Timbuctu: la ira islamista contra santos y mezquitas , por Justo Lacunza Balda

19/07/2012 | Bitácora africana

A la ruidosa polvareda que barre con frecuencia las estrechas callejuelas de Tumbuctu se asocia, desde hace algunos meses, la furia asesina de los islamistas enloquecidos de Ansar Dine. Se autodenominan “los vencedores de la religion” (Ansar Dine), pero cabe justamente preguntarse si lo que impera no son la destruccion, el odio y la violencia en nombre del Islam ideal, puro y rigorista. Para los miembros, seguidores y simpatizantes de Ansar Dine es prioritaria la guerra santa (jihad) contra todo lo que pueda desvirtuar la pureza de la fe musulmana, desviar el alma del creyente y corromper la adoracion de Allah. Todo ello con la destruccion de tumbas y mausoleos de hombres y mujeres conocidos por sus virtudes, su religiosidad y su alma musulmana. Es el caso de Timbuctu, la ciudad de los 333 santos. La Unesco la declaro patrimonio de la Humanidad por su dimension cultural, su trayectoria historica y sus innumerables monumentos de profundo significado islamico. Tres mezquitas y 16 cementerios y mausoleos. Ademas de la conservacion de 700.000 manuscritos y documentos, material esencial de incomparabile valor para entender los entresijos y comprender pliegues de la historia del Islam en Africa occidental. Timbuctu es conocida por sus festividades anuales y el flujo constante de peregrinos en busqueda de un sentido mas profundo a la vida. Porque el mistico musulman quiere acercarse un poco mas a Allah para vivir su vida cotidiana de forma mas armoniosa con el credo musulman y los ritos liturgicos, expresion de la revelacion divina plasmada en el texto sagrado del Coran.

Los misticos musulmanes han manifestado a lo largo de la historia que la fe musulmana no es solamente preceptos, leyes y normas. Al contrario, es tambien una vision interior, una espiritualidad del alma, una exploracion personal del misterio que envuelve la existencia y el destino. De hecho, el contenido de la proc\lamacion de la fe, conocida con el nombre de la shahada, es una adesion personal e individual de la voluntad del creyente musulman para el que Allah es la permanente referencia existencial y vital. Conviene recordar que el debate intelectual entre expertos y pensadores musulmanes sobre el Islam mistico ha sido objeto de encendidas polemicas, furiosas condenas y diferentes versiones. Pero lo importante es recordar que las corrientes misticas del Islam son parte integrante de la lectura, entendimiento e interpreciones del Islam. Todo ello demuestra en la realidad las diferentes almas del Islam: la mistica y la filosofica, la poetica y la mistica, la politica y la teologica. Sin olvidar el eco creciente de los movimientos islamicos contemporaneos y la obvia actualidad del Islam in contextos contemporaneos diversos. La unidad de la comunidad musulmana mundial (umma) no esta ciertamente en contradiccion con la diversidad real de las comunidades musulmanas reales, aunque lo parezca a simple vista. La sed del Infinito, la vias del misticismo y la veneracion de los santos musulmanes son tambien parte del alma del Islam. Bastaria leer las obras de grandes escritores y misticos como Junayd, al-Bistami, al-Hallaj, Hujwiri, Niffari, Qushayri, Rumi, Ibn al-Arabi para percatarse de la innegable influencia del pensamento mistico en el estudio, la comprension y la difusion del Islam.

Nadie puede negar el papel historico y espiritual de los sufies en el estudio, el pensamento y la expansion del Islam en los cinco continentes. Las llamadas cofradias musulmanas (tariqa/turuq) han sido provindenciales en la propagacion del Islam en los paises africanos. Sin ellas es imposible hablar de la presencia, el desarrollo y la extension del Islam en contextos sociales, culturales y geograficos de Africa. Los misticos han meditado, profundizado y expresado diferentes aspectos del insondabile misterio divino. Lo han hecho con la oracion y el culto, con los escritos y la liturgia, con las reuniones y las peregrinaciones, con la predicacion y la educacion, con las escuelas y las instituciones. No reconocerlo seria una nefasta manifestacion de ignorancia de las etapas historicas del Islam en Africa, por no decir de desprecio manifesto hacia las realidades islamicas en el continente africano. La destruccion de tumbas, sepulcros y mausoleos no pertenece a la tradicion africana, que siente, vive y expresa una incondicional, publica y social veneracion por los muertos. Pero ya al comienzo de los 80 la influencia creciente de las tendencia salafista y wahhabita introdujeron cambios substanciales en mucca comunidades musulmanas de Africa: suprimir el lavado del cuerpo, cancelar el luto comunitario antes del entierro, enterrar sin demora alguna el cadaver en el cementerio y sobre todo no dejar signo alguno en la fosa, tuma o sepulcro del difunto. Porque cualquier signo visisble podria constituir un peligro inminente y cierto para la integridad de la fe de los creyentes musulmanes.

