30 países africanos en la carrera tras los biocarburantes

12/02/2010 | Crónicas y reportajes

Sin adoptar grandes precauciones, una treintena de países africanos se han lanzado a la producción de biocarburantes. La loca carrera hacia esta alternativa al petróleo suscita una protesta general motivada por el temor persistente de ver cómo el carburante entra en competencia con la alimentación.

Se está extendiendo en África una verdadera “biocarburante-manía” desde que se produjo el fuerte golpe de fiebre del petróleo en 2008. En Senagal, el presidente Abdoulaye Wade, que trata de ser el campeón africano del biocarburante, reveló el 28 de diciembre pasado en su mensaje a la nación, con ocasión del Nuevo Año, que la producción de biocarburante ha arrancado bien en el país con la puesta en valor de 10.000 hectáreas de jatrofa, un árbol originario de Brasil muy presente en los países de Sahel, donde es llamado más comúnmente “pourghère” o “bagani”, cuyos granos no comestibles producen un aceite con propiedades comparables a las del diesel. “”Haciendo plantar a cada comunidad rural 1.000 ha. obtendremos 3.210.000 toneladas de jatrofa, esto es, 1.134 millones de litros de biodiesel, lo que correspondería a nuestra independencia energética”, precisó el Jefe de Estadio senegalés.

Suráfrica, otro país en punta del continente en la promoción de esta nueva energía gracias a gigante Etanol Africa, proyecta ya a lo grande y plantea la apertura de ocho fábricas de biodiesel en 2010. Ethanol Africa cuenta también con invertir en Angola, Zambia, Tanzania y Mozambique, para producir biocarburante a partir del maíz y de la caña de azúcar. Por su parte, Burkina mira cada vez más con codicia los biocarburantes. La primera unidad de producción de biodiesel a base de granos de jatrofa debería nacer próximamente en Kossodo, por iniciativa del jefe tradicional Larlé Naba.

En Mali, la jatrofa, llamada igualmente “el oro verde del desierto”, es explotada desde hace dos años en la producción de biodiesel. En Zimbabue, que fue pionero en África en materia de producción de biocarburantes a partir de la caña de azúcar desde los inicios de los años 80, las miradas se dirigen también hacia la jatrofa, con la plantación de 60.000 hectáreas el año pasado. Transload, una unidad de fabricación de agro-carburantes implantada cerca de Harare, produce igualmente desde 2008 biodiesel a partir de granos de algodón, de soja y de girasol.

Exportaciones hacia la Unión Europea

Isla Mauricio concentra sus esfuerzos en la caña de azúcar, mientras Camerún produce ya su biocarburante a partir del aceite de palma. Nigeria se ha lanzado hacia la producción de bioetanol a partir de la mandioca. En total, una treintena de países africanos producen ya agro-carburantes, según la Asociación africana de productores de biocarburantes (AAPB), nacida en noviembre de 2006 en Uagadugú.

Según los expertos, el entusiasmo africano por los agro-carburantes se explica esencialmente por la voluntad de reducir la dependencia energética y, accesoriamente, por el deseo de crear empleos en el medio rural. “Los países africanos que apuestan por los biocarburantes están atraídos mayoritariamente por las perspectivas de aligeramiento de la factura energética y de creación de puestos de trabajo”, explica Joel Blin, responsable del laboratorio Biomasa-energía y biocarburantes (LBEB) en Burkina Faso. Pero, si bien es verdad que la mayoría de los países africanos producen biocarburantes para las necesidades del mercado interior, no es menos cierto que algunos de estos países exportan ya esta energía hacia el norte. El grupo azucarero sudanés Kenana ha exportado por primera vez el 27 de diciembre 5 millones de litros de etanol, por un valor de 3,3 millones de dólares hacia la UE. “Cuatro cargas de 5 millones de litros cada una deben partir hacia la UE de aquí a finales de febrero de 2010”, revela Majdi Hassan, director de ventas del grupo, citado por AFP. Sudán sigue los pasos de Isla Mauricio y de Zimbabue, que exportan desde hace unos años biodiesel al mercado comunitario.

Comer o conducir

Sean destinados al mercado interior o a la exportación, desde 2008, año marcado por revueltas a causa de hambrunas en varios países africanos, los biocarburantes son objeto de vivas críticas en el continente. En Senegal, el Consejo nacional de concertación y cooperación de rurales (CNCR) ha denunciado con vehemencia el programa nacional de los biocarburantes; dicho programa, según el CNCR, no constituye “una prioridad para el mundo rural”. Un estudio sobre biocarburantes en Senegal, publicado a primeros de 2009 por las ONG Wetlands International y Action-aid, ha estimado que el desarrollo de los biocarburantes podría amenazar en el futuro los cultivos de víveres y abrir la vía a una peligrosa competición entre los 800 millones de automovilistas y los 2.000 millones de humanos que viven bajo el umbral de la pobreza en el mundo. Otro estudio llevado a cabo por ONG y titulado “Jatrofa, una trampa socioeconómica para Mozambique”, ha revelado igualmente que la jatrofa ha sido plantada mayoritariamente en tierras mozambiqueñas arables. Como consecuencia de esta fuerte movilización, la 2ª Conferencia internacional sobre biocarburantes, celebrada del 10 al 12 de noviembre pasado en Uagadugú, ha reconocido explícitamente la responsabilidad directa de los biocarburantes en la crisis alimentaria y ha recomendado el lanzamiento de políticas de autosuficiencia alimentaria en paralelo a las estrategias de desarrollo de los agro-carburantes.

Por Walid Kéfi, Túnez.

Publicado en Les Afriques, el 10 de febrero de 2010.

Traducción: Ramón Arozarena.

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