Los «10 días de furia» es el nombre que se le ha dado a una serie de manifestaciones convocadas en respuesta al constante empeoramiento de la crisis del coste de la vida a comienzos de agosto. Además de tendencias globales como el aumento de precios y la inflación, en Nigeria las reformas económicas del presidente Bola Tinubu, que incluyen el aumento de las tasas de interés y la eliminación de subsidios a la gasolina y la electricidad han llevado a un colapso en el mercado nigeriano. Las protestas se extendieron por todo el país y los manifestantes se enfrentaron en algunas localidades con las fuerzas de seguridad, violencia que según las fuerzas de seguridad resultó en la muerte de al menos siete personas, aunque los grupos de derechos humanos han estimado el número de muertos en 23.
Diez de las 700 personas arrestadas fueron sentenciadas por traición, conspiración para incitar al motín, destrucción de la propiedad pública e infringir heridas a los agentes de la policía. Los 10 acusados llevan un mes en prisión. A pesar de una apelación por parte de sus abogados para ser puestos en libertad bajo fianza, el tribunal dictaminó su permanencia bajo custodia. El grupo de derechos humanos Amnistía Internacional instó al gobierno a liberar incondicionalmente a todas las personas detenidas durante las protestas, criticó el proceso legal y calificó el juicio de «farsa», exponiendo que el juicio tenía como objetivo justificar la detención ilegal de manifestantes.
Autores: Felix Onuah, Mansur Abubakar y Chukwunaeme Obiejesi
Fuentes: Reuters y BBC – Imagen: Tope A. Asokere en Pexels
[Traducción y edición: Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
