Este 17 de mayo, el pueblo congoleño recuerda la entrada triunfal en Kinshasa, hace 14 años, de las tropas de la Alianza de Fuerzas Democráticas de Liberación (AFDL), dirigidas por el difunto Laurent-Désiré Kabila. Desde entonces, esta fecha es celebrada como fiesta nacional de liberación, tras 32 años de opresión del régimen de Mobutu.
El pueblo congoleño, y especialmente el de Kinshasa, recuerda este martes aquellos niños-soldado, armados de kalachnikov y calzados con botas, que recorrieron la ciudad persiguiendo a los mobutistas. Se recordarán también las humillaciones, los latigazos que algunos recibieron y el desorden en el seno del ejército, donde cualquiera se hacía pasar por comandante. Pero, la pseudo-liberación proclamada por la AFDL pasó como un meteoro.
El impulso del 17 de mayo no duró. Fue interrumpido bruscamente un 2 de agosto de 1998, por una rebelión interna que se declaró en el interior mismo de la AFDL a partir de la ciudad de Goma. Ese día, se organizó una operación desde el este contra el poder de Kinshasa. Las máscaras cayeron. Fue entonces cuando se comprendió lo que realmente representaba la AFDL: “un conglomerado de aventureros”, en opinión de su jefe, el difunto Kabila.
Así pues, este martes 17 de mayo de 2011, toda la República recuerda que el país fue tomado como rehén por un grupo de aventureros, festeja la deriva del Estado, la brusca interrupción de la democracia que comenzaba – bien es verdad que muy tímidamente – a enraizarse en las costumbres nacionales. En fin, toda la República celebra, con amargura, una fiesta que nada tuvo de liberación, sino que significó más servidumbre y venta a saldos de sus recursos naturales. “Tras 32 años de dictadura, la AFDL, un conglomerado de aventureros, en opinión de su propio jefe, hundió el país en una guerra que persiste actualmente en la parte oriental, en los Kivu y en la Provincia Oriental”, ha recordado el presidente de la UDPS, Etienne Tshisekedi. No se equivoca. El este de la RDC, desde donde curiosamente partió la invasión de las tropas de la AFDL, sigue siendo presa de exacciones de todo tipo.
Por lo tanto, la fecha del 17 de mayo, sigue siendo una fecha a la vez amarga y macabra que muchos congoleños desearían olvidar ya.
(A partir del Editorial de le Potentiel, Kinshasa, 16 de mayo de 2011)
Resumen y traducción de Ramón Arozarena.