2018 un año de prueba para Paul Kagame en varios materias

28/05/2018 | Opinión

kagame-9.jpgUn año después de la manipulación de la Constitución para «legalizar» su mantenimiento a la cabeza de Ruanda hasta 2034, y más allá, si así lo desea, Paul Kagame revela gradualmente sus ambiciones y preocupaciones para el período que se abre con este noveno Golpe de Estado en Ruanda operado por este exsoldado del ejército regular de Uganda. Veamos qué le preocupa en este 24º año de su reinado.

A primera vista, su principal preocupación es, paradójicamente, la sucesión de Joseph Kabila en la República Democrática del Congo. Debe asegurarse de que su preferencia se conforme a la elección de los poderes que le respaldan. También debe asegurarse de que el contrato firmado con las multinacionales para saquear la RDC en su nombre se mantenga y ejecute. Para esto, debe jugar con la infantilización de la clase política congoleña para que cualquier pretendiente al poder en la República Democrática del Congo sepa que Kigali es para él un pasaje necesario. Es en este contexto que el multimillonario Moisés Katumbi, comodín de los occidentales para la sucesión de Joseph Kabila como jefe de la RDC, se vio obligado a buscar la bendición de Paul Kagame en Kigali antes de presentar su candidatura. Pero Paul Kagame debe, también y sobre todo, asegurar las garantías para mantener a los tutsis de la RDC en posiciones importantes de las instancias de seguridad congoleñas (ejército, policía, servicios de inteligencia, aduanas…).

Desde enero de 2018, Paul Kagame ha obtenido la presidencia en ejercicio de la Unión Africana. Esto no es una simple formalidad protocolaria porque le concede mucho poder para entrar en varias áreas y hacer progresar varios dossiers como lo crea conveniente.

Beneficios esperados por Paul Kagame de la presidencia de la UA:

– Disociar el destino de los combatientes de las FDLR estacionadas en la República Democrática del Congo del de los M23 instalados en Ruanda desde 2013.

– Enterrar el dosier de la opositora Victoire Ingabire, que ganó el juicio en el Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos en Arusha (Tanzania).

– Presionar a Francia para que un no hay causa sea por fin declarado en la investigación sobre el atentado del 6 de abril de 1994, que costó la vida a dos presidentes hutus, Juvenal Habyarimana, de Ruanda, y Cyprien Ntaryamira, de Burundi, atentado atribuido al propio Paul Kagame, considerado como “elemento detonante” del genocidio de tutsis en Ruanda.

– Utilizar esta posición para hacer apoyar, por parte de los Estados africanos, las candidaturas de sus familiares a puestos importantes en organizaciones internacionales (Naciones Unidas y sus agencias, OIF, Commonwealth, OMC, OIT).

– Neutralización de Kayumba-Nyamwasa y otros opositores exiliados en Sudáfrica.

– Rentabilización del Centro de Conferencias de Kigali que ha sido presupuestado y es inútil y no competitivo en comparación con los de los países vecinos (Nairobi, Arusha e incluso Kampala).

Posibles acciones de la oposición democrática amordazada y marginada

La oposición al régimen dictatorial y sanguinario de Paul Kagame debería estar involucrada en contrarrestar esta maquinación del dictador de manera sistemática de acuerdo con los dosiers:

– Demostrar y reafirmar que las reivindicaciones políticas de las FDLR confinadas en la República Democrática del Congo son tan legítimas, si no más, que las del antiguo M23 recogidas por Kagame en Ruanda. La respuesta que debe darse a cada uno de estos movimientos político-militares debería ser idéntica en ambos lados (RDC y Ruanda).

– Llamar la atención de los demás Estados de la Unión Africana para que la presidencia en ejercicio de Kagame no pueda ser una oportunidad para denigrar y ridiculizar a las instituciones de esta organización, como el Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos en Arusha, Tanzania. Las decisiones del tribunal deben ser ejecutadas independientemente del país sobre las que traten.

– Advertir a los Estados de la Unión Africana y a Francia de que la actual Presidencia de esta organización no otorga el derecho de asociar a otros Estados africanos a expedientes judiciales que los responsables de cualquier Estado pudieran tener debido a sus actos criminales y terroristas, como el ataque del 6 de abril de 1994, que no comprometen al continente.

– Llamar la atención de los Estados de África de que la presidencia de la UA no debe dar cobertura a los dictadores que querrían colocar sus familiares, considerados como criminales, en las organizaciones internacionales con el aval de países africanos con el pretexto de que el actual presidente en ejercicio de la UA lo solicita.

– Dejar claro al gobierno de Sudáfrica, en especial al nuevo presidente Cyril Ramaphosa, que no debe ceder a los cantos de sirena de Paul Kagame que quiere usar y abusar de la tribuna de la presidencia de la Unión Africana y, sobre todo, de las rivalidades dentro del ANC (los llamados pro-Jacob Zuma vs. pro-Ramaphosa) para permitir que este mismo Paul Kagame empuje a Sudáfrica a violar sus compromisos de proteger a los refugiados. Más grave, permitiendo su humillación y la violación de su soberanía y permitiendo impunemente a los agentes de Kagame venir a matar en el mismo país o secuestrar refugiados que habían encontrado asilo en Sudáfrica como Kayumba Nyamwasa, y otros menos famosos.

– Demostrar con el apoyo de cifras, que «el elefante blanco» que es el Centro de Conferencias de Kigali construido por Kagame a golpe de millones de dólares, en primer lugar no era necesario y ahora no es rentable. Está para ser presupuestado porque tiene como objetivo único hacer publicidad de Kagame y su camarilla gobernante. Los esfuerzos realizados y los fondos para cerrar un acuerdo para que una conferencia internacional tenga lugar en ese centro son, por mucho, muy superiores a los beneficios económicos y financieros después de su conclusión.

El dictador no podría tener éxito en todos los frentes y en todos los dossiers con chanchullos y mentiras si las voces, aunque sean débiles, lo denuncian. El campo de trabajo es amplio, cada uno debe descubrir dónde podría ser rentable y actuar.

Fuente: Le Rwanda par Gaspard Musabyimana

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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