La República de Zimbabue celebró, el pasado sábado 26 de marzo, elecciones parlamentarias y locales, en lo que se considera la preparación para los comicios generales que tendrán lugar el año que viene. El presidente del país del sureste africano, Emmerson Mnanganwa, que lleva al frente del país desde el 24 de noviembre de 2017, ha venido organizando varias campañas para reafirmar la presumible victoria del partido que lleva en el poder desde la independencia del país, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF, por sus siglas en inglés).

En esta ocasión, el partido Coalición Ciudadana del Cambio (CCC), formado solamente tres meses antes de la fecha de las elecciones, y liderado por Nelson Chamisa, Se presentaba como una opción alternativa. En su último acto de campaña, alentó al voto a los ciudadanos de un distrito obrero de las afueras de la capital (Harare):

“Se trata de unas elecciones cruciales para el devenir del país, es, claramente, un ensayo para las elecciones de 2023”.

A las afueras de un centro de votación en Harare, Jasen Maeka, un zimbabuense desempleado y que ya había ejercido su derecho a voto, declaraba que el gobierno de Mnanganwa ha demostrado ser un claro fracaso y ha mantenido que es necesario dar una oportunidad a la oposición liderada por el CCC.

El país afronta lo que será la última cita electoral antes de las elecciones presidenciales de 2023 en las que se dirimirá la continuidad o no de uno de los partidos que más tiempo acumula en el poder en el continente africano.

Fuente: The Guardian

[Traducción y edición, Mario Civantos González]

[CIDAF-UCM]

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