Entrevista con Sorious Samura, ganador del premio de la Academia Británica de las Artes de Cine y Televisión

22/05/2008 | Entrevistas

TRANSPARENCY WATCH: Entrevista del mes.

En su último documental “Vivir con la corrupción”, Sorious Samura vuelve a África para desvelar cómo la corrupción se ha convertido en algo normal y aceptado en muchos países africanos. Desde las barriadas de Kenia hasta las escuelas de Sierra Leona, Samura se dispone a desenmascarar la naturaleza perversa de la corrupción, que él dice que es el mayor obstáculo para el desarrollo africano. Muestra cómo se engaña a los pobres con el dinero de la ayuda tan desesperadamente necesitada y se ven obligados a pagar sobornos para obtener trabajo, recibir atención médica, construir una chabola o incluso para no entrar en la cárcel.

TRANSPARENCY WATCH: En primer lugar, felicidades por “Viviendo con la corrupción”, es una excelente herramienta para despertar la conciencia sobre la corrupción y sus efectos en África y para fomentar los debates sobre este asunto. Porque el documental muestra cómo la corrupción impregna a la sociedad africana en cada nivel de pensamiento, un observador podría ser perdonado por sentir que el problema está tan afianzado que cualquier intento de afrontarlo es inútil. En tu opinión, ¿cómo puede ser afrontada la corrupción?

SORIOUS SAMURA: Es una pregunta interesante. Yo no quiero que suene como si yo fuera un experto en el trato con la corrupción pero, para mí, el problema de la corrupción está definitivamente enlazado con África, con la sociedad africana. Pero también me apresuraría a decir que creo que no está tan arraigado como para que no pueda ser arreglado con una política apropiada.

La gente dice que la corrupción es uno de esos problemas que son imposibles de solucionar y, para mí, mientras se siga creyendo esto, así será. No estoy muy seguro de cuáles son las respuestas, pero pienso que las políticas y la elite poderosa necesita saber el daño que la corrupción hace, cómo frena el desarrollo. La gente en África necesita ser educada en valores morales que nosotros hemos perdido, las instituciones tienen que fortalecerse, esto es, en parte, la vía para que la corrupción sea contrarrestada. Y, respecto a Occidente, a mi no me gusta el juego de los culpables, pero aquellos que están haciendo negocios con África, es necesario que cambien su forma de hacerlos, la población tiene que conseguir ser más responsable y creo que las sociedades, instituciones y organizaciones que trabajan en África deberían ser tenidas en cuenta. En mi humilde opinión, este es el modo para salir de esta situación. Además, como la corrupción está en todos los sitios, no sólo en la elite, o en los políticos, sino que lo abarca todo, tenemos que dirigirnos hacia todos los frentes, desde la base hasta lo más alto. En las instituciones, por ejemplo, si quieres conseguir el pasaporte y seguir el procedimiento adecuado, en algunos países, puede costarte meses.

El sistema está inteligentemente montado, de forma que estás obligado a esperar tres, cuatro o cinco meses y eso es deliberado por la gente que trabaja allí, para que no te quede otra opción que el soborno. Así que, todas estas instituciones son las que necesitamos observar y fortalecer y, por supuesto, pagar bien a los empleados. Ten por seguro que entonces, cada uno se convertirá en el perro guardián de los otros. Solamente nosotros podemos arreglar las cosas para nuestros hijos, especialmente ahora que Occidente está ocupado con su guerra contra el terror y el miedo a la recesión económica.

Algunas veces, se da el caso de “La fuerza impone la razón”, pero antes de profundizar en eso, quiero decir que la corrupción no es, claramente, una cosa sólo de África, hay corrupción en todas las sociedades del mundo. Incluso aquí en Occidente, ahora tenemos inspecciones y balances de pensamiento y Occidente está logrando mejorar la lucha contra la corrupción, pero esto no quiere decir, sin embargo, que no estuviera allí. Esto no está aún perdido completamente, pero ha ido mejorando. Incluso mirando atrás, en la historia de África, aún antes de la llegada de los colonizadores, había gente que solía sobornar usando el sistema de trueque, pero ahora esto se ha convertido en cotidiano en África, está consolidado entre nosotros, es ahora, en gran parte aceptable. Si miras en las clases de muchas partes del continente africano, los niños están siendo animados a ser corruptos, a los niños se les enseña cómo ser corruptos desde la base, desde las escuelas. Y así se ve como una cosa normal.