En la mas clasica tradicion musulmana los muertos esperan el dia de la resurreccion. Una tradicion musulmana nos dice que Allah, al final de cada jornada, manda a sus angeles para que recojan las hojas secas que han caido del Arbol de la Vida. Representan a los muertos que a partir de ese momento esperan la resurreccion. Creer en la resurreccion de los muertos es un articulo del credo musulman conocido con numerosos nombes: “el dia del despertar” (yawm al-ba‘th), “el dia de ponerse en pie” (yawm al-qiyama), “el dia de la religion” (yawm al-din). Picos, palas y azadas en mano para destruir mausoleos y sepulcros de personajes musulmanes considerados santos por sus virtudes, conducta y religiosidad. Nada de extraordinario en Timuctu, la antigua, mitica y legendaria ciudad del norte del Mali. Durante siglos ha sido meta de sabios y pensadores, exploradores y estudiosos, turistas y viajeros. En la historia del Islam Tombuctu era considerada una especie de finis terre africano por su enigmatica lejania, dificultades reales del camino y asperezas inesperadas del viaje.

El vendaval iconoclasta del salafismo y wahabismo en Africa esta destruyendo no solamente los inestimables vestigios historicos del Islam en Africa, sino que tambien esta contribuyendo al furor irreversibile de la islamofobia contra el Islam africano y alimentando la oleada incandescente de la cristianofobia contra las comunidades cristianas. Sudan, Kenya, Nigeria, Somalia. En 1991 los shabbab comezaron a destruir las tumbas de misticos, santos y venerables personajes en territorio somali porque eran una afrenta blasfema y la ignominia escandalosa del Islam. Hoy en dia podemos afirmar, sin peligro a equivocarnos, que en ese aspecto la situation no ha mejorado en el Cuerno de Africa. Sin embargo, una cosa es cierta, los islamistas enfurecidos han cancelado para siempre una parte fundamental de la historia del Islam africano con la destruccion sistematica de los mausoleos y lugares de peregrinacion que representaban la religiosidad y el entendimiento del Islam popular en Africa. Por si toda esa barbarie programada no fuera suficiente, el pasado 10 de Julio llegaron los azadones de islamistas, gregarios y partidarios de AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islamico) para derribar a pico y pala la gran mezquita de Timbuctu conocida con el nombre de Djingareyber. El simun islamista y la revolucion iconoclasta no han amainado su fuerza violenta e iracunda..

Hasta ahora nadie ha conseguido bloquear la ira destructora de islamistas y qaedistas que desde hace algunos lustros siembran el terror, contribuyen al desconcierto y rompen la armonia del pluralismo cultural y de la diversidad religiosa en Africa. Ninguna de las religiones del mundo, y tampoco el Islam, vive sin simbolos y mezquitas, colores y mausoleos, templos y sinagogas, iglesias y mezquitas, fiestas y festividades, onomasticos y peregrinaciones. En Timbuctu el barro, el agua y la arena se convirtieron, a lo largo de los siglos, en expresion de religiosidad, fe y oracion, siempre de la mano del teson, sacrificio y trabajo de los creyentes musulmanes. Hoy las paredes de barro y arena de los monumentos religiosos de Timbuctu se han convertido en objeto de oprobio, indignacion y violencia para quienes dicen a gritos de Allahu Akbar defender el Islam de toda malsana interpretacion en tierras africanas.

Autor

  • Lacunza Balda, Justo

    Justo Lacunza Balda, sacerdote de la Sociedad de Misioneros África - Padres Blancos, nació en Pamplona el 14 de marzo de 1944. Obtuvo la diplomatura en estudios árabes, en PISAI, Roma, en 1977, y la licenciatura en Estudios Árabes e Islámicos, en la misma institución de Roma en 1978.
    Perfeccionó la lengua árabe en Túnez, en el Institut Bourguiba des Langues Vivantes, entre 1975 y 1978. Tras los estudios, Justo Lacunza obtuvo el doctorado en lenguas y culturas africanas, con especialización en el Islam y literatura islámica en lengua suajili, en la SOAS (School of Oriental and African Studies), de Londres, en 1989.

    Ha realizado trabajos de investigación sobre el Islam y las sociedades musulmanas en multitud de países entre los que destacan Alemania, Argelia, Bélgica, Burundi, Canadá, China, Congo, Egipto, España, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Italia, Jordania, Kenia, Liberia, Libia, Malasia, Malí, Marruecos, Noruega, Reino Unido, Singapur, Sudán, Suecia, Taiwán, Tanzania, Tailandia, Túnez, Uganda, Venezuela y Zanzíbar.

    Ha publicado libros y numerosos artículos y colaboraciones sobre el Islam en diversas publicaciones y medios de comunicación de diferentes países. Lacunza Balda ha sido distinguido con la Placa de Reconocimiento, por su contribución al diálogo entre Civilizaciones (Embajadores de Asia ante la Santa Sede, 1999). También ha sido nombrado "Embajador de Paz" por los Ayuntamientos de las ciudades italianas de Eboli (2001), Barletta (2002) y Trani (2003) y Educador Internacional del 2005 por el Instituto de Biografías de Cambridge, Reino Unido.

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