Para las personas que conocen la historia de los descubrimientos en África Central y particularmente la carrera por llegar a las fuentes del Nilo, con Speke y Burton a la cabeza, seguro que la palabra kabaka no les será desconocida. El kabaka es el rey del reino Buganda, uno de los más antiguos y poderosos de Uganda, con una larga historia que se remonta al siglo XIII.
Algunos de los reyes de este reino que han gobernado desde el siglo XVIII están enterrados en un lugar llamado Kasubi, bajo imponentes cabañas de paja de 30 metros de diámetro y de casi 8 metros de altura interna que posiblemente eran las más grandes del mundo en su clase. Entre los monarcas Baganda enterrados allá están Mutesa I, Mwanga II, Daudi Chwa II y Sir Edward Mutesa II, padre del actual kabaka Ronald Muwenda Mutembi II.
En la tarde-noche del pasado 16 de Marzo, este histórico lugar sufrió un devastador incendio que consumió completamente la construcción principal de este complejo: una imponente estructura de madera y pajas que cubría el lugar de las sepulturas reales. Aunque las tumbas de los reyes no han sufrido daños, sí que se ha perdido una gran parte de los objetos históricos de la corte. El sitio era tan emblemático y único en su especie que la UNESCO decidió en 2001 incluirlo en la lista de lugares patrimonio de la humanidad. Ni que decir tiene que era uno de los sitios de visita obligada para los turistas que venían a Uganda, más aún estando a pocos kilómetros de la capital.
En la montaña de Kasubi fue donde se alzó el palacio de los monarcas Baganda. Hasta aquí llegaron exploradores, misioneros, embajadores y colonizadores a rendir pleitesía al rey. El lugar tenía un significado no solo cultural sino también religioso. El centro de este complejo era la inmensa cabaña construida en 1882, prueba de la destreza arquitectónica de este grupo, y que era sostenida por un círculo de 52 columnas de madera, representando cada uno de los clanes de la tribu.
La colocación del techado de hierba era responsabilidad única del clan Ngeye. La tradición disponía que durante la construcción, los artesanos techadores no podían tener relaciones sexuales y, cuando se terminara el techo, ni las viudas ni las mujeres embarazadas podían entrar ya que se creía que su presencia crearía goteras en la techumbre.
El reino de los Baganda fue tradicionalmente una de las estructuras sociales más complejas y sofisticadas de la región y esta fue la razón principal por la que se convirtió en el grupo preferido de los señores coloniales británicos para montar su administración local, la cual en bastantes puntos respetó el orden social y administrativo ya establecido por este sistema monárquico.
No se sabe qué o quién pudo originar el fuego, la policía está investigando pero, dadas las tensiones tribales que a veces surgen en el país, no sería descabellado pensar que algún extremista enfrentado a este grupo étnico haya sido quien haya provocado este desastre. Como se han apresurado a decir mucha gente, la pérdida de este lugar tan peculiar no es sólo para la tribu o para Uganda, es la pérdida de un patrimonio universal fundamental especialmente para África donde apenas hay recursos y medios para conservar los pocos vestigios de aquellos reinos del pasado que, aunque existieron y tuvieron un inmenso poder durante siglos, su presencia y su significado han sido casi siempre minusvalorados por los libros de Historia.
Original en: http://blogs.periodistadigital.com/enclavedeafrica.php