Un total de 7.610 trabajadores humanitarios han recibido órdenes de abandonar el norte de Sudán, en respuesta a la emisión de la orden de arresto internacional contra el presidente de Sudán, la pasada semana.
Alrededor de 1.5 millones de personas de la región de Darfur dependen de la ayuda humanitaria para tener servicios sanitarios, que ahora se van a ver interrumpidos, mientras que otro 1.1 millones de personas ya no van a recibir la vital ayuda alimentaria y más de 1.15 millones de personas podrían perder su acceso seguro a agua potable.
Es de particular preocupación el brote de meningitis que ha surgido en un campo de refugiados, que estaba siendo tratado por la organización francesa Médicos Sin Fronteras.
Ese grupo es una de las 13 organizaciones expulsadas del país, y otras tres agencias sudanesas también han sido cerradas, según ha denunciado el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU.
También se verá afectado el programa de alojamiento de emergencia, que si no se reinicia, podría tener implicaciones muy negativas en cuanto a salud, para cientos de miles de sudaneses.
Los 16 grupos afectados por las medidas restrictivas de Jartum suman el 40 % del total de la ayuda humanitaria en Darfur, con más de 6.500 personas trabajando para ellos.
(News 24, 10-03-09)