El Consejo de Derechos Humanos llevó a cabo una sesión especial el viernes pasado para denunciar la crisis humanitaria que está teniendo lugar en Sudán, especialmente tras la toma de El Fasher (Darfur), el 26 de octubre de este año, por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Adama Dieng, enviado de la UA para la prevención del genocidio y las atrocidades masivas y Chaloka Beyani, representante de la ONU, han hecho un llamamiento ante el Consejo de Derechos Humanos para que la comunidad internacional actúe más allá de simples condenas. En la sesión se ha solicitado también el fin inmediato del flujo de armas hacia las milicias paramilitares y un refuerzo de la ayuda humanitaria.
Según informes presentados, hay testimonios sobre ejecuciones sumarias, matanzas masivas, violaciones múltiples y desapariciones forzadas. El grupo Elders, formado por varios Premios Nobel de la Paz y personalidades defensoras de los derechos humanos, exigen la rápida y responsable actuación de los líderes regionales e internacionales, recordando que ha sido declarada la hambruna en el territorio y que “21 millones de personas enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda”. Por lo que solicitan que se aumente la presión sobre el territorio para que accedan a la tregua humanitaria de tres meses.
Por su parte, las mujeres que huyen de Darfur reportan una violencia sistemática en su contra, desde asesinatos y violaciones hasta la pérdida de sus hijos. De acuerdo con Anna Mutavati, la directora regional de ONU Mujeres para África oriental y meridional, “hay cada vez más evidencia del uso deliberado y sistemático de la violación como arma de guerra” en el territorio. A esto hay que sumarle la hambruna e inseguridad alimentaria extrema de las que son víctimas también las mujeres mientras intentan desplazarse o buscar ayuda o comida.
Fuente: Sudan Tribune – Daily Nation
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