La vida se vino abajo la semana pasada para una madre de cuatro hijos que estaba entre los 200.000 congoleños expulsados de la vecina Angola a pesar de haber vivido allí durante una década.
Hablando en Kamako, una ciudad fronteriza en el sur de la República Democrática del Congo, la mujer de unos 40 años declaró que ella y su esposo habían hecho sus vidas en la ciudad fronteriza angoleña de Lupaca hasta que comenzó la pesadilla.
«Circulaban rumores de que las autoridades angoleñas expulsarían a extranjeros» de la provincia de Lunda Norte, que limita con la RDC, dijo.
«De repente, el lunes 8 de octubre (la semana pasada) vimos a jóvenes de la comunidad de Tchiokwe con policías angoleños comenzando a quemar las casas de aquellos que se percibían como extranjeros.
«Cuando llegaron a nuestra casa, atacaron a mi esposo con un machete y nos vimos obligados a huir tomando lo poco que pudiéramos cargar»-
«Todos nuestros hijos nacieron en Angola y solo hablan portugués».
Angola fue una antigua colonia portuguesa, mientras que la República Democrática del Congo fue gobernada por los belgas y es un país francófono.
Angola, rica en petróleo, atrae a multitud de congoleños, ya que es relativamente más estable y ofrece mejores perspectivas de empleo.
La República Democrática del Congo tiene una gran cantidad de riqueza mineral, pero grandes franjas del país se ven sacudidas por la inestabilidad y la violencia desatada por los grupos rebeldes y las milicias desde el interior y las naciones vecinas como Uganda y Ruanda.
Las operaciones de la semana pasada contra los migrantes provocaron enfrentamientos entre congoleños, fuerzas de seguridad y angoleños .
Los medios locales y una ONG informaron que varios migrantes han sido asesinados, aunque las autoridades angoleñas niegan cualquier muerte o repatriación forzada.
El gobernador de Lunda Norte, Ernesto Muangala, declaró el sábado 13 de octubre, que «más de 200.000 congoleños que viven ilegalmente en Angola han sido repatriados de manera voluntaria».
Los camiones fueron vistos incansablemente durante el fin de semana llevando a ciudadanos congoleños a la frontera de Dundo, la capital de Lunda Norte.
Varios congoleños esperaban pacientemente frente al consulado angoleño en Kamako, blandiendo sus permisos de residencia angoleños. Las puertas de la misión estaban cerradas.
Casas construidas
«¿Qué vamos a hacer en la República Democrática del Congo? Todos hemos vivido en Lucapa durante 10 o 20 años», dijo el Sr. Daniel Mukenge, de 40 años.
«Todos nuestros papeles están en orden. Hemos invertido y construido casas», dijo.
«Ahora las autoridades se niegan a reconocer los documentos que ellos mismos entregaron. Ahora estamos pidiendo a nuestras autoridades que intervengan para que las autoridades angoleñas compren nuestras casas, de lo contrario, estamos condenados a muerte aquí».
Mientras tanto, un funcionario angoleño en el consulado dijo al grupo: «La solución no está aquí».
Y un funcionario de inmigración angoleño en el puesto fronterizo de Kamako fingió incredulidad.
«¿Cómo pueden estas personas negarse a volver a su país? Me hace reír»,
Las autoridades congoleñas dicen que están luchando para hacer frente a los retornados, con hasta 1.000 llegadas por hora.
«A este ritmo no podemos registrarlos», dijo Mahieu Boma, un funcionario local de la comisión nacional de refugiados.
En Kamako, los recién llegados se refugian donde pueden, bajo los árboles de mango, en escuelas e iglesias.
La misa dominical en muchas iglesias comenzó tarde como resultado de la afluencia.
«Para el presente, hay 750 familias de entre tres y cuatro personas cada una que se refugian en nuestras instalaciones», afirmó el padre Crispin Mfamba de la parroquia local de San Gabriel.
Mientras tanto, Dorcas ha perdido el rastro de uno de sus cuatro hijos durante el traslado.
«Estamos aquí en Kamako sin dinero»,
«Estamos vendiendo lo poco que tenemos para que podamos comer.
«Mi hijo de cuatro años ha desaparecido y vendí mi vestido por 1.20 dólares para pagar un anuncio de radio para ayudar a encontrar a mi hijo».
Fuente: The East African
[Fundación Sur]
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