La cepa del virus del ébola que se ha detectado en la República Democrática del Congo (RDC) no estaría relacionada con los dos brotes anteriores, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, aseguró el pasado martes que "La secuenciación genética muestra que el brote no está relacionado con el del Kivu norte ni con el brote de 2018”.

Los casos en Mbandaka, una comunidad del río Congo cerca de la frontera con Congo Brazzaville, se anunciaron por primera vez hace una semana. Este nuevo brote se detectó por primera vez en una mujer de 27 años, que murió al mismo tiempo que otras tres personas. Desde el inicio, las autoridades pensaron que se trataba de brotes diferentes de los identificados en las provincias de Ituri y Kivu. Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África, observó que "Si nos fijamos en la distancia, las dificultades para viajar y en el hecho de que ocurrió en un contexto de bloqueo, creemos que es muy improbable que sea el mismo brote".

Este nuevo foco se encuentra cerca de varias rutas de transporte y en una zona fronteriza, por lo que es necesaria una rápida respuesta, afirmó Moeti. UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos y otros aliados están trabajando para controlar el brote lo antes posible. Las Naciones Unidas han anunciado una ayuda adicional de 40 millones de dólares de ayuda de su Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) para ayudar a Kinshasa en su lucha contra el ébola.

Fuente: Africa Times

[Traducción y edición, Patricia Fernández Blanco]

[Fundación Sur]

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