El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha sido testigo de las acusaciones del embajador sudanés en la ONU, Al-Harith Idriss al-Harith Mohamed, contra los Emiratos Árabes Unidos, señalados de armar a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en la prolongada guerra civil del país. Vídeos e informes recientes han sugerido la utilización de drones iraníes y emiratíes en el conflicto por parte del ejército sudanés y de la Fuerzas de Apoyo Rápido respectivamente, lo que supondría una violación del embargo de armas de la ONU. El embajador emiratí en la ONU, Mohamed Abushahab, calificó estas acusaciones como «ridículas» y una distracción de las graves violaciones de derechos humanos en el terreno.

La guerra civil ya ha dejado más de 14.000 muertos, 33.000 heridos y ha desplazado a 10 millones de personas. La ciudad sudanesa de El-Fasher, último bastión del ejército en Darfur, se encuentra bajo asedio de las RSF lo que ha intensificado la crisis humanitaria. 

La ONU ha alertado sobre las atrocidades cometidas a lo largo de líneas étnicas, particularmente en dicha región. Martha Pobee, Subsecretaria General de la ONU, destacó la necesidad urgente de un alto el fuego para prevenir más atrocidades y proteger a la población civil. Sin embargo, los esfuerzos internacionales para mediar en el conflicto, como las conversaciones de alto el fuego en Jeddah organizadas por Estados Unidos y Arabia Saudita, se han estancado y Sudán ha rechazado participar en ellas. Las asociaciones humanitarias han advertido sobre una inminente crisis alimentaria, ya que la asistencia humanitaria está siendo bloqueada por todas las facciones en conflicto.

Fuentes: Al Jazeera & BBC

[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]

[CIDAF-UCM]