FGM. Una experiencia de mujer, las espinas de la cultura

27/07/2012 | Crónicas y reportajes

A los nueve años de edad, algunas niñas ya pueden experimentar la pubertad. Pero no es el caso de la mayoría. Aún juegan con muñecas, hacen nuevas amigas y si tienen suerte están en el curso cuarto de la Escuela Primaria. De la misma edad, algunas jóvenes están escogiendo hobbys que les gustan y empezando a descubrir quiénes son realmente. Pero a los nueve años María Chepokilipa se estaba preparando para que le cortaran el clítoris.

Chepokilipa pertenece a la tribu Pokot. Ella vive en el distrito de Amudat en Karamoja, 20 kilómetros de la frontera de Kenia y Uganda. Ella es muy educada y tímida y sus ojos están centrados la mayor parte del tiempo en el suelo.

Cuando camina, lo hace con pasos pequeños, rápidos y firmes, determinada en llegar a donde se dirige. Dice mucho a cerca de su carácter. Aunque debajo de esto, es una mujer que ha sufrido un dolor tan cruel, que algunas veces se pregunta si podrá llegar a olvidarlo.

Todo empezó hace 28 años cuando cumplió los nueve años de edad. Era el periodo entre junio y septiembre. Había una especie de boom en las jóvenes de la región. Era el tiempo de “hacerse una mujer”, de probar que eran fuertes y llenas de coraje, el tiempo de casarse.

La tradición que existe entre los Pokot de Mutilación Genital Femenina se lleva a cabo entre las jóvenes de nueve a doce años y en cuanto cicatriza, se casan.

A pesar de que muchas compañeras de su edad hablaban de ponerse bajo el cuchillo, Chepokilika pensó que era demasiado pronto para ellas. “Les dije que deberíamos esperar hasta que tuviéramos un poco mas de edad pero nadie me escucho”, recuerda ella.

Al final, el miedo a ser la rara y a las burlas, hizo que les dijera a sus padres que estaba preparada. Pero nueve años es una edad muy joven e incluso su padre podía ver eso. Le dijo que debía esperar un poco más, pero ella insistió en que estaba dispuesta.

Entonces su padre le aviso que si lo hacia se debería casar pero eso no le hizo cambiar su idea.

Además era lo habitual, en cuanto una joven era circuncidada, se casaba con un hombre mucho más viejo. La edad de la joven no era más que un número, no importaba.

Chepokilipa dice, “Cuando se lo dije a mi madre, ella me dijo que necesitaba ser muy fuerte porque era la experiencia más dolorosa en el mundo. Pero ni eso me preparó para el dolor que sentí ese día”.

Y entonces, se hizo una cita con una circuncidadora comúnmente llamada la cortadora.

Para hacer una MGF, la cortadora es invitada a la casa de la joven y la joven debe ir a lo alto de la colina con una piedra en la que se sienta con su cabeza alta y sus piernas abiertas para que la cortadora la circuncidase. Normalmente unas 8 jóvenes son circuncidadas al día durante la temporada.

Cuando cada joven está sentada en su piedra respectiva, la cortadora, quien es siempre una mujer que también ha sufrido la mutilación, comienza su trabajo. Utilizando un cuchillo curvado, las jóvenes son circuncidadas una a una.

La circuncidara corta el clítoris como si lo estuviera vaciando. Por lo que después, se dirige a la próxima joven con el mismo cuchillo. Y después de este horrible trabajo, la circuncidara recibe una vaca por cada joven que circuncida.

Chepokilipa fue circuncidada el mismo día que tres de sus hermanas y cuatro amigas del vecindario y no es necesario decir que fue una experiencia dolorosa terrible.

“Es peor que los dolores de parto porque es continuo. Cada vez que vas a orinar, se siente como si acabaran de cortarte. Se siente como si mis partes privadas se hubieran puesto en el fuego. Lloré silenciosamente para que la gente no dijera que era una cobarde. Lo que verdaderamente quería hacer era gritar fuerte. No había nadie que pudiera consolarme, tenía que ser fuerte. Hasta el día presente, cuando cierro mis ojos, puedo sentir el dolor que sentí entonces”. Y pensar en esto fue solo el principio de mi dolor de ser una mujer.

MGF es un ritual de iniciación al ser mujer. Ese día se mata una vaca y una cabra para celebrarlo.

La joven recibe hierbas durante dos días y se la lava con agua. Luego se utiliza leche de las madres lactantes sobre la herida. Esto se hace para parar la hemorragia. Pero nada se administra para aliviar el dolor.

Chepokilipa dice que se necesitan cerca de dos meses para cicatrizar la herida y durante ese tiempo no se puede caminar o sentarse bien. Por lo que se quedo en casa tumbada en una estera en el suelo y tratando de no beber mucho para no tener que orinar y que el dolor se reavivase.

“Siento haber pasado por la MGF. Si yo hubiera tenido nueve años en esta época, cuando no es necesaria la circuncisión, no hubiera aceptado que me cortaran. Deseo a todas las jóvenes del mundo que no sean circuncidadas especialmente porque no tiene sentido y no trae ningún beneficio”.

“Inmediatamente después que me cure, fui casada con un hombre que ya tenía una mujer. Era 10 años más joven que mi padre y ahora tiene cuatro mujeres”. Chepokilipa descubrió que su matrimonio le trajo experiencias dolorosas y horribles. Es difícil escribir sobre ellas sin parecer o sonar indecente.

