El Ministerio Público de Sudán informó que el depuesto presidente Omar Al Bashir y siete exmiembros de su régimen, que están detenidos en las cárceles de Jartum, han sido trasladados a hospitales en la capital; tres con afecciones crónicas, tres con COVID-19 confirmada y dos, incluido Al Bashir, con sospecha de síntomas de coronavirus. El fiscal confirmó, a través de una declaración, que Ahmed Haroun, exministro de Estado para Asuntos Humanitarios y gobernador de Kordofan del Norte, Abdelrahim Hussein, exministro de Interior, Defensa y gobernador de Jartum, y Ali Osman Taha, exministro de Asuntos Exteriores y Primer vicepresidente, están siendo tratados por COVID-19. Los casos sospechosos incluyen al presidente derrocado Omar Al Bashir y al empresario Salah Idris, cuya fábrica fue bombardeada por misiles de crucero estadounidenses en agosto de 1998.

Ali El Haj e Ibrahim El Sanousi, líderes del Partido del Congreso Popular y Abdallah Al Bashir, hermano del presidente derrocado, fueron trasladados a hospitales en la capital debido a otras enfermedades crónicas. Se han tomado muestras de otros dos miembros encarcelados del antiguo régimen, y se espera que sus resultados aparezcan hoy o mañana. El resto de los funcionarios se negaron a que se les tomaran muestras.

La fiscalía declaró que todas las figuras del antiguo régimen en prisión están recibiendo atención médica de acuerdo con los protocolos, y agregó que la Fiscalía está trabajando, en coordinación con la policía y la Administración General de Defensa Civil, para esterilizar sus oficinas y las cárceles de manera regular.

El 14 de diciembre de 2019, Al Bashir, que gobernó el país durante 30 años y fue depuesto por un golpe militar el 11 de abril de 2019, fue condenado por cargos de corrupción e irregularidades monetarias, y sentenciado a dos años en un ’centro correccional’ diseñado para prisioneros mayores.

Todavía se encuentra recluido en la prisión de Kober de Jartum, que se hizo famosa bajo su régimen por detener a innumerables presos políticos, muchos de los cuales fueron torturados y asesinados. Al Bashir está a la espera de juicio por otros cargos relacionados con el asesinato de manifestantes tras el desmantelamiento violento de la sentada frente al comando del ejército en Jartum el 3 de junio de 2019. El 31 de marzo, el fiscal acusó formalmente a Al Bashir, a varios de sus principales asesores militares y a varios líderes islamistas, de socavar el orden constitucional hace más de 30 años. Al Bashir y sus afiliados también fueron acusados de abuso de poder y corrupción entre 1989 y 2019. En junio de 1989, el presidente derrocado dirigió un golpe militar contra el gobierno democráticamente elegido del Primer ministro El Sadig El Mahdi y el presidente Ahmed El Mirghani.

ICC

En 2007, la Corte Penal Internacional (IUCC) en La Haya emitió órdenes de arresto contra el exministro de Asuntos Humanitarios, Ahmed Haroun, y el exlíder de los janjaweed, Ali ’Kushayb’, por numerosos cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El tribunal emitió una primera orden de arresto contra Al Bashir por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en 2009. La segunda acusación, por genocidio cometido contra las tribus Fur, Masalit y Zaghawa en Darfur, se produjo un año después. En 2012 se emitió una orden de arresto contra el exministro del Interior, Abdelrahim Hussein, por crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra cometidos en Darfur.

Al Bashir ha sido acusado por la Corte Penal Internacional (CPI) por cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Darfur. El 10 de febrero, durante las conversaciones de paz en Juba, el gobierno sudanés y los movimientos armados acordaron extraditar a Al Bashir y a otros personajes del antiguo régimen a La Haya.

Fuente: Dabanga

[Fundación Sur]

Artículos relacionados:

 Sudan anuncia su programa de políticas de austeridad para los próximos 15 meses