La presente obra colectiva, Proceso y legado de la descolonización española en África, recoge las principales aportaciones realizadas por el equipo de investigadores del proyecto homónimo, desarrollado entre septiembre de 2021 y diciembre de 2024 y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (PID2020-115502GB-I00). Este primer volumen se centra en los aspectos más políticos del proceso de descolonización y en sus posteriores efectos sobre los territorios descolonizados. Se inicia con una Introducción que aborda la retirada de las antiguas colonias desde la óptica del régimen franquista. Se trata de un ensayo de interpretación del conjunto del proceso descolonizador, el cual concluyó con un rotundo fracaso en cuanto a la aspiración española de recrear una serie de vínculos neocoloniales con lo que había sido su pequeño imperio africano. Esta panorámica general sirve para enmarcar los análisis que se desarrollan en los diez capítulos siguientes.
Los dos primeros capítulos de este libro estudian las actitudes del estamento militar hacia la descolonización. Este estamento había jugado un papel fundamental en la expansión colonial y constituyó después una de las columnas del nuevo orden instaurado por España, especialmente en el protectorado norte de Marruecos. Al servicio de esta empresa se forjó el ideal de un soldado valeroso, sacrificado y austero, que condensaba las virtudes tenidas por tradicionalmente españolas. De ahí que este ethos heroico propugnado por los militares africanistas fuese concebido como el motor, no sólo de una colonización exitosa, sino también de la presunta regeneración de la nación española emprendida más tarde por la dictadura franquista. No es de extrañar entonces que la descolonización, y ante todo la de Marruecos, supusieran un duro golpe para toda esta ideología. Daniel Macías analiza así en el capítulo 1 el reflejo de la descolonización en la prensa militar de la época. A través de un riguroso examen de la misma nos muestra cómo el viejo imaginario épico pervivió en lo fundamental, aunque cada vez más en contradicción con las realidades sobre el terreno y, sobre todo, con la política progresivamente abandonista del propio franquismo.
En el capítulo 2, Geoffrey Jensen se ocupa de otra faceta distinta de este mismo trauma. La creciente reclamación de la independencia por parte de los marroquíes del protectorado norte ponía en entredicho los supuestos beneficios de la «acción civilizadora» española y, en especial, la exaltada «hermandad hispano-marroquí», en virtud de la cual España había actuado como una suerte de hermano mayor, ayudando a los marroquíes a superar su atraso previo. El caso de Tomás García Figueras resulta aquí emblemático. Habiendo sido durante décadas uno de los máximos apologistas del régimen del protectorado, trató de mitigar esta contradicción, asumiendo que las políticas de las autoridades coloniales no habían estado exentas en la práctica de graves defectos, pero que, a fin de cuentas la reivindicación de la independencia podía ser entendida como una demostración de que los colonizados habían madurado ya lo suficiente, gracias precisamente a la tutela española, para poder ahora prescindir de ella.
Enrique Bengochea Tirado aborda en el capítulo 3 la interacción entre las instituciones coloniales y los dirigentes locales en el Sáhara Occidental. Las autoridades españolas promovieron el agrupamiento administrativo de distintos linajes, a los que se invitó a considerarse como «una sola tribu». Así, la estatalización progresiva de este territorio colonizado parece haber favorecido la eclosión de una identidad compartida, capaz de trascender las antiguas divisiones tribales. Esta identidad más amplia ha servido luego de base para la construcción nacional saharaui promovida por el Frente Polisario, abiertamente enfrentada al «tribalismo» anterior, en lo que no deja de entrañar una curiosa continuidad con ciertos procesos iniciados durante la etapa colonial tardía.
En el capítulo 4 David Moral Martín estudia las posturas adoptadas por las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda española en relación al proceso descolonizador. La oposición de todas ellas al régimen franquista y el anticolonialismo propio de la izquierda propiciaron una actitud favorable hacia la descolonización. Asimismo, el desarrollo del movimiento sindical en el Magreb parecía llamado a confluir con la actividad de los sindicalistas españoles afincados en esta región. No obstante, en la práctica, las relaciones fueron escasas y esporádicas y la mayoría de las declaraciones oficiales se redujeron a sucintas expresiones de simpatía, reveladoras de un limitado interés real, en un momento en que la consolidación del franquismo hacía atisbar una larga y compleja lucha que absorbería todas las energías de la oposición antifranquista.
Los capítulos del 5 al 9 se centran en la descolonización de Guinea Ecuatorial. Juan Aranzadi expone en el primero de ellos las condiciones en que el sistema colonial habían dejado el país en el momento de su independencia, comenzando por su estructura económica extravertida, dependiente no sólo de la exportación a España de materias primas, sino también de los técnicos y de los capitales españoles, así como de la mano de obra nigeriana. Sobre la base de este legado del colonialismo, analiza a continuación la naturaleza de las dos dictaduras nguemistas que han gobernado el país desde entonces. Ambas se han caracterizado por adoptar, aunque con ciertas variantes, el modelo de Estado «cancerbero», teorizado por Frederick Cooper y ampliamente difundido por todo el continente, en donde una reducida oligarquía maneja de un modo autoritario un Estado alimentado por las rentas derivadas de las exportaciones de productos primarios y las ayudas internacionales, manteniendo sometida al resto de la sociedad.
