La energía nuclear, energía de “los pobres”

14/11/2011 | Crónicas y reportajes

La apuesta es de consideración. El apetito mundial por la electricidad está conociendo un aumento que preocupa al mundo científico. Desgraciadamente, la tendencia va a seguir así y hay que llevar a cabo una seria reflexión sobre las posibles opciones tecnológicas para producir, distribuir y almacenar la electricidad. De lo contrario, las próximas décadas serán problemáticas.

Unos investigadores reunidos en el “Perimeter Institute” de Waterloo del 5 al 9 de junio por iniciativa del “Waterloo Global Science Initiative”, exploraron los cauces y los medios para garantizar el futuro energético del mundo, en un plazo tan corto como desde aquí al año 2030. Esta vez, el problema se analiza desde una perspectiva científica. Aunque han surgido tres enfoques tecnológicos, es sobre todo la exploración de la energía nuclear la que representa la piedra de toque de la reflexión. Las otras dos vías posibles han sido, en definitiva, la energía geotérmica y las energías renovables.

Actuar con rapidez, parece el lema de los investigadores en relación con el contexto y los desafíos posteriores. De aquí a 2050, la demanda mundial de electricidad va a duplicarse de 16,5 a 30 teravatios. Objetivo colosal. Detrás de este desafío se ocultan otros más, de los cuales el más importante sigue siendo la limitación de las emisiones de carbono por las formas de energía que hay que privilegiar.

La otra apuesta es el gasto relacionado con el acceso a la energía. El investigador argelino del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) con base en Ginebra (Suiza), es uno de los que dan la voz de alarma sobre este tema. “Está claro que pagaremos mucho más caro nuestra energía de aquí a 2030, al mismo tiempo que no dispondremos de la suficiente”, ha advertido.

En efecto, la factura energética será demasiado alta para el mundo en los próximos años, con el aumento progresivo del precio de ciertos combustibles fósiles actualmente muy valorados y dañinos para el medio ambiente. Un coste que los países desarrollados y algunos en vías de desarrollo podrán fácilmente soportar, lo cual no será el caso de los países pobres, precisó Yacine Kadi.

La energía nuclear “limpia”, un sucedáneo

Si hay una hazaña que añadir a la cuenta de la cumbre científica de Waterloo, Equinox Summit Energy 2030, es la de haber podido asumir realmente la idea de una energía “verde y limpia”, aunque esto no sea nada nuevo. Yacine Kadi, el investigador del CERN, ha recordado sobre todo a sus homólogos la necesidad de explorar “una fuente cuya densidad sea elevada”. “Es una fuente primaria que permite producir electricidad de forma abundante”, recalcó especialmente el Sr. Kadi.

El documento final de la reunión puso sobre todo el acento sobre la capacidad de escasas emisiones de carbono de la energía nuclear a amplia escala. Según numerosos investigadores, es el único camino para cerrar el ciclo de los combustibles peligrosos.

Quedan por valorar las repercusiones. Ya que los reproches hechos a la industria siempre están presentes y conciernen a su seguridad y a los residuos radiactivos que genera. “Lo malo, afirma el Sr. Kadi, es que la energía nuclear tiene problemas. No estamos al amparo de un accidente catastrófico, produce residuos nucleares y su diseño está basado en el uranio y en el plutonio, pero tenemos los medios y la tecnología para librarnos de estas plagas y hacer que la energía nuclear sea más limpia, verde y democrática, una energía nuclear que se podría desplegar en cualquier parte del mundo”.

La revolución se llama Torio

Si se le ha llamado, por provocación, “la energía nuclear de los pobres” es porque se ha querido denostar la necesidad de mirar en esa dirección si se pretende hacer una energía nuclear limpia y sin peligro. Particularmente debido a su umbral bastante bajo de riesgo, tal y como se hizo ver.

“El combustible nuclear más abundante y que nos impediría producir plutonio es el torio”, explicó el Sr. Kadi antes de precisar que “combinando esto con un acelerador de partículas, es posible predecir el comportamiento de los reactores en modo sub-crítico lo cual nos permitiría tener niveles de seguridad y librarnos de posibles accidentes”.

Si se opta por ello, hay aquí una ventaja que es la de eliminar la confusión entre lo nuclear como elemento de influencia militar y factor de desarrollo económico. “Si se democratiza y se desdemoniza para hacerlo más accesible podría durar años y podría ser una fuente segura”, tranquilizó el Sr. Kadi.

“Creo que si observamos el modo en que se ha desarrollado la energía nuclear en todo el mundo, veremos que es una industria vigilada, institucionalizada, que no nos protege ciertamente, pero que está muy regulada”, continuó.

La mezcla energética

El problema de la energía es urgente y para poder reglarlo ya no es posible esperar más. El horizonte 2030 está demasiado lejos, reconocen los investigadores, pero es el compromiso ideal entre la urgencia por hallar nuevas fuentes para el consumo mundial y los medios que hay que reunir para lograrlo.

Para los países en vías de desarrollo, especialmente los africanos, “el establecimiento de la energía nuclear no se hará chascando los dedos, pasará antes por la formación y la cultura de lo nuclear. Por lo tanto hay que aprovechar ese tiempo para establecer esa cultura y planificar”, recalcó Yacine Kandi.

Pensar de igual modo en una mezcla energética que integre las energías renovables a la espera de realizar una elección de futuro es un alegato provisional y realista, según el profesor Éric Prouzet del Instituto de Nanotecnología de la Universidad de Waterloo en Canadá.

“Para los países en vías de desarrollo así como para los desarrollados, nada se debe descuidar. Todo tiene que tenerse en cuenta, porque todo contribuye por ahora a la solución”, hizo ver el Sr. Prouzet.

Godefroy Macaire CHABI

Publicado en el blog del periodista beninés, Godefroy Macaire CHABI, el 9 de Junio de 2011.

Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Figueira Iglesias.

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