En Occidente, jamás se oiría hablar de algo semejante, la gente pondría el grito en el cielo, si a los niños se les pidiera que llevasen a la escuela sobornos, o cualquier otra cosa, o incluso tuvieran sexo con sus profesores y así conseguir pasar de curso, incluso cuando no lo merecen. Lo que te estoy diciendo es que si esto ocurre en Occidente, «se armaría una gorda», pero en partes de África esto es visto como perfectamente normal. Esto son actitudes podridas que están incrustadas en nuestros sistemas y que nosotros tenemos que cambiar, porque es sabido que esto no es ni normal ni aceptable.

Volviendo a «la fuerza impone la razón», de esto también trata la corrupción, es sobre el poder. En gran medida, creo que la mayoría de la población en África no está bien pagada y es por eso por lo que los sobornos son comunes. El hecho es que esas personas son pobres y están desesperadas y durante el tiempo en que estén así, la corrupción continuará prosperando en esas sociedades. Pero esto es también un juego de poder, la gente más poderosa es la que más quiere de los débiles, incluso el portero de un hospital pide sobornos porque cree que él tiene poder para conseguir el retraso del tratamiento de un niño.

La corrupción ha llegado a estar incrustada en nuestro sistema en tal grado, que ya es la norma, así que la gente apenas se queja. Yo he visto en Zambia cómo alguien se levantaba contra las instituciones que él sentía que eran corruptas, y los demás se volvían contra el porque estaba retrasando la cola. Así que esto es un enorme problema y esto es porque creo que la educación desde la base es la llave, así la gente conocerá sus derechos, sabrá que no significa que haya que sobornar para conseguir cosas que deberían conseguirse abiertamente. Necesitamos una campaña masiva con el fin de girar esta lucha contra la corrupción en toda África.

TW: ¿Cómo ha sido recibido el documental en África?

SS: Intentamos conseguir que la mayoría de las películas que hago sean emitidas en las cadenas gratuitas. Recuerdo cómo el gobierno zambiano decía que «Living with Aids» no podía ser emitida. Cuando hice la primera película sobre Sierra Leona, «Cry Freetown», el gobierno dijo que no podría ser mostrada en la cadena local, pero afortunadamente la CNN consiguió llegar a toda esa gente, bueno, no a todos, pero muchos pequeños cines enseñan esas películas directamente porque sintonizan la CNN y mucha gente, ya sabes que hay gente que se está haciendo más y más rica cada día y tienen la CNN. Y esta es la forma más fácil para que las películas puedan verse. Esta película no ha sido emitida en las televisiones locales ni de Kenia ni de Sierra Leona.

Nos han llegado respuestas y emails, largos textos y llamadas telefónicas desde África diciéndonos que esto se necesita desde hace mucho tiempo y nos dan las gracias por proyectar algo de luz a historias como esta porque es la llave para el problema que tenemos en África. La mayoría de las guerras se juegan alrededor de la corrupción porque la gente está desesperada y corrupta y se les niega la participación, entonces eso les empuja a luchar y demás, pero la mayoría que te digo son gente de las bases de la sociedad, los políticos y la gente de negocios no quieren entablar esas conversaciones, porque esa es la gente que se beneficia de la corrupción. Esto viene de la gente normal, porque muchos de ellos se ven envueltos en luchas contra la corrupción y la pequeña elite, son los que hablan francamente de que quieren ver un África mejor, así es como yo recibo reacciones muy esperanzadoras, pero, evidentemente, de Kenia hubo un par de políticos que trataron de quitarle mérito a la película, así como la prensa local, así que es muy halagüeño ver cómo hay muchísimos africanos que quieren ver un África diferente. Nosotros siempre intentamos encontrar vías seguras para hacer que las películas lleguen a la gente normal, la gente sin voz.

TW: El documental remarca a un político importante, Henry Kosgey, y una queja presentada contra el por el Centro Keniano de Integridad (la comisión oficial anticorrupción) alegando que el robó las tierras de la gente a través de un «trato ilegal». ¿Estas esterado desde hace cuánto sucede esto?