Con lagrimas en sus ojos nos cuenta, “Cuando mi marido trato de dormir conmigo se dio cuenta de que yo era demasiado pequeña. Es una de las cosas que la circuncisión femenina hace en una mujer. Así que se lo comunico a mi co-mujer (otra mujer de mi marido). Al día siguiente junto con las mujeres de mi cuñado y mi co-esposa, me abrieron las piernas y el cuerno de una vaca se me introdujo para agrandar mi vagina. Se me rasgo y tuve una nueva herida”.

Chepokilipa añade, “Esa noche cuando mi marido tuvo conmigo contacto sexual yo grite todo el tiempo. El cuerno había hecho una herida que él la hacía peor. Es la peor experiencia que he vivido”.

Y cuando llegó el momento de dar a luz, tuvo complicaciones. El pasaje era demasiado pequeño para que el bebé pasara. Tuvieron que utilizar unas tijeras y cortar para hacer más grande el paso.

Ahora tiene 37 años de edad y siete hijos, cuatro chicos y tres chicas, pero hasta este día ella recuerda como si fuera ayer todo lo que la MFG ha hecho en ella. Son cosas que no desea que sus hijas tengan que sufrir. Y es por eso que ella participa en el día de la celebración de la cultura en Pokot, un día en que la estación de la Mutilación Genital Femenina comienza.

En este día, las prácticas culturales que causan daño como la MGF a esa temprana edad y los matrimonios forzados son condenadas y las que son buenas y benefician a las mujeres se efectúan.

Chepokilipa también estuvo contenta cuando se aprobó una ley contra la MGF. “Me aseguraré de que mis hijas no son circuncidadas. No necesitan experimentar ese sufrimiento” dijo ella.

Luchando contra la MGF en el día de la celebración del día de la cultura en Pokot

Se asume que la MGF en Uganda es una práctica del pueblo de Sebei. Es raro entre la gente de la región de Karamoja. Pero los grupos étnicos de Pokot, Tepeh y Kadama cuyos pueblos ocupan los distritos de Amudat, Nakapiripirit y Moroto de la región de Karamoja sí que la practican.

Cecile Campaore, la representante de la Fundación de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que sostiene económicamente la anti-campaña MFG dice: “Las estadísticas oficiales muestran que la practica la hace menos de un uno por ciento de la población. En Pokot, la práctica es del 95 por ciento y entre los Sabiny del 50 por ciento”.

Y es con ese conocimiento que el día de la Celebración de la Cultura en Pokot comenzó. Su objetivo es criticar y poner freno a prácticas como la MFG que lleva a efectuar bodas a muy temprana edad entre las jóvenes.

Peter Lokar Yeyer, un residente de esa área dice que se cuenta la historia de que una vez, hombres de Pokot fueron a cuidar el ganado y dejaron a un hombre en el pueblo al cuidado de las mujeres. Cuando regresaron tuvieron el shock de encontrar a todas las mujeres embarazadas. Durante una reunión con los ancianos se acordó que las partes privadas de las mujeres debían ser domesticadas para reducir la necesidad de tener sexo. Y fue así como comenzó la práctica de la MGF.

El 30 de junio se celebro por cuarta vez el día de Pokot en la escuela Secundaria Pokot en el distrito de Amudat. Fue organizada por el Programa de Desarrollo Integral de la Zona (Pozidep). Pozidep es una rama de desarrollo de la Iglesia en Uganda en la región de Karamoja que está envuelta en varias actividades de conciencian y sensibilizarnos de los derechos humanos.

Ese día, la ley contra la MGF es reforzada para asustar a la gente de practicarlo. También se hace sensibilización para mostrar los peligros de la MFG como las complicaciones durante dar a luz. Durante este acto siete antiguas mujeres comúnmente llamadas “cortadoras” entregan sus cuchillos al representante de la Embajada francesa.

Este año, 72 jóvenes huyeron del cuchillo y del matrimonio temprano y se inscribieron en la escuela. Entre ellas esta Esther Narech, de 14 años de edad, que ha sido circuncidada y casada. “Estuve casada durante un mes antes de escaparme. Aun siento dolor pero me consuela que ahora voy a la escuela y por lo que dicen mis profesores mi futuro se presenta bueno”.

Narech se ha inscrito en la escuela primaria. Su plegaria es que sus tres jóvenes hermanas no sean tampoco circuncidadas. Ella dice que les ha contado lo dolorosa que es esa experiencia. Las buenas noticias es que ellas están en la escuela lo que reduce las posibilidades de ser circuncidadas.

El representante del distrito de Amudat, Stephen Bewayo Nsubuga, dice que la Escuela Primaria de femenina y la Escuela de los chicos Kalas, han sido consideradas como centros de rescate para chicas que huyen de los padres que quieren circuncidarlas y forzarlas al matrimonio. La escuela de chicos es para jóvenes que huyen de sus padres que no desean que vayan a la escuela. Los niños se quedan en la escuela incluso en las vacaciones.

Pero la campaña anti-MFG tiene problemas que sobrepasar. Algunos padres tratan de llevarse a sus hijos que se han escapado mientras que otros los abandonan. La implementación de la ley contra la MGF es muy débil. El otro problema es que algunas jóvenes son llevadas a Kenia, que se encuentra a 20 kilómetros de distancia para ser circuncidadas.

La campaña anti MFG en la región de Karamoja está financiada por UNFPA, UNICEF, ZOA, TPO, Visión Care, Ayuda de la iglesia Dinamarca, Diakonia, Pozidep, la Embajada de Francia y el Ministerio de Cultura y Genero. Con un alto porcentaje de MFG en Karamoja, la lucha contra esta práctica aun tiene un largo camino que recorrer.

Por Brenda Banura

Publicado en el Monitor Uganda, el 9 de julio 2012.

Traducido por Amparo Cuesta.

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