Algunas situaciones vividas en Túnez, me han hecho pensar en ciertos pasajes bíblicos, por ejemplo esta, que muestra la importancia capital de los sueños.
Leyla era lectora en el centro de lenguas en el que yo trabajaba. Ese centro decidió organizar un viaje a Suiza con los jóvenes que lo frecuentaban. Este hecho era algo insólito allá por el principio de los años sesenta, a pesar de ello la familia de Leyla nos la confió.
Leyla, una vez en Suiza , decidió un día bañarse en un lago, pero sin preocuparse del alimento que acababa de tomar y, sobre todo, ignorando la temperatura del agua de los lagos suizos. Se lanzo al agua y no salio de ella viva. Los esfuerzos para reanimarla fueron vanos. Cuando la terrible noticia llego a la familia, la hermana de Leyla amenazo- y la amenaza no era una figura de estilo-con matar a la que había organizado el viaje.
Fueron días de gran tensión. La hermana de Leyla apareció un día de imprevisto en casa diciéndonos: “No temáis nada, esta noche he soñado con mi hermana que me ha dicho que no os haga ningún daño, que erais completamente inocentes de su muerte…” Y todo continuo como antes y continua todavía. La amistad se fortaleció por lo mucho que habíamos sufrido tanto su familia como nosotras…se fortaleció quizás por aquella intervención venida del mundo misterioso de los sueños.