SS: Esto es un largo proceso. Esas personas están haciendo todo lo que pueden para conseguir que las quejas sean escuchadas en todos los niveles. Ellos ya estaban con el proceso antes de ponerme en contacto con ellos para decirles que quería hacer esta película. Esto les llevó a conseguir cierto nivel y entonces ellos fueron a otra oficina.
Justo antes de las elecciones nos informaron de que estaban planeando organizar una manifestación masiva frente al Centro de Integridad, pero que era difícil para ellos conseguir los fondos para seguir el caso contra Kosgey, era financieramente imposible para ellos.
Nuestra regla aquí en Insight es siempre investigar con los personajes que pueden ayudarnos a hacer estas películas y nosotros hemos hablado con aquellos que pueden ayudarnos en Kenia a ponernos en contacto con los ciudadanos, pero desde que ocurrió la lucha nosotros nos hemos tenido noticia ninguna de ellos. Nada se ha hecho desde que la película fue estrenada, ni siquiera nadie ha cuestionado a Kosgey.

TW: La historia de cómo John Githongo, quien encabeza el capítulo de Kenia en Transparency International, voló a Gran Bretaña tras exponer la corrupción que envolvía a los políticos en el más alto nivel del gobierno, muestra el peligro al que se enfrenta la gente que toma postura contra la corrupción. ¿Habéis recibido alguna amenaza o intimidación mientras rodabais el documental o desde que se estrenó?

SS: No conozco a nadie que me haya preguntado algo así. Algo ocurrió mientras estábamos allí rodando. Hay alguien que es conocido por su implicación en el asesinato, creo yo, del Ministro de Asuntos Exteriores algún tiempo atrás, durante el gobierno de Moi. Solemos tener gente como esta en Sierra Leona que hacen el trabajo sucio a los políticos si alguien se mete con ellos. Según un contacto con la que trabajábamos en aquel momento, ella no había visto a ese chico en dos años. Nosotros estábamos en el hotel junto al productor George Waldrum cuando ella vio que el chico se sentaba enfrente de ella, mirándole fijamente a los ojos y ella empezó a temblar como una hoja. Le preguntamos que le ocurría y dijo que necesitaba irse, “ahora que estamos aquí trabajando con vosotros, resulta que aparece este tío. No voy a trabajar con vosotros nunca más, lo siento, espero que lo entendáis”, dijo ella. Ella no quiso involucrarse con la película después de eso, esto demuestra el miedo que había. Después de que esto sucediera, tuvimos muchas dificultades para dormir en nuestro hotel, por la intimidación. Incluso en Kibera tienes la sensación de que van a venir a por ti en cualquier momento, pero aparte de eso, no tuve que abandonar la zona. Así que entiendo por qué alguien como John se sintiese como un verdadero hombre de maratón.

También, conozco a sierraleoneses en Gran Bretaña que sostienen al gobierno al tiempo que me acusan de intentar sabotearlo.
Gracias a Dios nada le ha ocurrido a nadie de nuestros contactos locales o que aparezca en la película. Por un lado, fuimos afortunados porque las autoridades estaban centradas en las elecciones, pero por otro lado fue una vergüenza porque no prestaron atención a la película, incluso aunque muchos de ellos la verían en CNN. Esto es, quizá, porque no consiguieron ver las señales de peligro. Yo realmente dije en la película que si ellos no tenían cuidado con el nivel de corrupción aquí, les afectaría de la misma forma que lo hizo con la gente de Sierra Leona y tristemente comenzó a parecerse

TW: ¿Crees que la corrupción tuvo un papel importante en la violencia que siguió a las elecciones de Kenia en diciembre de 2007?

SS: ¿Por qué no? Yo así lo creo. No es mi campo, pero creo que la gente ha tenido suficiente. Eric (que vive con Samura en Kibera en la película) explicaba en el documental que el jefe había sido un amigo normal, pero en el minuto en que fue designado, comenzó a acosarles, a hacer dinero y se convirtió entonces en una persona distinta.
La gente, obviamente cree que tienen que hacer algo, porque creen que es su dinero el que ellos consiguen extorsionándoles. Cada uno puede ver como las nuevas casas van construyéndose, las verjas van creciendo, todos esos nuevos coches están llegando al país, ¿cómo es posible que alguien que acaba de llegar a la política amase esa cantidad de dinero? Para ellos es bastante obvio ver como la gente poderosa esta usando su dinero -el dinero de la ayuda, dinero que es dado al país y que se supone que tiene que usarse para los pobres o los enfermos-, para sus propios intereses egoístas. Esto es la causa de que mucha gente, creo yo, se esté sublevando.
Incluso, cuando la lucha empezó, la gente dijo que era tribal, pero yo no pienso que así fuera. Quizá el elemento tribal fue usado muy inteligentemente por los políticos, pero creo que esa gente estuvo alimentada con cómo el gobierno está robando cada pequeña cosa que era importante para ellos. Encuentro que es trágico que es la gente normal la que otra vez paga el precio, porque si yo fuera a Kenia y mirara los registros de esos asesinados, no habría ninguno relacionado con Odinga o Kibaki, esa es la cosa más triste cuando esto ocurre, aunque por supuesto, yo desearía que nadie muriera.

