
La desaparición denunciada de más de 80 críticos del gobierno durante los últimos seis meses (2025) ha provocado una enorme reacción pública en Kenia.
¿Porque esa enorme reacción Pública?
El caso está relacionado con las desapariciones documentadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia, desde que comenzaron las protestas a nivel nacional, contra los aumentos de impuestos propuestos en junio pasado. Se dice que al menos 24 personas siguen desaparecidas. La policía y el gobierno niegan haber secuestrado y detenido ilegalmente a manifestantes, pero el país tiene un historial de secuestros patrocinados por el Estado y algunos kenianos temen estar volviendo a ese oscuro pasado, recordando métodos similares bajo el liderazgo autoritario de Daniel Arap Moi en los años 1980 y 1990.
¿Es seguro que estos secuestros estén llevados a cabo por agentes del gobierno?
Hay varios indicios que parecen indicarlo, Quizás una de las acusaciones más condenatorias contra las agencias de seguridad de Kenia sea la siguiente: Justin Muturi, ministro del gobierno dice que su hijo fue recogido por el Servicio de Inteligencia Nacional y liberado sólo después de que hizo una llamada directa al presidente William Ruto. Con todo añade «quiero decir categóricamente que el Presidente de la República de Kenia, que es el jefe de Gobierno, no ha sancionado ninguna forma de secuestro«. Además se da el caso que varios de los secuestrados, después de ser liberados, se negaron a hacer declaraciones, aunque, según uno de los liberados fueron advertidos de que serían asesinados si acudían a los medios de comunicación Tres meses después, un funcionario del gobierno se refirió públicamente a su caso como un arresto legal. Esto ha sido interpretado por los liberados como una confirmación de que una agencia gubernamental era responsable de lo que habían pasado y encontraron el coraje para hablar.
Prohíbe la Constitución de Kenia los secuestros políticos?
«La Constitución de Kenia es muy clara«, dice Jamil, uno de los arrestados: «Deberían arrestarte y llevarte a juicio en 24 horas. En nuestro caso fueron 32 días. Nunca nos asignaron un abogado que nos representara en ningún lado«.
Aslam, uno de los dos hermanos detenidos, había ayudado a organizar protestas contra el aumento de impuestos en la ciudad de Kitengela, cerca de la capital, Nairobi, y que agentes de seguridad le habían advertido que dejara su activismo. Un día de agosto, los dos fueron metidos en un coche cerca de su casa, encapuchados y esposados, y llevados a un lugar desconocido donde los retuvieron en pequeñas celdas oscuras. Esta misma técnica de detención se ha dado en otros casos; hombres encapuchados llegan en un Toyota y una camioneta doble cabina, meten, al detenido a empujones en uno de los vehículos y se dan a la fuga. Esta manera de hacer más que a una detención se parece, sin duda, a un secuestro.
Bartolomé Burgos
CIDAF-UCM


