Estos últimos meses los diversos efectos del cambio climático se han reproducido a lo largo de todo el globo en forma de extremas sequías, olas de calor e incontrolables incendios forestales que han acabado con miles de hectáreas. La ONU advierte que las consecuencias de esta crisis ponen en riesgo las vidas de cientos de miles de personas, desestabilizando comunidades, países y regiones enteras, especialmente para el continente africano. El empeoramiento de las sequías y las consecuentes hambrunas en la región del Cuerno de África ponen el foco de atención en el abastecimiento de agua. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informa que el estrés hídrico, que conlleva sequías e inundaciones devastadoras que ya están asolando a las comunidades, economías y ecosistemas africanos, podría llegar a afectar a 250 millones de personas en el continente africano y desplazar hasta 700 millones de personas para 2030.

Las cifras señalan que para 2030, cuatro de cada cinco países africanos tendrán dificultades para gestionar de forma sostenible sus recursos hídricos. Además del importante impacto socioeconómico que inducen estos desplazamientos, también entrañan peligrosas consecuencias para la salud pública, aumentando el número de poblaciones vulnerables frente a la transmisión de enfermedades contagiosas. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades ha concluido que la emergencia climática conduce a muertes y enfermedades respiratorias, cardiovasculares infecciosas y mentales, a olas de calor y tormentas y a la desaceleración de la distribución de alimentos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre 2030 y 2050 morirán un cuarto de millón de personas al año por desnutrición, malaria, diarrea y estrés por calor.

Preocupa especialmente la epidemia de tuberculosis, una enfermedad sensible al clima, creándose un entorno propicio para su transmisión y desarrollo. de la tuberculosis activa e interrumpe los servicios de diagnóstico y tratamiento de la misma. La directora médica de TB Alliance -la organización médica sin ánimo de lucro dedicada a la investigación, desarrollo y distribución de medicamentos contra la tuberculosis-, la doctora Dr Maria Beumont, hablaba así de los efectos del cambio climático en la transmisión de esta enfermedad:

Preocupa especialmente la epidemia de tuberculosis, una enfermedad sensible al clima. Esta crisis crea un entorno propicio para su transmisión y desarrollo, así como dificulta los servicios de diagnóstico y tratamiento de la misma. La directora médica de TB Alliance -la organización médica sin ánimo de lucro dedicada a la investigación, desarrollo y distribución de medicamentos contra la tuberculosis-, la doctora Maria Beumont, hablaba así de los efectos del cambio climático en la transmisión de esta enfermedad:

“A medida que el cambio climático exacerba estos problemas, la pandemia de tuberculosis se convertirá en una amenaza mucho mayor. Como enfermedad sensible al clima, la Tuberculosis se ve afectada directa e indirectamente por un clima cambiante: directamente al requerir la migración de poblaciones e interrumpir el acceso a la atención médica, impactando las condiciones socioeconómicas y la seguridad alimentaria con la desnutrición asociada, y el aumento de la pobreza y las condiciones de vida del hacinamiento. Indirectamente por sus efectos relacionados con otras enfermedades igualmente impactadas que son factores de riesgo para la tuberculosis como la diabetes o el VIH. En consecuencia, la crisis climática no solo contribuye a la propagación de la tuberculosis, también reduce los resultados favorables para los pacientes".

Fuente: AllAfrica 1, 2, 3

[Traducción y edición, Elena Cañete Montilla]

[CIDAF-UCM]

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