50 años del Senegal epicentro de la cultura negra , por Wiriko

14/12/2016 | Bitácora africana

Por Alexandra Gil

A principios de este noviembre pasado, las ciudades de Thies y Dakar se vistieron de gala para conmemorar el evento que, hace medio siglo, puso a Senegal en el mapa de la cultura negra. Ideado por los “Padres fundadores de la negritud” a lo largo del Primer Congreso de escritores y artistas negros de la Sorbona en 1956, el Primer Festival Mundial de las Artes Negras pretendía mostrar y dar valor a las culturas africanas en un contexto de recientes independencias políticas en el continente y de fuertes tensiones entre el Este y el Oeste.

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Leopold Sédar Senghor, primer presidente del Senegal independiente, condición obtenida en 1960, buscaba con la organización de este Festival “ayudar no solo a la defensa y a la ilustración de las artes negras, sino también, a la construcción de una civilización de lo universal”[1]. Se trataba del primer gran evento de esta nueva etapa nacional, y arrancaba bajo el lema “Función e importancia del arte negro y africano en la vida de la gente y para la gente”[2]. Asistirían más de diez mil personas. Como participantes, cabría destacar la presencia de André Malraux, Ministro de Cultura Francés de la época y eminente escritor, y de otros muchos protagonistas como Aimé Césaire. Durante veinticuatro días en el mes de abril de 1966, cada barrio de Dakar se llenaba de espectáculos al aire libre; y gracias a las gestiones ejercidas por el propio Senghor, se expusieron diversas piezas venidas desde el Museo del Cairo, que eran incluso vigiladas por tiradores de élite dada la excepcionalidad de la situación, puesto que raramente salían del mismo.

El impacto del primer FESMAN sigue sobrevolando hoy las cabezas de los amantes de las artes. Tal era su envergadura y tal la implicación del Presidente poeta, que cada funcionario senegalés recibió tres meses de su salario por adelantado para poder participar holgadamente en el festival. La suma debía ir reembolsándose en 12 meses.[3] Para el país, supuso la construcción de infraestructuras tales como el Museo dinámico de Soumbedioune, el Teatro Nacional Daniel Sorano, la Escuela Nacional de Artes o la Manufactura de Artes Decorativas de Thies. Implicó la creación del Ministerio de Cultura (que nunca desde entonces ha desaparecido del gobierno ni se ha fusionado con ningún otro) y resultó en “una maravillosa adhesión popular que no se ha vuelto a experimentar en el país desde aquella”[4]. Se trataba más que de un Festival, de un merecido homenaje a las expresiones culturales africanas, relegadas a un segundo plano e incluso ignoradas hasta entonces por los países colonizadores y afines.

Cincuenta años más tarde de aquella primera edición, el Hotel King Fahd Palace de Dakar reunió durante tres días a artistas, políticos y académicos en un coloquio internacional bajo el lema “Memoria y actualidad (1966 – 2016)”. El Presidente del Gobierno de Senegal, Macky Sall, asistió a la sesión de inauguración y pronunció un poema de Birago Diop mostrando lo que algunos llamaron “un súbito interés por la cultura”[5]. Aprovecharía también para anunciar la condecoración en la Orden Nacional del León (la más alta distinción del país) de, entre otros, el músico Ablaye Ndiaye “Thiossane”, el actor Serigne Ndiaye Gonzales o los pintores Ibou Diouf y Younousse Séye, todos ellos artistas senegaleses en activo y participantes del Festival.

El evento sirvió también a Saliou Mbaye, Presidente del Comité Científico del Coloquio sobre el FESMAN y exdirector de los archivos nacionales, para anunciar la obtención de dos películas (una soviética y una americana, cada una promoviendo sus intereses en plena Guerra Fría) rodadas con motivo del primer Festival, así como para reclamar la vuelta a casa del “conjunto de fuentes de la historia de nuestro país que se conservan en el extranjero y que forman parte del patrimonio senegalés”.[6]

