Resistencia al capitalismo: Cómo los puntos de vista del Sur global importan

13/07/2012 | Crónicas y reportajes

En “Historia Global: Una visión desde el Sur” Samir Amin nos enseña cómo podemos superar las presiones explosivas del capitalismo global.

Normalmente, Samir Amin es agrupado con otros tres académicos intelectuales progresistas de izquierda, Inmanuel Wallerstein, André Gunder y Frank y Giovanni Arrighi. Y efectivamente, él colaboró estrechamente con ellos especialmente en los años 70, cuando eran conocidos dentro del mundo académico como “La banda de los cuatro”.

Sin embargo, su libro “Historia Global: Una visión desde el Sur” (Pambakuza Press, 2011) deja claro que Amin ha adoptado posiciones independientes sobre un número de asuntos clave que le diferencia de los otros sentando las bases para una crítica importante al eurocentrismo.

Primero, subraya el significado de la revolución industrial en Inglaterra, hecho identificado como la forma avanzada del capitalismo desde 1800. Mientras Wallerstein remonta el capitalismo a todo el siglo XVI, comenzando alrededor de 1450 (p. ej. Wallerstein 1974: 399) y Arrighi minimiza completamente la revolución industrial en el ascenso de Gran Bretaña al dominio internacional (Arrighi, 1994: pp. 209-10), Amin capta su importancia sistemática.

“El sistema capitalista solo alcanzó su forma avanzada con el establecimiento de las fábricas mecanizadas en el siglo XIX (industria moderna), una base que fue esencial para el despliegue de la ley del valor específico en el modo de producción del capitalismo. (Amin, 2011: pp. 172-3).

Segundo, la definición que hace Amin del capitalismo se diferencia de igual forma de la de Wallerstein y Arrighi, definiciones basadas en el mercado. Para Amin, “el desarrollo del capitalismo histórico está basado en la apropiación privada de los terrenos agrícolas, la sumisión de la producción agrícola a las necesidades del “mercado” y, sobre estas bases, un continuo y acelerado proceso de expulsión de la población campesina en beneficio de un pequeño número de granjeros capitalistas (Amin 2011: pp.172-3).”

En otras palabras, cuando evaluamos la transición al capitalismo en Europa, existe un énfasis en acotarlo a Inglaterra y a la constitución de la propiedad privada., es decir, al modo en que se organiza el proceso de producción.

Tercero, en su amplio recorrido histórico, Amin identifica varios sistemas tributarios paralelos desde el año 500 a.C. hasta el año 1500 d.C., basados directamente en los superávit de las exacciones de la actividad agraria, impuestos políticamente, y dominados por la autoridad ideológica así como la existencia de una ideología universal. Destaca India, China y el Oriente islámico como los tres grandes sistemas tributarios centrales además de varios otros menos significativos de la periferia, entre los que estaba, por ejemplo Europa (Amin 2011: 85).

Sin embargo, a diferencia de Andre Gunder Frank (véase Frank y Gills 1993), que piensa en términos de un sistema mundial integrado que se remonta hasta hace 5.000 años, Amin no llega a la conclusión que los vínculos comerciales entre estos diferentes sistemas tributarios supongan que eran parte de un mismo sistema único universal. En este sentido, “el modo capitalista de producción representa una ruptura cualitativa con los sistemas que lo precedieron (Amin 2011: 123)”.

En gran medida, Amin emplea el concepto de “sistema tributario” como herramienta para una interpretación de la historia universal no europea (Amin 2011: 137). En su análisis del período comprendido entre el 500 a.C. y el 1.500 d.C. trasmite la idea de que Europa era poco más que una periferia de bárbaros atrasados que carecían tras de sí de grandes sistemas tributarios como la India, China y el Oriente islámico, así como de sus logros científicos, intelectuales y relativos a la civilización en general.

“El eurocentrismo es de este modo, en efecto, una ideología que permite a sus defensores llegar a la conclusión de que “modernidad” (y/o capitalismo) sólo podrían haber nacido en Europa, que posteriormente lo exportó a otras civilizaciones (“la misión civilizadora”) (Amin 2011: 154). Sin embargo, una burocracia moderna, cuya contratación se basa en exámenes de competencia, y la constitución de una sociedad secular, en la que se daba por consabido que eran los seres humanos, y no Dios, los que hacían la historia –ambos ingredientes clave de la modernidad capitalista para Amin- ya habían estado presentes en China mucho antes de que acontecimientos similares tuvieran lugar en Europa. En última instancia, esto implica que también China pudo haber conducido a la transición al capitalismo.

Sobre todo, este volumen constituye un material escolar de la más alta calidad. La amplitud y profundidad de este estudio es extraordinaria y un testimonio del estatus de Amin como uno de los principales eruditos progresistas de la izquierda a nivel internacional. Mos ayuda a comprender mejor dónde estamos, desde una perspectiva no-eurocentrista y así nos proporciona indicadores de cómo podemos resistir y superar las presiones explotadoras del capitalismo global.

Profesor Andreas Bieler

Profesor de Economía Política, en la Universidad de Nottinhan, Reino Unido.

Artículo tomado de Pambazuka, donde fue publicado el 7 de junio de 2012, en el Nº 588.

REFERENCIAS:

– Amin, Samir (2011) ‘Global History: A View from the South.’ Cape Town et al: Pambazuka Press.

– Arrighi, Giovanni (1994) ‘The Long Twentieth Century: Money, Power, and the Origins of Our Times.’ London/New York: Verso.

– Frank, Andre Gunder and Barry Gills (1993) ‘The World System: Five Hundred Years Or Five Thousand?’ London: Routlege.

– Wallerstein, Immanuel (1974), ‘The Rise and Future Demise of the World Capitalist System: Concepts for Comparative Analysis’, Comparative Studies in Society and History, Vol.16/4: 387-415.

Traducido para Fundación Sur por Miguel Obregón Tomé.

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