Al menos 32 trabajadores han muerto, este pasado sábado, en una mina de cobre y cobalto de Kalando, en la provincia de Lualaba, en el sureste de la República Democrática del Congo (RDC). El accidente se produjo al vencerse un puente improvisado, construido por mineros ilegales, después de que cientos de ellos se abalanzaran para cruzar al otro lado. Las autoridades administrativas han comunicado el fallecimiento de un mínimo de 32 personas, aunque algunas fuentes locales y cooperativas estiman que podrían ser hasta 49 las víctimas. El ministro provincial del Interior, Roy Kaumbe Mayonde, ha declarado que el acceso a esa zona estaba prohibido por el riesgo de deslizamientos debido a las fuertes lluvias, pero “los mineros ilegales forzaron su entrada a la cantera”.
Según el ministro, el puente, una estructura improvisada para cruzar una zanja inundada, no resistió la presión mientras los mineros intentaban huir tras lo que se describió como una situación de pánico. Según un informe del Servicio de Apoyo y Orientación a la Minería Artesanal y de Pequeña Escala (SAEMAPE) este episodio fue provocado por los disparos producidos por los soldados desplegados para “asegurar” la zona. El ruido de las armas provocó la estampida sobre el puente que hizo que se rompiera, dejando a los mineros caer y “amontonados unos encima de otros”, lo que causó decenas de muertos y heridos.
Este desastre ha vuelto a poner sobre la mesa la extrema precariedad del trabajo en las minas artesanales congoleñas. Arthur Kabul, coordinador provincial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ha informado de que en la mina de Kalando trabajan más de 10.000 mineros ilegales. De hecho, el informe del SAEMAPE revela que la presencia de soldados en la mina ha sido objeto de una larga disputa entre los mineros ilegales, la cooperativa encargada de organizar las excavaciones y los operadores legales del lugar. Esta tragedia ha llevado a la Iniciativa para la Protección de los Derechos Humanos a solicitar una investigación acerca de la responsabilidad de las fuerzas militares en el fallecimiento de los mineros, señalando que ya existían conflictos entre los soldados y mineros.
[CIDAF-UCM]