Organizadores y participantes del coloquio coincidieron en destacar la importancia de crear un espacio de diálogo permanente que ayude a revitalizar y hacer más visible los “patrimonios culturales”[7] africanos. Entre las propuestas más oídas, cabría mencionar la necesidad de catalogar y conocer la situación de las infraestructuras culturales de cada país africano, la de instaurar la organización de homenajes a los personajes más conocidos en los ámbitos culturales y la de retomar la idea del FESMAN adaptándola a la nueva coyuntura. A nivel país, se solicitó al Presidente Macky Sall que se reabrieran el Museo dinámico y tanto el Centro de Estudios de las Civilizaciones como el Comisariado de exposiciones de arte en el extranjero del Ministerio de Cultura.[8]

La influencia de Senghor y del FESMAN en la utilización de la cultura como motor de desarrollo tras las independencias africanas es innegable, así como el posicionamiento de Senegal en la región como líder y ejemplo de políticas culturales exitosas en la época. El paso del tiempo, los planes de reestructuración económica –impuestos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional– y la llegada de nuevos presidentes y prioridades ha ido mermando la relevancia dada al sector cultural en el país, que ha visto en estos años cerrar la práctica totalidad de sus salas de cine y luchar por mantenerse vivo. Senegal era y es un referente en materia de políticas culturales (no hay que olvidar su Bienal de Arte contemporáneo, o el hecho de que Dakar forma parte de la red de ciudades digitales de la UNESCO), pero los participantes en el coloquio coincidían en la inherente lástima que el motivo del mismo era simplemente recordar y no relanzar el Festival.[9]

En general, los especialistas en la materia esperan que, al haber realizado una rememoración de tan alto nivel, se avive la “toma de conciencia del rol de la cultura en el desarrollo del país”[10] y tenga cabida en el proceso “de emergencia”[11]. Por el momento, lo que sí está construido es el Museo de las Civilizaciones Negras, considerado por muchos como “una prolongación del FESMAN de 1966”[12], hoy a la espera de los contenidos que reagruparán elementos de civilización, tradición e identidad de las culturas negras con la finalidad de seguir mostrando y demostrando la amplitud de su contribución al patrimonio universal[13].

Notas

[1] 9/11/2016, “Macky Sall promet de poursuivre la symphonie de 1966”, Le Soleil, p. 11.

[2] François Diouane Ndiaye. La circulation des oeuvres d’art contemporain en Afrique de l’Ouest: cas des arts plastiques à travers l’exemple du Sénégal. Art et histoire de l’art. Université Michel de Montaigne – Bordeaux III, 2014, p. 46.

[3] 10/11/2016, “Le festival a gardé toute sa fraîcheur dans la mémoire collective”, Le Soleil, p. 12.

[4] 09/11/2016, “Le banquet des expressions artistiques célébré”, Le Soleil, p. 12.

[5] 10/11/2016, “Regain d’intérêt ambigu de Macky Sall pour la culture”, WalfQuotidien, p. 11

[6] 9/11/2016, “Colloque international: Le banquet des expressions artistiques célébré”, Le Soleil, p. 12.

[7] 11/11/2016, “Organisateurs et participants se félicitent de la fécondité des échanges”, Le Soleil, p.11.

[8] 11/11/2016, “Maintenir l’idée du Festival”, Le Soleil, p.11.

[9] 10/11/2016, “Discours d’ouverture du président du Comité scientifique, Professeur Saliou Mbaye”, Le Soleil, p. 14.

[10] 10/11/2016, “Regain d’intérêt…” Op. Cit.

[11] Ídem.

[12] 10/11/2016, “Un prolongement du Festival de 1966”, Le Soleil, p.11.

[13] Ídem.

Original en : Wiriko

Autor

  • WIRIKO

    “Wiriko” es una palabra perteneciente a la familia de las lenguas bantúes cuyo significado hace referencia a la idea de estar despierto. En este sentido, pretendemos despertar conciencias y romper con los tópicos y estereotipos que envuelven al continente africano en lo que a manifestaciones sociales y culturales se refiere. Wiriko está en pie y con los ojos bien abiertos, atentos a todo lo que acontece en torno a las sociedades africanas contemporáneas. Muchas veces, bebiendo e inspirándonos de los frutos del pasado, y otras, escuchando los ecos en la diáspora, pero siempre, volviendo la mirada a nuestros pies, enraizados en esta tierra que tanto tiene que decir y enseñar. www.wiriko.org

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