TW: Para muchos observadores occidentales sería un shock darse cuenta de que el dinero de la ayuda puede ser desviado a bolsillos privados, ensanchando la brecha entre ricos y pobres. ¿Crees que este asunto esta siendo suficientemente discutido y tratado?

SS: Yo claramente creo que, esos que dan, deberían saber que es su derecho pedir respuestas o monitorear donde va ese dinero, especialmente los impuestos. Tristemente, parece que para mucha gente que dona, es suficiente con satisfacer sus conciencias. Creo que se debería llegar más allá, la gente debería ser capaz de decir «vosotros sabéis que nosotros estamos donando, necesitamos saber, necesitamos respuestas, necesitamos recibos, necesitamos ver». Es necesario monitorear cada cosa que se dona a esos países y entonces reforzarían su propia responsabilidad. La gente que está donando merece saber si su dinero o su ayuda están llegando a la población.
En el mundo de los negocios en Occidente, hemos encontrado la vía para responder a este problema de forma muy simple. Yo solía trabajar en Burger King en Gran Bretaña y solían tener lo que se llama «mistery shopper». El «mistery shopper» se hace pasar por un cliente normal y ve si todas las políticas de la empresa son correctamente llevadas a cabo. Creo que eso es lo que las Agencias de Cooperación necesitan hacer. Necesitan conseguir «mistery shoppers» que vayan a todas esos pueblos y averigüen si el grano de arroz o maíz, o si el dinero que era para construir un hospital está llegando a la gente, es tan simple como eso. Aunque no estoy seguro de que las ONG´s o las Agencias de cooperación quieran dejar de ser tan altaneras. Me sorprendí cuando amigos de Sierra Leona me dijeron que nunca habían visto a un cooperante. Por lo visto, nadie ha ido a averiguar si los proyectos para los que estaba destinada la ayuda han sido cumplidos. Si estás sentado en todas esas oficinas con aire acondicionado no hay forma de ir a averiguar si el dinero está siendo usado apropiadamente y la gente de fuera de aquí que paga impuestos y dona, merece saber cómo esta siendo gastado su dinero.

TW: En la película, un antiguo director de la Comisión Anti-Corrupción de Sierra Leona, Val Collier, explica cómo cree que «el dinero de la ayuda es visto como un juego limpio para las elites del país». Como resultado, considera la campaña de Bob Geldof «hagamos que la pobreza pase a la historia», una pérdida de tiempo y que luchar contra la corrupción es la clave. ¿Cual es tu opinión sobre esto?

SS: La verdad es que como africano, creo que Geldof ha aportado su granito para intentar dar luz al problema de África. Sin embargo, creo que ha habido muchos como él o como su equipo o gente genuina como él que no han conseguido que vaya bien del todo, así que entiendo de que quiere decir Val Collier. Ellos todavía, o él todavía, cree que más dinero ayuda a ese tipo de problemas en África y yo soy uno de esos que firmemente no cree eso. No creo en aumentar la ayuda a África, porque ese aumento será para llenar los bolsillos de la codiciosa elite y los políticos. Creo que eso ha sido lo erróneo. Más ayuda no es la solución para los problemas africanos. Por supuesto que África necesita ayuda, pero necesitamos del tipo de ayuda que es monitoreada, del tipo que puede ayudar a identificar a esos que genuinamente quieren dar la vuelta a África.

Necesitamos el tipo de ayuda que puede empoderar a los africanos, de forma que a largo plazo sean capaces de cuidad de sí mismos. Necesitamos la clase de ayuda que no sea sólo para crear más empleo para los occidentales, para los recién licenciados occidentales. Esta es la parte por la que estoy de acuerdo con gente como Val que dice que si real y verdaderamente se quiere terminar con la pobreza, lo primero es hacer que la corrupción sea historia, porque la ayuda que llega aquí, especialmente la ayuda en metálico, es corrupta repetidas veces, o lo que es peor, vuelve a Occidente a cuentas bancarias.