En el capítulo 6 Gonzalo Álvarez Chillida se retrotrae al periodo de las políticas descolonizadoras, desde la Ley de provincialización de 1959, en contra de la cual se organizó el primer movimiento nacionalista, hasta la independencia en 1968. Esta mirada retrospectiva le sirve para comenzar a dilucidar quiénes eran estos nacionalistas, qué relaciones mantenían con los diferentes sectores de la sociedad guineana, cuáles eran sus ideas y actitudes y cuáles fueron, por último, los partidos y estrategias que fueron conformando a lo largo de este proceso.
Gustau Nerín profundiza en el capítulo 7 en los rasgos definitorios de la primera dictadura poscolonial, la de Francisco Macías Nguema, un periodo mucho menos estudiado que el de la colonia, debido, en gran medida, a la dificultad para acceder a las fuentes de información requeridas. Nerín ha logrado sortear en cierta medida este problema de las fuentes, y en este capítulo nos ofrece la que es probablemente la caracterización más completa y profunda realizada hasta el momento acerca de este complejo régimen, de tan difícil clasificación. Y lo hace partiendo, como no podía ser de otro modo, de la poderosa herencia que recibió del franquismo, la cual se combinó desde sus comienzos con el nacionalismo anticolonial del dictador, para experimentar luego una peculiar deriva revolucionaria que le alineó con las principales potencias comunistas del momento.
Como se señala en la Introducción, en 1963 se descubrió en las desérticas provincias saharianas una gigantesca mina de fosfatos. La existencia de este importante yacimiento influyó sin duda en la política española y en las ambiciones anexionistas de los países vecinos. A diferencia del entonces Sahara español, cuyo único interés económico, antes de los fosfatos, estribaba en los abundantes caladeros de sus costas, explotados desde hacía mucho tiempo por los pescadores canarios, Guinea era rica en cacao, café y madera. Pero ya en 1959, cuando se promulga la Ley de provincialización, se sospechaba de la existencia de petróleo en sus aguas. En el capítulo 8 Enrique Martino analiza precisamente la influencia ejercida por estas expectativas sobre el proceso de descolonización y las ulteriores relaciones de la Guinea independiente con sus vecinos, especialmente con Gabón, marcadas por los intereses geoestratégicos de las distintas potencias.
En el capítulo 9 la investigadora marfileña Dié Anastasie Ouhon analiza el interés francés por Guinea Ecuatorial desde la disputa territorial de finales del siglo XIX, pasando por el periodo de Macías, cuando Francia intentó aprovechar en alguna medida la retirada de los españoles, para centrarse finalmente en el régimen de Obiang. Analiza cómo y por qué este segundo dictador guineano ha mantenido unas complejas relaciones con España y su legado en el país, orientando muy pronto su política exterior hacia el acercamiento a Francia y a los países francófonos de su entorno, tan cercanos a su antigua metrópoli, hasta el punto de terminar integrándose en sus instituciones de cooperación supranacional y de declarar el francés como segunda lengua oficial.
Nuestro volumen concluye con el capítulo 10, obra de Lizbeth Chaviano, acerca del seguimiento de la descolonización de África en la prensa cubana entre 1960 y 1970. Se trata de una aportación muy enriquecedora, en la medida en que nos muestra el punto de vista de un país muy cercano a España, de la que también había sido colonia hasta 1898, con la que comparte lengua y muchos aspectos culturales, y en donde, además, en ese mismo momento se estaba desarrollando una revolución que hacía del anti-imperialismo una de sus principales banderas. Pese a ello, el interés de las autoridades cubanas por no malquistarse con las españolas y la prioridad otorgada a otros territorios, redundaron en una relativa escasez de referencias a la descolonización española en concreto, así como en un conocimiento escaso sobre las realidades concretas sobre el terreno.
Este volumen será sucedido por un segundo, actualmente en preparación, en el que se continuará estudiando la descolonización española en África y su legado, pero haciendo hincapié en otras dimensiones diferentes, tales como las construcciones identitarias coloniales y poscoloniales, el papel de elementos como la lengua y la religión en la conformación de las mismas, las relaciones entre colonizadores y colonizados en el ámbito cotidiano, las representaciones literarias al respecto, las redes sociales y económicas, los cambios en los modelos de familia y las alteraciones en los sistemas judiciales.
Gonzalo Álvarez Chillida y Juan Ignacio Castien Maestro (coordinadores)
– Enlace Ed. Bellaterra: Proceso y legado de la descolonización española en África
CIDAF-UCM



