en la regulación de intereses divergentes y potencialmente conflictivos de las compañías y de las comunidades desfavorecidas alimenta claramente resentimientos susceptibles de provocar conflictos locales que podrían ser instrumentalizados fácilmente.

En un contexto de pobreza generalizada, de fragilidad del Estado, de mal gobierno y de inseguridad regional, una avalancha hacia el petróleo tendrá efectos desestabilizadores y el gobierno no adopta medidas preventivas tanto a escala regional como nacional. Regionalmente, el gobierno debe concebir, con el apoyo de la UA y del grupo del Banco Mundial, un marco de gestión de las reservas transfronterizas y delimitar sus fronteras con el concurso de sus vecinos. En el ámbito nacional, debe poner en pie una reforma del sector petrolífero, declarar una moratoria para la exploración en las zonas peligrosas, en particular en el este, donde la situación se está degradando de nuevo, hasta que sean de nuevo estables. Debe asociar también a las provincias en las principales decisiones relativas al petróleo.

RECOMENDACIONES

A los países de la sub-región:

1. Negociar con el concurso de la UA y del Banco Mundial un acuerdo-marco que prevea la exploración y explotación de las reservas transfronterizas con una o varias sociedades operadoras y un mecanismo de reparto de ingresos y de resolución de diferencias.

Al Gobierno de la RDC y a los países vecinos:

2. Lanzar un programa de delimitación de fronteras con el apoyo del programa de la UA antes de cualquier atribución de concesiones en las zonas discutidas, plicar los acuerdos de Ngurdoto firmados con Uganda y encontrar una solución global y negociada con Angola para poner fin a la querella que dura desde hace varios años.

Al gobierno de la RDC:

3. Declarar una moratoria en la exploración en las zonas inestables del este y aplicar verdaderamente la prohibición de exploración en los lugares clasificados como patrimonio mundial de la humanidad.

4. Reformar el sector petrolero, concretamente:

a) definiendo una política para el sector y adoptando un código de los hidrocarburos;

b) aplicando una política de transparencia financiera y contractual;

c) democratizando el proceso de atribución de los permisos y la evaluación de la aplicación de los contratos de reparto (CPP) firmados con las compañías;

d) adoptando un procedimiento abierto y transparente de atribución de permisos de exploración y de producción, excluyendo los acuerdos amistosos y el otorgamiento de concesiones a sociedad cuyo accionariado no es público, y

e) determinando claramente las obligaciones fiscales, sociales y económicas de las compañías de acuerdo con las buenas prácticas a nivel internacional, haciendo oblogatoria la participación y consulta en los proyectos de desarrollo local de las comunidades locales.

5. Implicar las provincias en las principales decisiones de gestión y, si las reservas se confirman, garantizar que las provincias y comunidades locales sacan beneficios de los ingresos derivados del petróleo.

A la UA, Banco Mundial y Donantes de fondos:

6. Suministrar asistencia técnica y financiera a las autoridades congoleñas para la delimitación de las fronteras, el acuerdo-marco para la exploración y desarrollo de las reservas transfronterizas así como para la reforma de la gestión del petróleo.

7. Apoyar los esfuerzos de la sociedad civil congoleña para la puesta en funcionamiento de una estructura de supervisión del sector petrolífero.

A las compañías petrolíferas:

8. Publicar los contratos y el momante de las sumas entregadas al gobierno.

9. Respetar los acuerdos y leyes internacionales y las leyes congoleñas.

10. Incluir una evaluación de los derechos humanos en sus estudios preliminares.

Kinshasa/Nairobi/Bruselas, 11 de julio de 2012

Traducción de francés: Ramón Arozarena

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