Según el último informe publicado por el Comité de Libertades Individuales y Legalidad (COLIBE), las autoridades tunecinas han despedido, durante el período comprendido entre enero y septiembre, a alrededor de 686 imanes y condenaron o advirtieron a otros 1300 debido a su predicación extremista llamando al odio. Para el Ministerio de Asuntos Religiosos, estos predicadores amenazaron seriamente la concordia y la coexistencia pacífica entre los tunecinos.
Según este informe, más del 66% de los imanes contratados después de la revolución de 2011 tienen un nivel de educación de primaria y secundaria. Tal y como anunció Fadhel Ben Achour, secretario general de la Unión de imanes y ejecutivos de mezquitas, su reclutamiento se realizó, en parte, de acuerdo con su proximidad al movimiento islamista Ennahdha.
Que es el movimiento islamista Ennahdha?
Ennahda (“Renacimiento”) es un movimiento islamista surgido en los años sesenta del siglo pasado. En principio se constituyó como un grupo de interés religioso, pero a comienzos de los ochenta se trasformó en una organización política que tomó parte activa en la oposición al dictador Habib Burguiba.
En 1987, Ben Alí llegó al poder tras un golpe de Estado y se convirtió en presidente del país, cargo que conservó hasta su derrocamiento, a comienzos de 2011, con la Primavera Árabe. Al poco de llegar Ben Alí al poder, Ennahda se reveló como una importante fuerza política, por lo que los aparatos gubernamentales iniciaron una ofensiva contra sus cuadros que condujo a su práctica desarticulación. Sus actividades fueron prohibidas, miles de sus miembros enviados a prisión y sus dirigentes, obligados a marchar al exilio. Sin embargo, el prestigio de Ennahda entre la población siguió siendo notable, como quedó de manifiesto en la facilidad con que ganó las primeras elecciones democráticas tras la caída de Ben Alí.
En esos primeros meses de Primavera Árabe, el país experimentó fuertes turbulencias políticas que incluso se cobraron la vida dos líderes opositores. Sus rivales acusaron a Ennahda de haber dado alas a los movimientos salafistas, a pesar de que los dirigentes del partido condenaron los asesinatos. No obstante, y con el fin de no poner en riesgo la transición a la democracia, el principal dirigente de Ennahda, Habib Ganuchi, cedió en 2013 la presidencia del país al dirigente del partido laico Nidaa, Beyi Caíd Esebsi, que un año después ganaría las elecciones presidenciales. No obstante, diferentes problemas internos de la formación laicista han hecho que Ennahda se haya convertido de nuevo, tras las elecciones parlamentarias de este año, en la principal fuerza política tunecina.
Con su último movimiento, de tan profundo calado, Ennahda se ha convertido en el primer partido postislamista de todo el mundo árabe.
Fuente: Liberté
[Edición y traducción, Judit Serra Ballester]
[Fundación Sur]
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