Al menos 36 civiles fueron asesinados con machetes durante la noche del martes 28 de enero cerca de Beni, en el este de la República Democrática del Congo. Según las autoridades y los testimonios de los supervivientes, el modo operativo lleva la firma del grupo armado de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). Los asesinatos comenzaron en Manzingi, al noroeste de la ciudad de Oicha. Las masacres duraron toda la noche, según la ONG de derechos humanos Cepadho. También, durante la realización de otro ataque, fue asesinado un pastor en Eringeti.

El número de muertos de 36 es establecido por la sociedad civil, que recolecta y entierra los cuerpos, y el administrador del territorio, que supervisa a la policía. En total, las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) han sido acusadas de haber matado a casi 300 personas desde principios de noviembre, y más de mil desde octubre de 2014 en la región de Beni. Según los expertos, el ADF se ha vengado de los civiles desde noviembre por la ofensiva lanzada por el ejército congoleño contra sus bases en el bosque y la selva alrededor de Beni, que tomaron el control del cuartel general de las ADF y asesinaron a cinco de sus seis líderes.

El ataque del martes por la noche tuvo lugar al oeste de la carretera nacional 4 Beni-Oicha-Eringeti. Sin embargo, el ADF generalmente opera al este de este eje, hacia la frontera con Uganda.

Originalmente, las ADF eran rebeldes musulmanes ugandeses que se asentaron en el este de la RDC en 1995. Sin embargo, no han lanzado ataques en las fronteras de la vecina Uganda durante años. Según un informe publicado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las ADF "tienen las características tanto de un grupo armado como de una organización criminal, y parecen seguir una ideología islamista extrema", aunque “No hay suficiente información para probar vínculos con grupos extremistas islámicos internacionales".

Fuente: Slate Afrique

[Traducción y edición, L. Rodríguez Domínguez]

[Fundación Sur]

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