Inquietantes alianzas militares en la región de los Grandes Lagos

27/01/2012 | Opinión

Último informe de expertos de la ONU

La región de los Grandes Lagos sigue siendo un polvorín; así lo muestra una vez más el último informe de la ONU que acaba de aparecer. Los expertos no solamente se hacen eco de la actividad de grupos armados que saquean los minerales, sino que constatan que estas fuerzas negativas han firmado alianzas entre ellas e incluso con ejércitos regulares de países de la región.

El grupo de expertos ha analizado la existencia de estos grupos armados, valorado su capacidad de producir daños, ha examinado la explotación ilegal de los recursos naturales, ha evaluado las responsabilidad de los gobiernos de la región y los esfuerzos que han podido realizarse para neutralizar los grupos armados y desmantelar las redes clandestinas de comercio ilícito de minerales.

El informe precisa que las FDLR, la LRA, las FNL (de Burundi) siguen activas. Pero al lado de dichas fuerzas rebeldes extranjeras, los expertos señalan la presencia de grupos armados congoleños, como los Maï Maï Yakutumba, PARECO La Fontaine, las FRF (Fuerzas Armadas Federalistas). Habla también el informe de la implicación de ejércitos regulares y acusan a algunos oficiales de las FARDC de connivencia con los grupos armados y al CNDP de ambigüedad.

Alianzas militares

La aportación nueva del informe es la existencia de alianzas militares firmadas entre grupos. Con relación a la LRA se indica que este movimiento ha tomado posesión de algunas concesiones mineras antes ocupadas por el ejército ugandés, al mismo tiempo que sigue sacando provecho de pequeñas minas de oro y del comercio de la madera. Además la LRA recluta elementos en Uganda, en RDC, en Burundi, en Tanzania e incluso entre los refugiados somalíes en Kenia.

Las FNL burundesas por su parte han firmado alianzas con los Maï Maï Yakutumba y operan en el Kivu Sur, concretamente en Fizi. La Alianza de patriotas del Congo evolucionaría con la complicidad de elementos incontrolados de las FARDC. Los expertos subrayan el influyente protagonismo que el CNDP, movimiento convertido en partido político, en Kivu Norte. Estaría apoyando a grupos que se inscriben en la lógica de consolidación de su control en la región, con el apoyo también de las FRF.

Los expertos reconocen que las campañas militares llevadas a cabo conjuntamente entre el FARD y las Fuerzas armadas ruandesas han debilitado la capacidad militar de las FDLR y LRA. Pero afirman que estos grupos siguen siendo avituallados por elementos de las FARDC, que les venden armas y uniformes.

Se está ante núcleos militares cada vez más organizados y capaces de resistir las operaciones para neutralizarlos. Los territorios ocupados se están transformando en “no man’s land” para actividades de piratería y saqueo; igual que en Somalia. La región de los Grandes Lagos corre el peligro de “somatizarse” con la alianza entre “Business y piratería”.

Minerales: Economía de guerra

Los expertos son contundentes: Ruanda, Burundi, Tanzania, Kenia y Uganda, sirven de puertas de salida para el comercio ilícito de los minerales de la RDC; “minerales no registrados pasan a través de pasos oficiales”; las redes salen de África hacia Europa, EEUU, China. Hay actualmente una gran demanda de oro y las transacciones, subraya el informe, se realizan en las ciudades de países vecinos y aterrizan en los Emiratos Árabes Unidos.

Se han hecho ciertamente, afirman los expertos, esfuerzos de control de la cadena desde la producción hasta la exportación, pasando por los centros de aprovisionamiento, pero al mismo tiempo el grupo de expertos de la ONU acusa a las sociedades Minas TTT, Huaying Trading y Donsom Internacional de hacer caso omiso de las instrucciones. Los EEUU han prohibido comerciar con “los minerales de sangre” cuya procedencia sea dudosa y han invitado a los países vecinos a certificar la proveniencia de sus minerales, propugnando una certificación de los recursos naturales congoleños a imagen del procedimiento de Kimberley establecido para los diamantes. No obstante el informe confiesa que los esfuerzos realizados son débiles.

Hay que preguntarse cuántos informes de expertos serán necesarios para neutralizar y eliminar a los grupos armados. La solución militar ha demostrado sus límites; los intereses divergentes en el plano internacional debilitan la acción de la ONU; por razones inconfesables, se rehúsa adoptar medidas políticas en Ruanda, Uganda y Burundi. Todo lo cual repercute negativamente en RDC, apoyando la tesis de la existencia de un complot internacional para balcanizar el Congo.

(A partir de Le Potentiel, Kinshasa, 26.01.2012)

Resumen y traducción: Ramón Arozarena

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