MSF rechazan “que se vuelvan los auxiliares de los torturadores”
20/02/2012 Le Monde
MSF (Médicos sin fronteras) anunciaba el paro de sus operaciones EN Libia
“Estábamos presentes en tres centros de detención donde seguíamos 1500 prisioneros a petición de las nuevas autoridades, cuenta Christoph Stokes, director de MSF-Bélgica. Al principio, nos ocupábamos de los heridos de la guerra. Pero, a partir de noviembre, hemos visto desembarcar un número cada vez más grande que sufrían claramente torturas que les habían infligido”.
El personal de la ONG tardó tiempo en comprender que se trataba de torturas porque los prisioneros recelaban en denunciar sus guardianes, a pesar de sus heridas (fracturas, contusiones, quemaduras de cigarro, tejidos necrosados por electrochoques, heridas en las plantas de los pies). MSF ha señalado 115 casos, de los cuales dos muertos, ocurridos poco tiempo después de sendos interrogatorios.
El 3 de enero, 14 prisioneros son conducidos para ser atendidos en el hospital… para que 9 de ellos sean re-interrogados. Es la gota que desborda para los MSF qui escriben una carta a las autoridades de Misrata. “Hemos obtenido varios tipos de respuestas», cuenta M. Stokes. “No es verdad”, o también«son casos aislados», o incluso “Esto ocurre en todas partes, incluso en Abu Gharib” ( prisión militar irakí donde el ejército americano ha cometido tantos estragos).
A pesar de nuestra llamada de atención, hemos podido contabilizar cuatro nuevos casos de malos tratos. Entonces, hemos decidido parar «antes que seamos considerados como auxiliares de torturadores.” Ibrahim Beit Al-Mal ha tratado los MSF de “quinta columna de Gadafi”. Algunos casos raros de responsables civiles han agradecido discretamente la ONG, aún reconociendo su impotencia.
Desunión entre grupos armados
Al mismo tiempo se daba a conocer el fin de Omar Brebesh, 62 años, antiguo encargado de asuntos en París en 2008. Habiendo sido convocado para un interrogatorio en Trípoli, en la sede de una milicia, su cadáver fue entregado a su familia al día siguiente en el hospital de Zenten. Tenía la mandíbula empotrada, las piernas laceradas, costillas rotas y las uñas arrancadas.
Como reacción a las informaciones de MSF, un SMS ha sido difundido a primeros de febrero, por las autoridades, a todas las milicias susceptibles de guardar prisioneros, para recordarles que el maltrato perjudicaba la imagen de la “revolución”. Pero las ONG y el Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) que las dificultades que hoy conoce Libia se resumen en la desunión de los grupos armados, a menudo enemigos y que contestan, al menos algunos, la legitimidad del Consejo nacional de transición (CNT). Le CICR pide que todos los centros de detención – unos 60 para 8500 prisioneros, según el Comité – sean puestos bajo la tutela del Ministerio de Justicia. El CICR no dispone de acceso libre a todos los emplazamientos.
Diplomáticos occidentales subrayan la “buena voluntad” del CNT, pero también su “incapacidad” para aplicar las normas. Un Consejo libio de los Derechos Humanos ha sido creado en diciembre, sin capacidad de acción por el momento.
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