TW: Ernst Bai Koroma se convirtió en presidente de Sierra Leona en septiembre de 2007 prometiendo «Tolerancia Cero» para la corrupción en el país. Tu documental muestra que el cumplimiento de ese compromiso claramente no será fácil. ¿Han hecho tus experiencias con la corrupción en África que promesas como estas resulten cínicas?

SS: Quizá cínico sea demasiado extremo, porque la verdad es que si yo fuera cínico no podría estar en este trabajo, No hay duda de que hay una esperanza allí, por el hecho de que parte de la campaña electoral fue contra la corrupción y la mayoría de la gente votó por el en base a esa promesa. La gente ha demostrado que ellos están alimentándose con la corrupción y la única cuestión es si el presidente entonces actuará en consecuencia con su promesa.

Yo aún creo que es esperanzador, pero hay un montón de hechos que deben ser mencionados. Mucha gente que se ha convertido en político actualmente en África lo ve como una forma de inversión, ven la política como una forma de ganar salud y poder. No entienden que ellos están allí para servir a su pueblo. Hay muchos africanos que viven en Occidente y que vuelven durante las elecciones y apoyan a determinados partidos, empleando dinero y, si ese partido gana, ellos esperan conseguir posición o concesiones de negocios para recuperar el dinero y obtener beneficios del dinero que ellos han invertido.

Esta es la mayor preocupación para mí, pero el hecho de que esa gente haya votado a Koroma muestra que ellos saben que la corrupción está en las oficinas y ellos quieren que sea clasificada. Creo que si alguien como Ernst u otros directivos del estado entran en las oficinas por esos votos y no reparten, sabrán que la gente les pondrá de patitas en la calle antes de que la legislatura termine. Estoy esperanzado de que en países como Sierra Leona se vaya lentamente filtrando el mensaje de respeto para la gente. No creo que Ernst vaya a conseguir más que un período si empieza a repartir porque la gente está cada vez más enterada, es más ambiciosa y, por tanto, está más empoderada.

La verdad es que no puedo envidiar nada al nuevo presidente que va a emprender la tarea de luchar contra la corrupción en su país. La realidad es que esto es más firme que otras medidas de fuera y me gustaría darte un ejemplo, que yo califico de «guardián de mi hermano», para mostrarte lo profunda que en la corrupción y qué difícil es luchar contra ella. Cuando tú eres el más afortunado en tu familia y, por ejemplo, te conviertes en un exitoso joven político, se espera de ti que cuides de tu familia más inmediata. Y después de tu familia más inmediata, se espera de ti que cuides a tus parientes, tíos, tías, primos y demás. Entonces esto se extiende, la gente que vive en tu calle espera de ti que cuides de ellos cuando tengas un descanso. Entonces, esto va de tu calle a todo el barrio, y cada vez más extenso. Una vez que tú quieres estar en el poder no parará y continuarás intentando encontrar la forma de cuidar a toda esa gente.

Si no tienes el dinero para cuidar a esa gente, ¿que haces? Comienzas a coger dinero, empiezas a aceptar sobornos para poder continuar satisfaciendo a esa gente de tu alrededor. Esta es la forma si no te quieres convertir en un marginado. Incluso si tu propia familia y vecinos no quisieran hacerte nada. Tú te convertirías en el enemigo público número uno. En las siguientes elecciones, si eres un buen chico y no diste nada porque no querías aceptar sobornos, tendrás que irte, pero si quieres quedarte entonces tendrás que cuidar de toda esa gente. No hay duda de que Ernst Koroma tendrá que tratar con todas esas demandas. Quizá mantenga por casualidad su presidencia si intenta separarse de tal forma que asuste a la gente para que comprendan que él no está para tonterías, sino para dar ejemplo. Mucha gente que le ha ayudado a conseguir la presidencia, irónicamente por su campaña contra la corrupción, tienen esas expectativas de él. Esto es «el guardián de mi hermano», esto es una parte del gran problema de África con la corrupción. Tenemos que romper con esta cadena. Creo que hay gente en Botswana que ha administrado exitosamente estos repartos, adoptando los valores democráticos tradicionales, que les han ayudado a poner a un lado la corrupción. Había gente con voluntad política que tenía valores, que miraban a los recursos y decían «vamos a usarlos en beneficio de la gente» y eso es lo que marca la diferencia.

