En el proceso de la deserción a la rehabilitación, es en este punto donde los individuos son retenidos indefinidamente. Las fuerzas de seguridad no siempre informan a los exasociados de sus derechos y responsabilidades y muchos piensan que serán ejecutados. En Nigeria, los que entran en rehabilitación a través de la Operación Corredor Seguro pasan por el Cuartel Giwa, el centro de detección y retención en el estado de Borno administrado por el Comité Conjunto de Investigación. El Comité está compuesto por investigadores y fiscales, y determina la elegibilidad de las personas para la desradicalización, rehabilitación y reintegración. Aquí, los miembros de alto riesgo, incluidos los altos mandos, son enviados a un centro de detención preventiva. Los moderados, incluidos los soldados a pie y los comandantes de nivel medio, van a la Operación Corredor Seguro para su reintegración. La mayoría de los civiles detenidos durante operaciones militares que se ha demostrado que son inocentes son puestos en libertad para su rehabilitación.

Los entrevistados aseguraron a la ISS que las condiciones en el Cuartel Giwa hacían que se lamentasen por haberse entregado. Esta afirmación es cuestionada por el ejército nigeriano, que señala a las muchas personas que siguen rindiéndose diariamente. La seguridad y las experiencias de los exasociados varían, lo que no es sorprendente dada la complejidad y variedad de programas que operan. La Operación Corredor Seguro es un programa multisectorial en el que participan 17 organismos gubernamentales que administran proyectos específicos. Es de gestión federal y ofrece principalmente un pasaje seguro y rehabilitación para los miembros masculinos de Boko Haram que se rinden. El Centro de Rehabilitación Bulunkutu, administrado por el Estado de Borno, atiende a mujeres y niños, pero no al mismo nivel de organización, infraestructura y atención a la Operación Corredor Seguro. El campamento de tránsito de Shukuri en Maiduguri recibe a los que salen de la Operación Corredor Seguro. En Níger, el campamento de Goudoumaria graduó en diciembre de 2019 su primer lote de ex asociados de Boko Haram, tanto hombres como mujeres.

Los programas de rehabilitación siguen estando pendientes en Camerún y Chad. Los exasociados aseguran que la incertidumbre en el punto de detección y procesamiento impulsa el descontento y el miedo, impidiendo que otros abandonen el grupo. Para empeorar las cosas, sus testimonios de violaciones de derechos humanos alimentan el reclutamiento en el grupo extremista. La rehabilitación también debe prever las funciones específicas que desempeñan las mujeres en Boko Haram. Sólo 10 de las más de 800 personas asociadas con el grupo que han pasado por la Operación Corredor Seguro son mujeres. Los niños de la región del lago Chad también están expuestos a la violencia, y a veces son reclutados por la fuerza para cometer ataques. La falta de respuestas adecuadas para la rehabilitación de los menores también es una preocupación. Si alentar a los combatientes y asociados a abandonar Boko Haram es una estrategia para ayudar a estabilizar la región, los pasos en el camino, desde la desvinculación hasta la reintegración, deben tomarse en serio. Para ello será necesario prestar más atención a las etapas de selección y procesamiento, así como proporcionar programas adaptados a mujeres y menores.

Fuente: Daily Maverick

[Traducción y edición, Patricia Fernández Blanco]

[Fundación Sur]

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