Etiopía ha inaugurado la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), la mayor central hidroeléctrica de África, situada en el Nilo Azul, en presencia de varios líderes regionales, entre ellos los presidentes de Kenia y Somalia. Esta obra de ingeniería, que ha rondado un coste de unos 5.000 millones de dólares y que debería producir más de 5000 MW, ha sido puesta en valor por el primer ministro del país, Abiy Ahmed,como una «oportunidad compartida», ya que podrá exportar los excedentes eléctricos, además de producir otros beneficios como el control de las cíclicas inundaciones.
Sin embargo, no todos están contentos en la región internacional. Sudán y Egipto, dos países que dependen en gran medida del Nilo para su suministro de agua, llevan en tensión desde el lanzamiento del proyecto en 2011, con negociaciones estancadas entre los tres países. Los dos Estados han calificado las acciones de Etiopía como «unilaterales» y una «amenaza a la estabilidad», expresando, además, su preocupación por su seguridad hídrica y la posible violación del derecho internacional.
Pietro Salini, una de las principales referencias de la constructora Webuild, aún reconociendolas legítimas preocupaciones de Egipto, afirmó que la regulación del agua por parte de la presa podría traer beneficios adicionales a los países vecinos.
Desde AlJazeera se ha señalado la posibilidad de que la presa Roseires de Sudán, ubicada aguas abajo, pueda verse afectada por descargas de agua no coordinadas de la GERD. Pero, a pesar de las preocupaciones, la GERD también podría ofrecer beneficios como la regulación del caudal anual del río y la reducción de inundaciones. De hecho, Abdullah Abderrahman, gerente de la presa de Roseires, señaló que la GERD ha ayudado a controlar desbordamientos y a reducir la acumulación de sedimentos, lo que conlleva una mayor capacidad de almacenamiento de agua.
Dessalegn Chanie Dagnew, experto en recursos hídricos y miembro del parlamento etíope, declaró que la presa podría fomentar la integración y cooperación regional, pero como señala Bernard Smith, de Al Jazeera, la presa es un motivo de orgullo nacional en Etiopia, pero visto desde la ‘política realista’ es la causa de muy graves tensiones en Egipto y Sudán.
Fuente: AlJazeera – The Africa Report
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