No es que los africanos no lo llevemos dentro, sí que lo llevamos, es sólo una cuestión de asegurarnos de que encontramos gente con fuerza de voluntad para dar la vuelta a todo esto y convertirse en ejemplos claros. En Kenia, cuando el gobierno de Kibaki llegó al poder asegurando que lucharía contra la corrupción, al principio parecían serios. Tenías gente normal en Kenia que era arrastrada por la policía y los políticos a la comisaría. La gente captó el mensaje y comenzó a pensar «No podemos hacer el tonto». La gente normal estaba organizando arrestos de ciudadanos y eso estaba cambiando las cosas en Kenia, sin duda. Pero, como es normal, a la hora de la verdad se volvieron débiles. Esto es por lo que un país de 30 millones de personas que podrían vivir bien se ha convertido en un país de 30 millones de pobres, qué vergüenza, África, qué derroche.

TW: ¿Qué te motiva para hacer documentales?

SS: Como africano, quiero volver a casa algún día, pero yo quiero un lugar donde pueda, al fin, vivir en paz. Como cuando estaba creciendo, yo quiero dar algo a la gente que contaba historias para ayudarles a contar nuestras historias. Afortunadamente me dieron la oportunidad un pequeño grupo de maravillosas personas de Insight News que querían convertir este mundo en algo un poco mejor de lo que conocieron. Así que siempre que vuelvo y veo los sufrimientos causados por la corrupción, y veo gente muriendo por la pobreza, guerras sin sentido, enfermedades evitables que están destrozando el continente, me digo a mí mismo que tengo que hacer algo. He conseguido usar mi propia arma, mi cámara, para contar esas historias y dar esperanza al resto de involucrados.

Lo que yo quería sacar a la luz en esta película es la corrupción al más alto nivel. Esta es la corrupción, que la gente con la que he hablado mientras hacía la película, cree que puede hacer caer gobiernos, economías y hacer de la vida de la gente normal un infierno.

Por supuesto que hecho de menos a mi mujer e hijos cuando estoy lejos y estoy muy agradecido por su apoyo, pero creo que soy muy afortunado, porque nuestros hijos han nacido en Gran Bretaña donde pueden recibir una buena educación y cuidados sanitarios y una vida social incluso cuando yo estoy fuera.

Esto se ha convertido en una misión para mí y aunque no se pueda medir el efecto, tú esperas que dando un rayo de luz en estos asuntos y poniendo una cara humana al sufrimiento, estas contribuyendo de alguna forma. Cuando la gente normal viene y te da las gracias, la forma en la que eres apreciado por esa gente tiene mucho más valor que el dinero. Es gente como esa, normal, sin voz, gente que no puede defenderse, la que yo mantengo contando estas historias. Se lo debo a ellos. Son mis héroes reales.

Mike Sidwell.

Sobre Sorious Samura

Nacido en Sierra Leona, Samura adquirió popularidad con su documental «Cry Freetown». Rodado en el punto álgido del conflicto de Sierra Leona. Samura arriesgó su vida para rodar la situación apremiante de su país y las atrocidades que se estaban cometiendo. «Cry Freetown» fue recibida en enero de 2000 con una aclamación internacional y consiguió la atención de Naciones Unidas.

Desde «Cry Freetown», Samura ha denunciado muchos asuntos incluido el viaje de los exiliados africanos en Europa, refugiados que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de cooperantes en Guinea y la reinserción de los niños soldado a una vida normal en Sierra Leona. En su serie «Living with…», aclamada por la crítica se instala con la gente cuya historia esta contando – método que él califica de reality. Haciendo esto, intenta conseguir dar a esas voces e historias una plataforma para ser escuchadas.

Samura vive en Gran Bretaña y es un miembro de la junta de Insight News Television. Sus películas han ganado prestigiosos premios incluido un BAFTA, dos premios Emmy, Dos One World Media Awards, tres Amnestý International Media Awards y un Peabody Award.

Para más información sobre los documentales de Samura, pinche aquí.

Se puede ver una entrevista con Samura y su productor, Ron McCullagh, al recibir un premio por la serie ‘Living with’ se puede ver en YouTube, aquí.

Entrevista extraída del Boletín del Movimiento Anticorrupción, ‘Transparency Watch’, primavera de 2008.

Traducida por Andrea Ayala, para el Departamento África de la Fundación Sur.

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